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Apocalipsis
Capítulo
1
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Verso
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
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Apocalipsis capitulo 22
La Biblia de las Américas
1
Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,
2
en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce
clases de
fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol
eran
para sanidad de las naciones.
3
Y ya no habrá más maldición ; y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán.
4
Ellos verán su rostro, y su nombre
estará
en sus frentes.
5
Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.
6
Y me dijo : Estas palabras son fieles y verdaderas ; y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió a su ángel para mostrar a sus siervos las cosas que pronto han de suceder.
7
He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
8
Yo, Juan,
soy
el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas.
9
Y me dijo : No hagas eso ; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
10
También me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.
11
Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro, que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo.
12
He aquí, yo vengo pronto, y mi recompensa
está
conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.
13
Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin.
14
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad.
15
Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.
16
Yo, Jesús, he enviado a mi ángel a fin de daros testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana.
17
Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vida.
18
Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro : Si alguno añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro ;
19
y si alguno quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.
20
El que testifica de estas cosas dice: Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.
21
La gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.
Nueva Biblia de las Américas
1
Después el ángel me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,
2
en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce
clases de
fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol
eran
para sanidad de las naciones.
3
Ya no habrá más maldición. El trono de Dios y del Cordero estará allí, y Sus siervos Le servirán.
4
Ellos verán Su rostro y Su nombre
estará
en sus frentes.
5
Y ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los siglos.
6
Y me dijo: “Estas palabras son fieles y verdaderas.” El Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, envió a Su ángel para mostrar a Sus siervos las cosas que han de suceder enseguida.
7
“Por tanto, Yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.”
8
Yo, Juan,
soy
el que oyó y vio estas cosas. Y cuando oí y vi, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostró estas cosas.
9
Y me dijo: “No hagas eso. Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.”
10
También me dijo: “No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.
11
Que el injusto siga haciendo injusticias, que el impuro siga siendo impuro, que el justo siga practicando la justicia, y que el que es santo siga guardándose santo.”
12
“Por tanto, Yo vengo pronto, y Mi recompensa
está
conmigo para recompensar a cada uno según sea su obra.
13
Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin.”
14
Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad.
15
Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras, y todo el que ama y practica la mentira.
16
“Yo, Jesús, he enviado a Mi ángel a fin de darles a ustedes testimonio de estas cosas para las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, el lucero resplandeciente de la mañana.”
17
El Espíritu y la esposa dicen: “Ven.” Y el que oye, diga: “Ven.” Y el que tiene sed, venga; y el que desee, que tome gratuitamente del agua de la vida.
18
Yo testifico a todos los que oyen las palabras de la profecía de este libro: si alguien añade a ellas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
19
Y si alguien quita de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa descritos en este libro.
20
El que testifica de estas cosas dice: “Sí, vengo pronto.” Amén. Ven, Señor Jesús.
21
La gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.
Nueva Versión Internacional
1
Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero,
2
y corría por el centro de la calle principal de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce cosechas al año, una por mes; y las hojas del árbol son para la salud de las naciones.
3
Ya no habrá maldición. El trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad. Sus siervos lo adorarán;
4
lo verán cara a cara, y llevarán su nombre en la frente.
5
Ya no habrá noche; no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará. Y reinarán por los siglos de los siglos.
6
El ángel me dijo: «Estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. El Señor, el Dios que inspira a los profetas, ha enviado a su ángel para mostrar a sus siervos lo que tiene que suceder sin demora».
7
«¡Miren que vengo pronto! Dichoso el que cumple las palabras del mensaje profético de este libro».
8
Yo, Juan, soy el que vio y oyó todas estas cosas. Y, cuando lo vi y oí, me postré para adorar al ángel que me había estado mostrando todo esto.
9
Pero él me dijo: «¡No, cuidado! Soy un siervo como tú, como tus hermanos los profetas y como todos los que cumplen las palabras de este libro. ¡Adora solo a Dios!»
10
También me dijo: «No guardes en secreto las palabras del mensaje profético de este libro, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
11
Deja que el malo siga haciendo el mal y que el vil siga envileciéndose; deja que el justo siga practicando la justicia y que el santo siga santificándose».
12
«¡Miren que vengo pronto! Traigo conmigo mi recompensa, y le pagaré a cada uno según lo que haya hecho.
13
Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.
14
»Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad.
15
Pero afuera se quedarán los perros, los que practican las artes mágicas, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.
16
»Yo, Jesús, he enviado a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas que conciernen a las iglesias. Yo soy la raíz y la descendencia de David, la brillante estrella de la mañana».
17
El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!» El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.
18
A todo el que escuche las palabras del mensaje profético de este libro le advierto esto: Si alguno le añade algo, Dios le añadirá a él las plagas descritas en este libro.
19
Y, si alguno quita palabras de este libro de profecía, Dios le quitará su parte del árbol de la vida y de la ciudad santa, descritos en este libro.
20
El que da testimonio de estas cosas, dice: «Sí, vengo pronto». Amén. ¡Ven, Señor Jesús!
21
Que la gracia del Señor Jesús sea con todos. Amén.
Reina-Valera 1960
1
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
2
En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
3
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán,
4
y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes.
5
No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
6
Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.
7
¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
8
Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
9
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.
10
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.
11
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
12
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.
13
Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.
14
Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
15
Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
16
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.
17
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.
18
Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
19
Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
20
El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
21
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.
Biblia del Jubileo
1
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.
2
En el medio de la plaza de ella, y de un lado y del otro del río,
el
árbol de
la
vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol son para la sanidad de los gentiles.
3
Y toda cosa maldita no será más; sino el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.
4
Y verán su rostro; y su Nombre estará en sus frentes.
5
Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad
de lumbre
de lámpara, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará; y reinarán para siempre jamás.
6
Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor Dios de los santos profetas ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que es necesario que sean hechas presto.
7
Y he aquí, vengo presto: Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.
8
Yo Juan soy el que ha oído, y visto estas cosas. Y después que hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
9
Y él me dijo: Mira que no lo hagas, porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de la profecía de este libro. Adora a Dios.
10
Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro; porque el tiempo está cerca.
11
El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es sucio, ensúciese todavía. Y el que es justo, sea todavía justificado; y el santo sea santificado todavía.
12
Y he aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para recompensar a cada uno según fuere su obra.
13
YO SOY el Alfa y la Omega, principio y fin, el primero y el postrero.
14
Bienaventurados los que hacen sus mandamientos, para que su potencia
y potestad
sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la Ciudad.
15
Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, y los disolutos, y los homicidas, y los idólatras, y cualquiera que ama y hace mentira.
16
Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las Iglesias. YO SOY la raíz y el linaje de David, y la estrella resplandeciente y de la mañana.
17
Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.
18
Porque yo testifico a cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro.
19
Y si alguno disminuyere de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa Ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.
20
El que da testimonio de estas cosas, dice: Ciertamente, vengo en breve. Amén, sea así. ¡Ven, Señor Jesús!
21
La gracia de nuestro Señor Jesús el Cristo sea con todos vosotros. Amén.
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