Deuteronomio capitulo 33
La Biblia de las Américas
2Dijo: El SEÑOR vino del Sinaí y les esclareció desde Seir ; resplandeció desde el monte Parán, y vino de en medio de diez millares de santos ; a su diestra había fulgor centellante para ellos. 3En verdad, El ama al pueblo ; todos tus santos están en tu mano, y siguen en tus pasos ; todos reciben de tus palabras. 4Una ley nos prescribió Moisés, una herencia para la asamblea de Jacob. 5El era rey en Jesurún, cuando se reunieron los jefes del pueblo, juntamente con las tribus de Israel.
8Y de Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón santo, a quien pusiste a prueba en Masah, con quien luchaste en las aguas de Meriba ; 9el que dijo de su padre y de su madre: “No los conozco ”; y no reconoció a sus hermanos, ni consideró a sus propios hijos, porque obedecieron tu palabra, y guardaron tu pacto. 10Ellos enseñarán tus ordenanzas a Jacob y tu ley a Israel. Pondrán incienso delante de ti, y holocaustos perfectos sobre tu altar. 11Bendice, oh SEÑOR, sus esfuerzos, y acepta la obra de sus manos; quebranta los lomos de los que se levantan contra él y de los que lo odian, para que no se levanten más.
13Y de José, dijo: Bendita del SEÑOR sea su tierra, con lo mejor de los cielos, con el rocío y con las profundidades que están debajo; 14con lo mejor de los frutos del sol y con los mejores productos de los meses; 15con lo mejor de los montes antiguos y con lo escogido de los collados eternos ; 16con lo mejor de la tierra y cuanto contiene y el favor del que habitaba en la zarza. Descienda la bendición sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del consagrado entre sus hermanos. 17Su majestad es como la del primogénito del toro, y sus cuernos son los cuernos del búfalo ; con ellos empujará a los pueblos, todos juntos, hasta los confines de la tierra. Tales son los diez millares de Efraín, y tales los millares de Manasés.
18Y de Zabulón, dijo: Alégrate, Zabulón, en tus salidas e Isacar, en tus tiendas. 19Llamarán a los pueblos al monte ; allí ofrecerán sacrificios de justicia, pues disfrutarán de la abundancia de los mares, y de los tesoros escondidos en la arena.
20Y de Gad, dijo: Bendito el que ensancha a Gad; se echa como león, y desgarra el brazo y también la coronilla. 21Entonces reservó para sí la primera parte, pues allí la porción de gobernante le estaba reservada. Y él vino con los jefes del pueblo ; ejecutó la justicia del SEÑOR, y sus ordenanzas con Israel.
24Y de Aser, dijo: Más bendito que hijos es Aser; sea favorecido por sus hermanos, y moje su pie en aceite. 25De hierro y de bronce serán tus cerrojos, y tan largo como tus días será tu reposo.
26Nadie hay como el Dios de Jesurún, que cabalga los cielos para venir en tu ayuda, y las nubes, en su majestad. 27El eterno Dios es tu refugio, y debajo están los brazos eternos. El echó al enemigo delante de ti, y dijo: “¡Destruye !” 28Por eso Israel habita confiado, la fuente de Jacob habita separada en una tierra de grano y mosto ; sus cielos también destilan rocío. 29Dichoso tú, Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvado por el SEÑOR ? El es escudo de tu ayuda, y espada de tu gloria. Tus enemigos simularán someterse ante ti, y tú hollarás sus lugares altos.
Nueva Biblia de las Américas
2Dijo: “El SEÑOR vino del Sinaí Esclareciéndoles desde Seir; Resplandeció desde el Monte Parán, Y vino de en medio de diez millares de santos; A Su diestra había fulgor centelleante para ellos. 3En verdad, El ama al pueblo; Todos Tus santos están en Tu mano, Y siguen en Tus pasos; Todos reciben de Tus palabras. 4Una ley nos dio Moisés, Una herencia para la asamblea de Jacob. 5El era rey en Jesurún (Israel), Cuando se reunieron los jefes del pueblo, Junto con las tribus de Israel.
