Visión general de Colosenses
Tipo de libro: Epístola paulina, también una de las epístolas que Pablo escribió mientras estaba en prisión, el libro número 12 del Nuevo Testamento.
Autor: El apóstol Pablo y Timoteo (tal y como nos lo indica Colosenses 1:1).
Audiencia: Colosenses es una de las cuatro epístolas escritas por el apóstol Pablo desde una prisión durante su primer encarcelamiento en Roma. Este fue un período de arresto domiciliario que ocurrió alrededor del 60-62 d.C. Durante este tiempo, Pablo también escribió Efesios, Filipenses y Filemón. La ciudad de Colosas estaba a unas 100 millas al este de éfeso en la actual Turquía. El cristianismo pudo haber llegado a esta ciudad durante el trabajo misionero que Pablo hizo en éfeso (Hechos 19:10). Sin embargo, Epafras es la persona que provocó el mayor crecimiento de la iglesia en esa ciudad. Pablo conocía a algunos de los cristianos de la zona (Colosenses 2:1), pero fue su conexión con Epafras lo que le permitió conocer en qué estado estaba la iglesia en ese momento (Filemón 1:23).
Hay muchos temas diferentes que se nos presentan en Colosenses. Pablo denuncia las falsas enseñanzas tales como el legalismo judío, la mezcla de las religiones, la filosofía griega y el misticismo. También menciona la comida, los días especiales (Colosenses 2:16), los que adoraban a los ángeles (Colosenses 2:18) y las prácticas ascéticas. Pablo habla en contra de tales falsas enseñanzas en esta carta, afirmando que solo Cristo es suficiente como base para la fe y la vida del creyente.
Fecha: Escrita aproximadamente del 60 al 62 d. C., durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma (Colosenses 4:18).
Resumen: Esta carta de cuatro capítulos se centra en las enseñanzas de Pablo con respecto a la deidad de Jesús (Colosenses 1:15–20; Colosenses 2:2–10), así como en áreas clave como el perdón y la naturaleza de la iglesia. Pablo también condena enérgicamente varias enseñanzas falsas en el capítulo 2.
El capítulo 1 incluye un saludo (Colosenses 1:1–2) seguido de su gratitud por la fe de los cristianos colosenses (Colosenses 1:3–8). Luego, Pablo incluye una oración destinada a alentar el crecimiento y la madurez de los creyentes en esta ciudad (Colosenses 1:9–14). Luego, la carta pasa a enfocarse en la grandeza de Cristo, incluido Su carácter (Colosenses 1:15–23) y detalles sobre el propio ministerio de Pablo (Colosenses 1:24–29).
El capítulo 2 aborda varias enseñanzas falsas que amenazaban a los creyentes colosenses, entre las que se incluían la filosofía impía (Colosenses 2:1–10), el legalismo judío (Colosenses 2:11–17), el misticismo (Colosenses 2:18–19) y la vida ascética (Colosenses 2:20–23).
El capítulo 3 pasa a centrarse en algunos asuntos más prácticos dentro de la iglesia. Primero, Pablo aborda temas relacionados con la conducta cristiana (Colosenses 3:1–17). En segundo lugar, se dirige a los hogares cristianos, incluidos los siervos o esclavos (Colosenses 3:18–4:1).
El capítulo 4 se centra en dos temas principales. Primero, Pablo analiza cómo debe hablar un cristiano (Colosenses 4:2–6) y después comparte algunos comentarios finales para sus amigos (Colosenses 4:7–18).
Versículos clave (RVC)
Colosenses 1:15–16: él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Colosenses 2:8: Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Colosenses 3:12–13: Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Colosenses 4:5-6: Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.