Deuteronomio capitulo 1
La Biblia de las Américas
1Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto, en el Arabá, frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2Hay once días de camino desde Horeb, por el camino del monte Seir, hasta Cades-barnea. 3Y sucedió que en el año cuarenta, el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todo lo que el SEÑOR le había ordenado que les diera, 4después de haber derrotado a Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot y en Edrei. 5Al otro lado del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés comenzó a explicar esta ley, diciendo: 6El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: “Bastante habéis permanecido en este monte. 7“Volveos; partid e id a la región montañosa de los amorreos, y a todos sus vecinos, en el Arabá, en la región montañosa, en el valle, en el Neguev, y por la costa del mar, la tierra de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. 8“Mirad, he puesto la tierra delante de vosotros; entrad y tomad posesión de la tierra que el SEÑOR juró dar a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, a ellos y a su descendencia después de ellos.”
9Y en aquel tiempo os hablé, diciendo: “Yo solo no puedo llevar la carga de todos vosotros. 10“El SEÑOR vuestro Dios os ha multiplicado y he aquí que hoy sois como las estrellas del cielo en multitud. 11“Que el SEÑOR, el Dios de vuestros padres, os multiplique mil veces más de lo que sois y os bendiga, tal como os ha prometido. 12“¿Cómo puedo yo solo llevar el peso y la carga de vosotros y vuestros litigios? 13“Escoged de entre vuestras tribus hombres sabios, entendidos y expertos, y yo los nombraré como vuestros jefes.” 14Y vosotros me respondisteis, y dijisteis: “Bueno es que se haga lo que has dicho.” 15Entonces tomé a los principales de vuestras tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré como dirigentes vuestros, jefes de mil, de cien, de cincuenta, y de diez, y oficiales para vuestras tribus.
16Y en aquella ocasión mandé a vuestros jueces, diciendo: “Oíd los pleitos entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre un hombre y su hermano o el forastero que está con él. 17“No mostraréis parcialidad en el juicio; lo mismo oiréis al pequeño que al grande. No tendréis temor del hombre, porque el juicio es de Dios. Y el caso que sea muy difícil para vosotros, me lo traeréis a mí, y yo lo oiré.” 18En aquella misma ocasión os mandé todas las cosas que deberíais hacer.
19 Partimos de Horeb y pasamos por todo aquel vasto y terrible desierto que visteis, camino de la región montañosa de los amorreos, tal como el SEÑOR nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades-barnea. 20Y os dije: “Habéis llegado a la región montañosa de los amorreos que el SEÑOR nuestro Dios va a darnos. 21“Mira, Israel, el SEÑOR tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardes.” 22Entonces todos vosotros os acercasteis a mí, y dijisteis: “Enviemos hombres delante de nosotros, que nos exploren la tierra, y nos traigan noticia del camino por el cual hemos de subir y de las ciudades a las cuales entraremos.” 23Y me agradó el plan, y tomé a doce hombres de entre vosotros, un hombre por cada tribu. 24Y ellos partieron y subieron a la región montañosa, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra. 25Tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron; y nos dieron un informe, diciendo : “Es una tierra buena que el SEÑOR nuestro Dios nos da.”
26Sin embargo, no quisisteis subir, y os rebelasteis contra el mandato del SEÑOR vuestro Dios. 27Y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo : “Porque el SEÑOR nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos. 28“¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: ‘El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac.’” 29Entonces yo os dije: “No temáis ni les tengáis miedo. 30“El SEÑOR vuestro Dios, que va delante de vosotros, El peleará por vosotros, así como lo hizo delante de vuestros ojos en Egipto, 31y en el desierto, donde has visto cómo el SEÑOR tu Dios te llevó, como un hombre lleva a su hijo, por todo el camino que habéis andado hasta llegar a este lugar.” 32Pero con todo esto, no confiasteis en el SEÑOR vuestro Dios, 33que iba delante de vosotros en el camino para buscaros lugar dónde acampar, con fuego de noche y nube de día, para mostraros el camino por donde debíais andar.