8De Leví dijo: “Tu Tumim y Tu Urim sean para Tu hombre santo, A quien pusiste a prueba en Masah, Con quien luchaste en las aguas de Meriba; 9El que dijo de su padre y de su madre: ‘No los conozco’; Y no reconoció a sus hermanos, Ni consideró a sus propios hijos, Porque obedecieron Tu palabra, Y guardaron Tu pacto. 10Ellos enseñarán Tus ordenanzas a Jacob Y Tu ley a Israel. Pondrán incienso delante de Ti, Y holocaustos perfectos sobre Tu altar. 11Bendice, oh SEÑOR, sus esfuerzos, Y acepta la obra de sus manos; Quebranta los lomos de los que se levantan contra él Y de los que lo odian, para que no se levanten más.”
13De José, dijo: “Bendita del SEÑOR sea su tierra, Con lo mejor de los cielos, con el rocío Y con las profundidades que están debajo; 14Con lo mejor de los frutos del sol Y con los mejores productos de los meses; 15Con lo mejor de los montes antiguos Y con lo escogido de los collados eternos; 16Con lo mejor de la tierra y cuanto contiene Y el favor del que habitaba en la zarza. Descienda la bendición sobre la cabeza de José, Y sobre la coronilla del consagrado entre sus hermanos. 17Su majestad es como la del primogénito del toro, Y sus cuernos son los cuernos del búfalo. Con ellos empujará a los pueblos, Todos juntos, hasta los confines de la tierra. Tales son los diez millares de Efraín, Y tales los millares de Manasés.”
18De Zabulón, dijo: “Alégrate, Zabulón, en tus salidas Y tú Isacar, en tus tiendas. 19Llamarán a los pueblos al monte; Allí ofrecerán sacrificios de justicia, Pues disfrutarán de la abundancia de los mares, Y de los tesoros escondidos en la arena.”
20De Gad, dijo: “Bendito el que ensancha a Gad; Se echa como león, Y desgarra el brazo y también la coronilla. 21Entonces reservó para sí la primera parte, Pues allí la porción de gobernante le estaba reservada. Y él vino con los jefes del pueblo; Ejecutó la justicia del SEÑOR, Y Sus ordenanzas con Israel.”
24Y de Aser, dijo: “Más bendito que hijos es Aser; Sea favorecido por sus hermanos, Y moje su pie en aceite. 25De hierro y de bronce serán tus cerrojos, Y tan largo como tus días será tu reposo.
26Nadie hay como el Dios de Jesurún (Israel), Que cabalga los cielos para venir en tu ayuda, Y las nubes, en Su majestad. 27El eterno Dios es tu refugio, Y debajo están los brazos eternos. El echó al enemigo delante de ti, Y dijo: ‘¡Destruye!’ 28Por eso Israel habita confiado, La fuente de Jacob habita separada En una tierra de grano y vino nuevo; Sus cielos también destilan rocío. 29Dichoso tú, Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvado por el SEÑOR? El es escudo de tu ayuda, Y espada de tu gloria. Tus enemigos simularán someterse ante ti, Y tú pisotearás sus lugares altos.”
Nueva Versión Internacional
1Antes de su muerte, Moisés, hombre de Dios, bendijo así a los israelitas: 2«Vino el SEÑOR desde el Sinaí: vino sobre su pueblo, como aurora, desde Seír; resplandeció desde el monte Parán, y llegó desde Meribá Cades con rayos de luz en su diestra. 3Tú eres quien ama a su pueblo; todos los santos están en tu mano. Por eso siguen tus pasos y de ti reciben instrucción. 4Es la ley que nos dio Moisés, el tesoro de la asamblea de Jacob. 5El SEÑOR era rey sobre Jesurún cuando los líderes del pueblo se reunieron, junto con las tribus de Israel.
8Acerca de Leví dijo: «El urim y el tumim, que son tuyos, los has dado al hombre que favoreces. Lo pusiste a prueba en Masá; en las aguas de Meribá contendiste con él. 9Dijo de su padre y de su madre: “No los tomo en cuenta”. No reconoció a sus hermanos, y hasta desconoció a sus hijos, pero tuvo en cuenta tu palabra y obedeció tu pacto. 10Le enseñó tus preceptos a Jacob y tu ley a Israel. Presentó ante ti, sobre tu altar, el incienso y las ofrendas del todo quemadas. 11Bendice, SEÑOR, sus logros y acepta la obra de sus manos. Destruye el poder de sus adversarios; ¡que nunca más se levanten sus enemigos!»
13Acerca de José dijo: «El SEÑOR bendiga su tierra con el rocío precioso del cielo y con las aguas que brotan de la tierra; 14con las mejores cosechas del año y los mejores frutos del mes; 15con lo más selecto de las montañas de siempre y la fertilidad de las colinas eternas; 16con lo mejor de lo que llena la tierra y el favor del que mora en la zarza ardiente. Repose todo esto sobre la cabeza de José, sobre la corona del elegido entre sus hermanos. 17José es majestuoso como primogénito de toro; ¡poderoso como un búfalo! Con sus cuernos atacará a las naciones, hasta arrinconarlas en los confines del mundo. ¡Tales son los millares de Manasés, las decenas de millares de Efraín!»
18Acerca de Zabulón dijo: «Tú, Zabulón, eres feliz emprendiendo viajes, y tú, Isacar, quedándote en tu carpa. 19Invitarán a los pueblos a subir a la montaña, para ofrecer allí sacrificios de justicia. Disfrutarán de la abundancia del mar y de los tesoros escondidos en la arena».
20Acerca de Gad dijo: «¡Bendito el que ensanche los dominios de Gad! Ahí habita Gad como león, desgarrando brazos y cabezas. 21Escogió la mejor tierra para sí; se guardó la porción del líder. Cuando los jefes del pueblo se reunieron, cumplió la justa voluntad del SEÑOR, los decretos que había dado a su pueblo».
24Acerca de Aser dijo: «Aser es el más bendito de los hijos; que sea el favorito de sus hermanos, y se empape en aceite los pies. 25Tus cerrojos serán de hierro y bronce; ¡que dure tu fuerza tanto como tus días!
26»No hay nadie como el Dios de Jesurún, que para ayudarte cabalga en los cielos, entre las nubes, con toda su majestad. 27El Dios eterno es tu refugio; por siempre te sostiene entre sus brazos. Expulsará de tu presencia al enemigo y te ordenará que lo destruyas. 28¡Vive seguro, Israel! ¡Habita sin enemigos, fuente de Jacob! Tu tierra está llena de trigo y de mosto; tus cielos destilan rocío. 29¡Sonríele a la vida, Israel! ¿Quién como tú, pueblo rescatado por el SEÑOR? Él es tu escudo y tu ayuda; él es tu espada victoriosa. Tus enemigos se doblegarán ante ti; sus espaldas te servirán de tapete».
Reina-Valera 1960
2Dijo: Jehová vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha. 3Aun amó a su pueblo; Todos los consagrados a él estaban en su mano; Por tanto, ellos siguieron en tus pasos, Recibiendo dirección de ti, 4Cuando Moisés nos ordenó una ley, Como heredad a la congregación de Jacob. 5Y fue rey en Jesurún, Cuando se congregaron los jefes del pueblo Con las tribus de Israel. 6Viva Rubén, y no muera; Y no sean pocos sus varones.
8A Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim sean para tu varón piadoso, A quien probaste en Masah, Con quien contendiste en las aguas de Meriba, 9Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, Ni a sus hijos conoció; Pues ellos guardaron tus palabras, Y cumplieron tu pacto. 10Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán el incienso delante de ti, Y el holocausto sobre tu altar. 11Bendice, oh Jehová, lo que hicieren, Y recibe con agrado la obra de sus manos; Hiere los lomos de sus enemigos, Y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.
13A José dijo: Bendita de Jehová sea tu tierra, Con lo mejor de los cielos, con el rocío, Y con el abismo que está abajo. 14Con los más escogidos frutos del sol, Con el rico producto de la luna, 15Con el fruto más fino de los montes antiguos, Con la abundancia de los collados eternos, 16Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos. 17Como el primogénito de su toro es su gloria, Y sus astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés.
18A Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; Y tú, Isacar, en tus tiendas. 19Llamarán a los pueblos a su monte; Allí sacrificarán sacrificios de justicia, Por lo cual chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros escondidos de la arena.
20A Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; Como león reposa, Y arrebata brazo y testa. 21Escoge lo mejor de la tierra para sí, Porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y vino en la delantera del pueblo; Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová.