34 Entonces oyó el SEÑOR la voz de vuestras palabras, y se enojó y juró, diciendo: 35“Ninguno de estos hombres, esta generación perversa, verá la buena tierra que juré dar a vuestros padres, 36excepto Caleb, hijo de Jefone; él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, pues él ha seguido fielmente al SEÑOR.” 37El SEÑOR se enojó también contra mí por causa vuestra, diciendo: “Tampoco tú entrarás allá. 38“Josué, hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la posea. 39“Y vuestros pequeños, que dijisteis que vendrían a ser presa, y vuestros hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrarán allá, y a ellos yo la daré, y ellos la poseerán. 40“Pero vosotros, volveos y partid hacia el desierto por el camino del mar Rojo.”
41 Entonces respondisteis y me dijisteis: “Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos tal como el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado.” Y cada uno de vosotros se ciñó sus armas de guerra, y pensasteis que era fácil subir a la región montañosa. 42Pero el SEÑOR me dijo: “Diles: ‘No subáis, ni peleéis, pues yo no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos.’” 43Y os hablé, pero no quisisteis escuchar. Al contrario, os rebelasteis contra el mandamiento del SEÑOR, y obrasteis con presunción, y subisteis a la región montañosa. 44Y los amorreos que moraban en aquella región montañosa salieron contra vosotros, y os persiguieron como lo hacen las abejas, y os derrotaron desde Seir hasta Horma. 45Entonces volvisteis y llorasteis delante del SEÑOR, pero el SEÑOR no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. 46Por eso permanecisteis en Cades muchos días, los días que pasasteis allí.
Nueva Biblia de las Américas
1Estas son las palabras que Moisés habló a todo Israel al otro lado (al este) del río Jordán, en el desierto, en el Arabá, frente a Suf, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2Hay once días de camino desde Horeb hasta Cades Barnea por el camino del Monte Seir. 3En el año cuarenta, el mes undécimo, el primer día del mes, Moisés habló a los Israelitas conforme a todo lo que el SEÑOR le había ordenado que les diera, 4después de haber derrotado a Sehón, rey de los Amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que habitaba en Astarot y en Edrei.
5Al otro lado del Jordán, en la tierra de Moab, Moisés comenzó a explicar esta ley: 6“El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb y dijo: ‘Ustedes han permanecido bastante tiempo en este monte. 7Vuélvanse; pónganse en marcha y vayan a la región montañosa de los Amorreos, y a todos sus vecinos, en el Arabá, en la región montañosa, en el valle, en el Neguev (la región del sur), y por la costa del mar, la tierra de los Cananeos y el Líbano, hasta el gran río, el Río Eufrates. 8Miren, he puesto la tierra delante de ustedes. Entren y tomen posesión de la tierra que el SEÑOR juró dar a sus padres Abraham, Isaac y Jacob, a ellos y a su descendencia después de ellos.’
9“En aquel tiempo les hablé: ‘Yo solo no puedo llevar la carga de todos ustedes. 10El SEÑOR su Dios los ha multiplicado y hoy son como las estrellas del cielo en multitud. 11Que el SEÑOR, el Dios de sus padres, los multiplique mil veces más de lo que son y los bendiga, tal como les ha prometido. 12¿Cómo puedo yo solo llevar el peso y la carga de ustedes y sus pleitos? 13Escojan de entre sus tribus hombres sabios, entendidos y expertos, y yo los nombraré como sus jefes.’ 14“Entonces ustedes me respondieron: ‘Bueno es que se haga lo que has dicho.’ 15Así que tomé a los principales de sus tribus, hombres sabios y expertos, y los nombré como dirigentes suyos: jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y oficiales para sus tribus.
16“En aquella ocasión di órdenes a sus jueces y les dije: ‘Oigan los pleitos entre sus hermanos, y juzguen justamente entre un hombre y su hermano, o el extranjero que está con él. 17No mostrarán parcialidad en el juicio; lo mismo oirán al pequeño que al grande. No tendrán temor del hombre, porque el juicio es de Dios. El caso que sea muy difícil para ustedes, me lo traerán a mí, y yo lo oiré.’ 18En aquella misma ocasión les mandé todas las cosas que debían hacer.
19 “Entonces salimos de Horeb y pasamos por todo aquel vasto y terrible desierto que ustedes vieron, camino de la región montañosa de los Amorreos, tal como el SEÑOR nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades Barnea. 20Y les dije: ‘Han llegado a la región montañosa de los Amorreos que el SEÑOR nuestro Dios nos va a dar. 21Mira, Israel, el SEÑOR tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardes.’
22“Entonces todos ustedes se acercaron a mí, y dijeron: ‘Enviemos hombres delante de nosotros, que nos exploren la tierra, y nos traigan noticia del camino por el cual hemos de subir y de las ciudades a las cuales entraremos.’ 23“Me agradó el plan, y tomé a doce hombres de entre ustedes, un hombre por cada tribu. 24Ellos salieron y subieron a la región montañosa, y llegaron hasta el Valle de Escol, y reconocieron la tierra. 25Entonces tomaron en sus manos del fruto de la tierra y nos lo trajeron; y nos dieron un informe y dijeron: ‘Es una tierra buena que el SEÑOR nuestro Dios nos da.’
26“Sin embargo, ustedes no quisieron subir, y se rebelaron contra el mandato del SEÑOR su Dios. 27Murmuraron en sus tiendas y dijeron: ‘Porque el SEÑOR nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto para entregarnos en manos de los Amorreos y destruirnos. 28‘¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: “El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac.”’
29“Entonces yo les dije: ‘No teman ni les tengan miedo. 30El SEÑOR su Dios, que va delante de ustedes, El peleará por ustedes, así como lo hizo delante de sus ojos en Egipto 31y en el desierto, donde has visto cómo el SEÑOR tu Dios te llevó, como un hombre lleva a su hijo, por todo el camino que anduvieron hasta llegar a este lugar.’ 32Pero con todo esto, ustedes no confiaron en el SEÑOR su Dios, 33que iba delante de ustedes en el camino para buscarles lugar dónde acampar, con fuego de noche y nube de día, para mostrarles el camino por donde debían andar.
34 “Entonces el SEÑOR oyó la voz de las palabras de ustedes, y se enojó y juró: 35‘Ninguno de estos hombres, esta generación perversa, verá la buena tierra que juré dar a sus padres, 36excepto Caleb, hijo de Jefone; él la verá, y a él y a sus hijos daré la tierra que ha pisado, pues él ha seguido fielmente al SEÑOR.’ 37“El SEÑOR se enojó también contra mí por causa de ustedes y dijo: ‘Tampoco tú entrarás allá. 38Josué, hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale, porque él hará que Israel la posea. 39Además, en cuanto a los pequeños, que ustedes dijeron que vendrían a ser presa, y sus hijos, que hoy no tienen conocimiento del bien ni del mal, entrarán allá, y a ellos les daré la tierra y ellos la poseerán. 40Pero ustedes, vuélvanse y vayan hacia el desierto por el camino del Mar Rojo.’
41 “Entonces ustedes respondieron: ‘Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos tal como el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado.’ Y cada uno de ustedes se puso sus armas de guerra, y pensaron que era fácil subir a la región montañosa. 42Pero el SEÑOR me dijo: ‘Diles: “No suban, ni peleen, pues Yo no estoy entre ustedes; para que no sean derrotados por sus enemigos.”’ 43Así les hablé, pero no quisieron escuchar. Al contrario, se rebelaron contra el mandamiento del SEÑOR, y obraron con orgullo, y subieron a la región montañosa. 44Los Amorreos que moraban en aquella región montañosa salieron contra ustedes, y los persiguieron como lo hacen las abejas, y los derrotaron desde Seir hasta Horma. 45Entonces volvieron y lloraron delante del SEÑOR, pero el SEÑOR no escuchó su voz, ni les hizo caso. 46Por eso ustedes permanecieron en Cades muchos días, los días que pasaron allí.
Nueva Versión Internacional
1Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel en el desierto al este del Jordán, es decir, en el Arabá, frente a Suf, entre la ciudad de Parán y las ciudades de Tofel, Labán, Jazerot y Dizahab. 2Por la ruta del monte Seír hay once días de camino entre Horeb y Cades Barnea.
3El día primero del mes undécimo del año cuarenta, Moisés les declaró a los israelitas todo lo que el SEÑOR les había ordenado por medio de él. 4Poco antes, Moisés había derrotado a Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Hesbón, y a Og, rey de Basán, que reinaba en Astarot y en Edrey.
6«Cuando estábamos en Horeb, el SEÑOR nuestro Dios nos ordenó: “Ustedes han permanecido ya demasiado tiempo en este monte. 7Pónganse en marcha y diríjanse a la región montañosa de los amorreos y a todas las zonas vecinas: el Arabá, las montañas, las llanuras occidentales, el Néguev y la costa, hasta la tierra de los cananeos, el Líbano y el gran río, el Éufrates. 8Yo les he entregado esta tierra; ¡adelante, tomen posesión de ella!” El SEÑOR juró que se la daría a los antepasados de ustedes, es decir, a Abraham, Isaac y Jacob, y a sus descendientes.
9»En aquel tiempo les dije: “Yo solo no puedo con todos ustedes. 10El SEÑOR su Dios los ha hecho tan numerosos que hoy son ustedes tantos como las estrellas del cielo. 11¡Que el SEÑOR, el Dios de sus antepasados, los multiplique mil veces más, y los bendiga tal como lo prometió! 12¿Cómo puedo seguir ocupándome de todos los problemas, las cargas y los pleitos de ustedes? 13Designen de cada una de sus tribus a hombres sabios, inteligentes y experimentados, para que sean sus jefes”.
14»Ustedes me respondieron: “Tu plan de acción nos parece excelente”. 15Así que tomé a los líderes de sus tribus, hombres sabios y experimentados, y les di autoridad sobre ustedes. Los puse como jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez, y como funcionarios de las tribus. 16Además, en aquel tiempo les di a sus jueces la siguiente orden: “Atiendan todos los litigios entre sus hermanos, y juzguen con imparcialidad, tanto a los israelitas como a los extranjeros. 17No sean parciales en el juicio; consideren de igual manera la causa de los débiles y la de los poderosos. No se dejen intimidar por nadie, porque el juicio es de Dios. Los casos que no sean capaces de resolver, tráiganmelos, que yo los atenderé”.
19»Obedecimos al SEÑOR nuestro Dios y salimos de Horeb rumbo a la región montañosa de los amorreos. Cruzamos todo aquel inmenso y terrible desierto que ustedes han visto, y así llegamos a Cades Barnea. 20Entonces les dije: “Han llegado a la región montañosa de los amorreos, la cual el SEÑOR nuestro Dios nos da. 21Miren, el SEÑOR su Dios les ha entregado la tierra. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo el SEÑOR, el Dios de sus antepasados. No tengan miedo ni se desanimen”.
23»Su propuesta me pareció buena, así que escogí a doce de ustedes, uno por cada tribu. 24Los doce salieron en dirección a la región montañosa, y llegaron al valle de Escol y lo exploraron. 25Tomaron consigo algunos de los frutos de la tierra, los trajeron y nos informaron lo buena que es la tierra que nos da el SEÑOR nuestro Dios.
26»Sin embargo, ustedes se negaron a subir y se rebelaron contra la orden del SEÑOR su Dios. 27Se pusieron a murmurar en sus carpas y dijeron: “El SEÑOR nos aborrece; nos hizo salir de Egipto para entregarnos a los amorreos y destruirnos. 28¿A dónde iremos? Nuestros hermanos nos han llenado de miedo, pues nos informan que la gente de allá es más fuerte y más alta que nosotros, y que las ciudades son grandes y tienen muros que llegan hasta el cielo. ¡Para colmo, nos dicen que allí vieron anaquitas!”
29»Entonces les respondí: “No se asusten ni les tengan miedo. 30El SEÑOR su Dios marcha al frente y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto 31y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el SEÑOR su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo”.
32»A pesar de eso, ninguno de ustedes confió en el SEÑOR su Dios, 33que se adelantaba a ustedes para buscarles dónde acampar. De noche lo hacía con fuego, para que vieran el camino a seguir, y de día los acompañaba con una nube.
34»Cuando el SEÑOR oyó lo que ustedes dijeron, se enojó e hizo este juramento: 35“Ni un solo hombre de esta generación perversa verá la buena tierra que juré darles a sus antepasados. 36Solo la verá Caleb hijo de Jefone. A él y a sus descendientes les daré la tierra que han tocado sus pies, porque fue fiel al SEÑOR”.
37»Por causa de ustedes el SEÑOR se enojó también conmigo, y me dijo: “Tampoco tú entrarás en esa tierra. 38Quien sí entrará es tu asistente, Josué hijo de Nun. Infúndele ánimo, pues él hará que Israel posea la tierra. 39En cuanto a sus hijos pequeños, que todavía no saben distinguir entre el bien y el mal, y de quienes ustedes pensaron que servirían de botín, ellos sí entrarán en la tierra y la poseerán, porque yo se la he dado. 40Y ahora, ¡regresen al desierto! Sigan la ruta del Mar Rojo”.
43»Yo les di la información, pero ustedes no obedecieron. Se rebelaron contra la orden del SEÑOR y temerariamente subieron a la región montañosa. 44Los amorreos que vivían en aquellas montañas les salieron al encuentro y los persiguieron como abejas, y los vencieron por completo desde Seír hasta Jormá. 45Entonces ustedes regresaron y lloraron ante el SEÑOR, pero él no prestó atención a su lamento ni les hizo caso. 46Por eso ustedes tuvieron que permanecer en Cades tanto tiempo.
Reina-Valera 1960
1Éstas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab. 2Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. 3Y aconteció que a los cuarenta años, en el mes undécimo, el primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos, 4después que derrotó a Sehón rey de los amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán que habitaba en Astarot en Edrei. 5De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: 6Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. 7Volveos e id al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Éufrates. 8Mirad, yo os he entregado la tierra; entrad y poseed la tierra que Jehová juró a vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.
9En aquel tiempo yo os hablé diciendo: Yo solo no puedo llevaros. 10Jehová vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí hoy vosotros sois como las estrellas del cielo en multitud. 11¡Jehová Dios de vuestros padres os haga mil veces más de lo que ahora sois, y os bendiga, como os ha prometido! 12¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas y vuestros pleitos? 13Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes. 14Y me respondisteis y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho. 15Y tomé a los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre vosotros, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de vuestras tribus. 16Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero. 17No hagáis distinción de persona en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré. 18Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer.
19Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea. 20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da. 21Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. 22Y vinisteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar. 23Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de entre vosotros, un varón por cada tribu. 24Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra. 25Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da. 26Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; 27y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos. 28¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac. 29Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. 30Jehová vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos. 31Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar. 32Y aun con esto no creísteis a Jehová vuestro Dios, 33quien iba delante de vosotros por el camino para reconoceros el lugar donde habíais de acampar, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.
34Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: 35No verá hombre alguno de éstos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, 36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque ha seguido fielmente a Jehová. 37También contra mí se airó Jehová por vosotros, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá. 38Josué hijo de Nun, el cual te sirve, él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel. 39Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán. 40Pero vosotros volveos e id al desierto, camino del Mar Rojo.
41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno con sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte. 42Y Jehová me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis derrotados por vuestros enemigos. 43Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte. 44Pero salió a vuestro encuentro el amorreo, que habitaba en aquel monte, y os persiguieron como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, hasta Horma. 45Y volvisteis y llorasteis delante de Jehová, pero Jehová no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. 46Y estuvisteis en Cades por muchos días, los días que habéis estado allí.
Biblia del Jubileo
1Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el llano delante del mar Bermejo, entre Parán, y Tofel, y Labán, y Hazerot, y Dizahab. 2Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. 3Y fue, que a los cuarenta años, en el mes undécimo, al primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que el SEÑOR le había mandado acerca de ellos; 4después que hirió a Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán, que habitaba en Astarot en Edrei; 5a este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: 6El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte; 7volveos, partíos, e id al monte del amorreo, y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al mediodía, y a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. 8Mirad, yo he dado la tierra en vuestra presencia; entrad y poseed la tierra que el SEÑOR juró a vuestros padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les daría a ellos y a su simiente después de ellos.
9Y yo os hablé entonces, diciendo: Yo no puedo llevaros solo; 10el SEÑOR vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí sois hoy vosotros como las estrellas del cielo en multitud. 11¡El SEÑOR Dios de vuestros padres añada sobre vosotros como sois mil veces, y os bendiga, como os ha prometido! 12¿Cómo llevaré yo solo vuestras molestias, vuestras cargas, y vuestros pleitos? 13Dadme de entre vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por vuestros jefes. 14Y me respondisteis, y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho. 15Y tomé los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por príncipes sobre vosotros, príncipes de millares, y príncipes de cientos, y príncipes de cincuenta, y príncipes de diez, y gobernadores a vuestras tribus. 16Y entonces mandé a vuestros jueces, diciendo: Oíd entre vuestros hermanos, y juzgad justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero. 17No tengáis respeto de personas en el juicio; así al pequeño como al grande oiréis; no tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios; y la causa que os fuere difícil, la traeréis a mí, y yo la oiré. 18Os mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habíais de hacer.
19Y partidos de Horeb, anduvimos todo este desierto grande y temeroso que habéis visto, por el camino del monte del amorreo, como el SEÑOR nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cades-barnea. 20Entonces os dije: Habéis llegado al monte del amorreo, el cual el SEÑOR nuestro Dios nos da. 21Mira, el SEÑOR tu Dios ha dado delante de ti la tierra; sube y toma posesión de ella, como el SEÑOR el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes. 22Y llegasteis a mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros, que nos reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar. 23Y el dicho me pareció bien; y tomé doce varones de vosotros, un varón por tribu. 24Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra. 25Y tomaron en sus manos del fruto de la tierra, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que el SEÑOR nuestro Dios nos da. 26Pero no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al dicho del SEÑOR vuestro Dios; 27y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque el SEÑOR nos aborrecía, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del amorreo para destruirnos. 28¿A dónde subimos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes. 29Entonces os dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos. 30El SEÑOR vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme a todas las cosas que hizo con vosotros en Egipto delante de vuestros ojos; 31y en el desierto has visto que el SEÑOR tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis venido a este lugar. 32Y aun con esto no creisteis en el SEÑOR vuestro Dios, 33el cual iba delante de vosotros por el camino, para reconoceros el lugar donde habíais de asentar el campamento, con fuego de noche para mostraros el camino por donde anduvieseis, y con nube de día.
34Y oyó el SEÑOR la voz de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: 35No verá hombre alguno de estos de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, 36excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque fue perfecto con el SEÑOR. 37Y también contra mí se airó el SEÑOR por vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá. 38Josué hijo de Nun, que está delante de ti, él entrará allá; anímale; porque él la hará heredar a Israel. 39Y vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis: Serán por presa; y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán. 40Y vosotros volveos, y partíos al desierto camino del mar Bermejo.
41Entonces respondisteis y me dijisteis: Hemos pecado contra el SEÑOR; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que el SEÑOR nuestro Dios nos ha mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y os preparasteis para subir al monte. 42Y el SEÑOR me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis heridos delante de vuestros enemigos. 43Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al dicho del SEÑOR, y porfiasteis con soberbia, y subisteis al monte. 44Y salió el amorreo, que habitaba en aquel monte, a vuestro encuentro, y os persiguieron, como hacen las avispas, y os quebrantaron en Seir, persiguiéndoos hasta Horma. 45Y volvisteis, y llorasteis delante del SEÑOR; pero el SEÑOR no escuchó vuestra voz, ni os prestó oído. 46Y estuvisteis en Cades por muchos días, como parece en los días que habéis estado.