24A Aser dijo: Bendito sobre los hijos sea Aser; Sea el amado de sus hermanos, Y moje en aceite su pie. 25Hierro y bronce serán tus cerrojos, Y como tus días serán tus fuerzas. 26No hay como el Dios de Jesurún, Quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda, Y sobre las nubes con su grandeza. 27El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; Él echó de delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye. 28E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola En tierra de grano y de vino; También sus cielos destilarán rocío. 29Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.
Biblia del Jubileo
1Y ésta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese. 2Y dijo: el SEÑOR vino de Sinaí, y de Seir les esclareció; resplandeció del monte de Parán, y vino con diez mil santos; a su diestra la ley de fuego para ellos. 3Aun amó los pueblos; todos sus santos están en tu mano; ellos también se unieron a tus pies; recibieron de tus dichos. 4Ley nos mandó Moisés por heredad a la congregación de Jacob. 5Y fue rey en Jesurún, cuando se congregaron las cabezas del pueblo, las tribus de Israel en uno. 6Viva Rubén, y no muera; y sean sus varones en número. 7Y esta bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh SEÑOR, la voz de Judá, y llévalo a la tierra que le es prometida; sus manos le basten, y tú seas ayuda contra sus enemigos. 8Y a Leví dijo: Tu Tumim y tu Urim diste a tu buen varón, al cual probaste en Masah; y le hiciste reñir en las aguas de Meriba. 9El que dijo a su padre y a su madre: Nunca los vi; ni conoció a sus hermanos, ni conoció a sus hijos; por lo cual ellos guardarán tus dichos, y observarán tu pacto. 10Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel; pondrán el incienso a tus narices, y el holocausto sobre tu altar. 11Bendice, oh SEÑOR, su ministerio, y en la obra de sus manos toma contentamiento; hiere los lomos de sus enemigos, y de los que le aborrecieren; para que nunca se levanten. 12Y a Benjamín dijo: El amado del SEÑOR habitará confiado cerca de él; lo cubrirá siempre, y entre sus hombros morará. 13Y a José dijo: Bendita sea del SEÑOR su tierra, por los regalos de los cielos, por el rocío, y por el abismo que abajo yace, 14y por los regalos de los frutos del sol, y por los regalos de las influencias de las lunas, 15y por la cumbre de los montes antiguos; y por los regalos de los collados eternos, 16y por los regalos de la tierra y su plenitud; y la gracia del que habitó en la zarza venga sobre la cabeza de José, y sobre la mollera del apartado de sus hermanos. 17El es hermoso como el primogénito de su toro, y sus cuernos, cuernos de unicornio; con ellos acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; y éstos son los diez millares de Efraín, y éstos los millares de Manasés. 18Y a Zabulón dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres; y tú Isacar, en tus tiendas. 19Llamarán los pueblos al monte; allí sacrificarán sacrificios de justicia; por lo cual chuparán la abundancia de los mares, y los tesoros escondidos de la arena. 20Y a Gad dijo: Bendito el que hizo ensanchar a Gad; como león habitará, y arrebatará brazo y mollera. 21El vio para sí lo primero, porque allí estaba escondida la parte del legislador, y vino en la delantera del pueblo; la justicia del SEÑOR ejecutará, y sus juicios con Israel. 22Y a Dan dijo: Dan, cachorro de león; saltará desde Basán. 23Y a Neftalí dijo: Neftalí, saciado de buena voluntad, y lleno de la bendición del SEÑOR, hereda el occidente y el mediodía, 24y a Aser dijo: Bendito más que los hijos, Aser; será agradable a sus hermanos, y mojará en aceite su pie. 25Hierro y bronce serán tus cerraduras, y como tus días será tu fortaleza. 26No hay otro como el Dios de Jesurún, quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda; en los cielos con su grandeza. 27La habitación de Dios es eterna, y debajo de brazos eternos; el echará de delante de ti al enemigo, y dirá: Destruye. 28E Israel, la fuente de Jacob, habitará confiado solo en tierra de grano y de vino; también sus cielos destilarán rocío. 29Bienaventurado tú, oh Israel, ¿Quién como tú, pueblo salvo por el SEÑOR, escudo de tu socorro, y cuchillo de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas.