Ezequiel capitulo 16
La Biblia de las Américas
1Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: 2Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominaciones, 3y di: “Así dice el Señor DIOS a Jerusalén: ‘Por tu origen y tu nacimiento eres de la tierra del cananeo, tu padre era amorreo y tu madre hitita. 4‘En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales. 5‘Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abierto, porque fuiste aborrecida el día en que naciste.
6‘Yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije: “¡Vive!” Sí, te dije, mientras estabas en tu sangre: “¡Vive!” 7‘Te hice tan numerosa como la hierba del campo. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura ; se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta. 8‘Entonces pasé junto a ti y te vi, y he aquí, tu tiempo era tiempo de amores ; extendí mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo ’ — declara el Señor DIOS — ‘y fuiste mía. 9‘Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceite. 10‘Te vestí con tela bordada y puse en tus pies sandalias de piel de marsopa; te envolví con lino fino y te cubrí con seda. 11‘Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collar a tu cuello. 12‘Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza. 13‘Estabas adornada con oro y plata, y tu vestido era de lino fino, seda y tela bordada. Comías flor de harina, miel y aceite; eras hermosa en extremo y llegaste a la realeza. 14‘Entonces tu fama se divulgó entre las naciones por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que yo puse en ti’ — declara el Señor DIOS.
15‘Pero tú confiaste en tu hermosura, te prostituiste a causa de tu fama y derramaste tus prostituciones a todo el que pasaba, fuera quien fuera. 16‘Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de varios colores, y te prostituiste en ellos, cosa que nunca debiera haber sucedido ni jamás sucederá. 17‘Tomaste también tus bellas joyas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte con ellas. 18‘Tomaste tu tela bordada y las cubriste, y ofreciste ante ellas mi aceite y mi incienso. 19‘También te di mi pan, la flor de harina, el aceite y la miel con que yo te alimentaba, y lo ofrecías ante ellas como aroma agradable. Así sucedió’ — declara el Señor DIOS. 20‘Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habías dado a luz para mí, y se los sacrificaste como alimento. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones, 21para que mataras a mis hijos y se los ofrecieras haciéndolos pasar por fuego ? 22‘Y en todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta y revolcándote en tu sangre.
23‘Y sucedió que después de toda tu maldad (“¡Ay, ay de ti!” — declara el Señor DIOS) 24te edificaste un santuario y te hiciste un lugar alto en todas las plazas. 25‘En toda cabecera de camino te edificaste tu lugar alto, y abominable hiciste tu hermosura; y te entregaste a todo el que pasaba y multiplicaste tu prostitución. 26‘También te prostituiste a los egipcios, tus vecinos de cuerpos robustos, y multiplicaste tu prostitución para provocarme a ira. 27‘Y he aquí, yo extendí mi mano contra ti y disminuí tus raciones. Y te entregué al deseo de las que te odiaban, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de tu conducta deshonesta. 28‘Además, te prostituiste a los asirios porque no te habías saciado; te prostituiste a ellos y ni aun entonces te saciaste. 29‘También multiplicaste tu prostitución en la tierra de los mercaderes, Caldea, y ni aun con esto te saciaste.’”
30¡Qué débil es tu corazón — declara el Señor DIOS — cuando haces todas estas cosas, las acciones de una ramera desvergonzada ! 31Cuando edificaste tu santuario en toda cabecera de camino y te hiciste tu lugar alto en cada plaza, al desdeñar la paga, no eras como la ramera. 32¡Mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños! 33A todas las rameras les dan regalos, pero tú dabas regalos a todos tus amantes y los sobornabas para que vinieran a ti de todas partes para tus prostituciones. 34En tus prostituciones eras distinta de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta.
35Por tanto, ramera, oye la palabra del SEÑOR. 36Así dice el Señor DIOS: Por cuanto fue derramada tu lascivia y descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus detestables ídolos, y a causa de la sangre de tus hijos que les ofreciste, 37por tanto, he aquí, yo reuniré a todos tus amantes con quienes te gozaste, a todos los que amaste y a todos los que aborreciste; los reuniré de todas partes contra ti, descubriré tu desnudez ante ellos y ellos verán toda tu desnudez. 38Te juzgaré como son juzgadas las adúlteras y las que derraman sangre, y traeré sobre ti sangre de furor y de celos. 39También te entregaré en manos de tus amantes y ellos derribarán tus santuarios, destruirán tus lugares altos, te despojarán de tus vestidos, te quitarán tus bellas joyas y te dejarán desnuda y descubierta. 40Incitarán contra ti una multitud, y te apedrearán y te harán pedazos con sus espadas. 41Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán juicios contra ti a la vista de muchas mujeres. Y haré que dejes de ser ramera y no darás más paga a tus amantes. 42Desahogaré mi furor en ti; mis celos se apartarán de ti, me apaciguaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te has acordado de los días de tu juventud, sino que me has irritado con todas estas cosas, he aquí, también yo haré recaer tu conducta sobre tu cabeza — declara el Señor DIOS — para que no cometas esta lascivia con todas tus otras abominaciones.
44He aquí, todo aquel que cita proverbios repetirá este proverbio acerca de ti, diciendo : “De tal madre, tal hija.” 45Eres hija de tu madre que aborreció a su marido y a sus hijos, y hermana de tus hermanas que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Vuestra madre era hitita y vuestro padre amorreo. 46Tu hermana mayor es Samaria que con sus hijas habita al norte de ti, y tu hermana menor es Sodoma que habita al sur de ti con sus hijas. 47Pero no sólo has andado en sus caminos y has hecho según sus abominaciones, sino que, como si eso fuera muy poco, te has corrompido más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo — declara el Señor DIOS — que tu hermana Sodoma y sus hijas no han hecho como tú y tus hijas habéis hecho. 49He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado, 50y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de mí. Y cuando lo vi las hice desaparecer. 51Ni aun Samaria ha cometido ni la mitad de tus pecados, pues tú has multiplicado tus abominaciones más que ellas, y has hecho aparecer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometido. 52También tú, carga con tu ignominia ya que has hecho juicios favorables de tus hermanas. A causa de tus pecados, en los que obraste en forma más abominable que ellas, ellas son más justas que tú. Tú pues, avergüénzate también y carga con tu ignominia, ya que hiciste parecer justas a tus hermanas.
53Y cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaria y de sus hijas, y junto con ellas, tu propia suerte, 54para que cargues con tu humillación y te avergüences de todo lo que has hecho cuando seas consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su estado anterior; también tú y tus hijas volveréis a vuestro estado anterior. 56El nombre de tu hermana Sodoma no era mencionado en tu boca el día de tu soberbia, 57antes que fuera descubierta tu maldad. Como ella has venido a ser tú el oprobio de las hijas de Edom y de todas sus vecinas y de las hijas de los filisteos que te desprecian por todos lados. 58Llevas sobre ti el castigo de tu lascivia y de tus abominaciones — declara el SEÑOR. 59Porque así dice el Señor DIOS: Yo haré contigo como has hecho tú, que has despreciado el juramento violando el pacto.
60Yo recordaré sin embargo mi pacto contigo en los días de tu juventud, y estableceré para ti un pacto eterno. 61Entonces te acordarás de tus caminos y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú; y te las daré por hijas, pero no por causa de tu pacto. 62Estableceré mi pacto contigo ; y sabrás que yo soy el SEÑOR ; 63para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu humillación, cuando yo te haya perdonado por todo lo que has hecho — declara el Señor DIOS.
Nueva Biblia de las Américas
1Entonces vino a mí la palabra del SEÑOR: 2“Hijo de hombre, haz saber a Jerusalén sus abominaciones, 3y di: ‘Así dice el Señor DIOS a Jerusalén: “Por tu origen y tu nacimiento eres de la tierra del Cananeo, tu padre era Amorreo y tu madre Hetea. 4En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu cordón umbilical, ni fuiste lavada con agua para limpiarte; no fuiste frotada con sal, ni envuelta en pañales. 5Ningún ojo se apiadó de ti para hacer por ti alguna de estas cosas, para compadecerse de ti; sino que fuiste echada al campo abierto, porque fuiste aborrecida el día en que naciste.
6Yo pasé junto a ti y te vi revolcándote en tu sangre. Mientras estabas en tu sangre, te dije: ‘¡Vive!’ Sí, te dije, mientras estabas en tu sangre: ‘¡Vive!’ 7Te hice tan numerosa como la hierba del campo. Y creciste, te hiciste grande y llegaste a la plenitud de tu hermosura. Se formaron tus pechos y creció tu pelo, pero estabas desnuda y descubierta. 8Entonces pasé junto a ti y te vi, y tu tiempo era tiempo de amores; extendí Mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez. Te hice juramento y entré en pacto contigo, y fuiste Mía,” declara el Señor DIOS. 9“Te lavé con agua, te limpié la sangre y te ungí con aceite. 10Te vestí con tela bordada y puse en tus pies sandalias de piel de marsopa; te envolví con lino fino y te cubrí con seda. 11Te engalané con adornos, puse brazaletes en tus manos y un collar a tu cuello. 12Puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una hermosa corona en tu cabeza. 13Estabas adornada con oro y plata, y tu vestido era de lino fino, seda y tela bordada. Comías flor de harina, miel y aceite; eras hermosa en extremo y llegaste a la realeza. 14Entonces tu fama se divulgó entre las naciones por tu hermosura, que era perfecta, gracias al esplendor que Yo puse en ti,” declara el Señor DIOS.
15“Pero tú confiaste en tu hermosura, te prostituiste a causa de tu fama y derramaste tus prostituciones a todo el que pasaba, fuera quien fuera. 16Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste lugares altos de varios colores, y te prostituiste en ellos, cosa que nunca debiera haber sucedido ni jamás sucederá. 17Tomaste también tus bellas joyas de oro y de plata que Yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombres para prostituirte con ellas. 18Tomaste tu tela bordada y las cubriste, y ofreciste ante ellas Mi aceite y Mi incienso. 19También te di Mi pan, la flor de harina, el aceite y la miel con que Yo te alimentaba, y lo ofrecías ante ellas como aroma agradable. Así sucedió,” declara el Señor DIOS. 20“Tomaste además a tus hijos y a tus hijas que habías dado a luz para Mí, y se los sacrificaste como alimento. ¿Acaso eran poca cosa tus prostituciones, 21para que mataras a Mis hijos y se los ofrecieras a los ídolos, haciéndolos pasar por fuego? 22Y en todas tus abominaciones y prostituciones no te acordaste de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta y revolcándote en tu sangre.
23Y después de toda tu maldad (‘¡Ay, ay de ti!’ declara el Señor DIOS,) 24te edificaste un santuario y te hiciste un lugar alto en todas las plazas. 25En toda cabecera de camino te edificaste tu lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura. Te entregaste a todo el que pasaba y multiplicaste tu prostitución. 26También te prostituiste a los Egipcios, tus vecinos de cuerpos robustos, y multiplicaste tu prostitución para provocarme a ira. 27Y Yo extendí Mi mano contra ti y disminuí tus raciones. Y te entregué al deseo de las que te odiaban, las hijas de los Filisteos, que se avergonzaban de tu conducta deshonesta. 28Además, te prostituiste a los Asirios porque no te habías saciado; te prostituiste a ellos y ni aun entonces te saciaste. 29También multiplicaste tu prostitución en la tierra de los mercaderes, Caldea, y ni aun con esto te saciaste.”’”
30“¡Qué débil es tu corazón,” declara el Señor DIOS, “cuando haces todas estas cosas, las acciones de una ramera desvergonzada! 31Cuando edificaste tu santuario en toda cabecera de camino y te hiciste tu lugar alto en cada plaza, al despreciar la paga, no eras como la ramera. 32¡Mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a extraños! 33A todas las rameras les dan regalos, pero tú dabas regalos a todos tus amantes y los sobornabas para que vinieran a ti de todas partes para tus prostituciones. 34En tus prostituciones eras distinta de las otras mujeres: nadie te solicitaba para fornicar; tú dabas la paga, pero a ti ninguna paga se te daba. Eras distinta.”
35Por tanto, ramera, oye la palabra del SEÑOR. 36Así dice el Señor DIOS: “Por cuanto fue derramada tu lascivia y descubierta tu desnudez en tus prostituciones con tus amantes y con todos tus detestables ídolos, y a causa de la sangre de tus hijos que les ofreciste, 37por tanto, Yo reuniré a todos tus amantes con quienes te gozaste, a todos los que amaste y a todos los que aborreciste; los reuniré de todas partes contra ti, descubriré tu desnudez ante ellos y ellos verán toda tu desnudez. 38Te juzgaré como son juzgadas las adúlteras y las que derraman sangre, y traeré sobre ti sangre de furor y de celos. 39También te entregaré en manos de tus amantes y ellos derribarán tus santuarios, destruirán tus lugares altos, te despojarán de tus vestidos, te quitarán tus bellas joyas y te dejarán desnuda y descubierta. 40Provocarán contra ti a una multitud, y te apedrearán y te harán pedazos con sus espadas. 41Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán juicios contra ti a la vista de muchas mujeres. Entonces haré que dejes de ser ramera y no darás más paga a tus amantes. 42Desahogaré Mi furor en ti; Mis celos se apartarán de ti, me apaciguaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te has acordado de los días de tu juventud, sino que Me has irritado con todas estas cosas, también Yo haré recaer tu conducta sobre tu cabeza,” declara el Señor DIOS, “para que no cometas esta lascivia con todas tus otras abominaciones.”
44“Todo aquél que cita proverbios repetirá este proverbio acerca de ti: ‘De tal madre, tal hija.’ 45Eres hija de tu madre que aborreció a su marido y a sus hijos, y hermana de tus hermanas que aborrecieron a sus maridos y a sus hijos. Su madre era Hitita y su padre Amorreo. 46Tu hermana mayor es Samaria que con sus hijas (sus aldeas) habita al norte de ti, y tu hermana menor es Sodoma que habita al sur de ti con sus hijas. 47Pero no sólo has andado en sus caminos y has hecho según sus abominaciones, sino que, como si eso fuera muy poco, te has corrompido más que ellas en todos tus caminos.
48“Vivo Yo,” declara el Señor DIOS, “que tu hermana Sodoma y sus hijas no han hecho como tú y tus hijas han hecho. 49Pues ésta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado, 50y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de Mí. Y cuando lo vi las hice desaparecer. 51Ni aún Samaria ha cometido ni la mitad de tus pecados, pues tú has multiplicado tus abominaciones más que ellas, y has hecho aparecer justas a tus hermanas con todas las abominaciones que has cometido. 52También tú, carga con tu ignominia ya que has hecho que se hagan juicios favorables de tus hermanas. A causa de tus pecados, en los que obraste en forma más abominable que ellas, ellas son más justas que tú. Tú pues, avergüénzate también y carga con tu ignominia, ya que hiciste que tus hermanas parecieran justas.
53“Y cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de sus hijas, la suerte de Samaria y de sus hijas, y junto con ellas, tu propia suerte, 54para que cargues con tu humillación y te avergüences de todo lo que has hecho cuando seas consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su estado anterior; también tú y tus hijas volverán a su estado anterior. 56El nombre de tu hermana Sodoma no era mencionado en tu boca el día de tu soberbia, 57antes que fuera descubierta tu maldad. Como ella, tú has venido a ser el oprobio de las hijas de Edom, de todas sus vecinas y de las hijas de los Filisteos que te desprecian por todos lados. 58Llevas sobre ti el castigo de tu lascivia y de tus abominaciones,” declara el SEÑOR. 59Porque así dice el Señor DIOS: “Yo haré contigo como has hecho tú, que has despreciado el juramento violando el pacto.
60“Sin embargo, Yo recordaré Mi pacto contigo en los días de tu juventud, y estableceré para ti un pacto eterno. 61Entonces te acordarás de tus caminos y te avergonzarás cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú; y te las daré por hijas, pero no por causa de tu pacto. 62Estableceré Mi pacto contigo; y sabrás que Yo soy el SEÑOR; 63para que recuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu humillación, cuando Yo te haya perdonado por todo lo que has hecho,” declara el Señor DIOS.
Nueva Versión Internacional
1El SEÑOR me dirigió la palabra: 2«Hijo de hombre, échale en cara a Jerusalén sus prácticas repugnantes. 3Adviértele que así dice el SEÑOR omnipotente: “Jerusalén, tú eres cananea de origen y de nacimiento; tu padre era amorreo y tu madre, hitita. 4El día en que naciste no te cortaron el cordón umbilical; no te bañaron, no te frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. 5Nadie se apiadó de ti ni te mostró compasión brindándote estos cuidados. Al contrario, el día en que naciste te arrojaron al campo como un objeto despreciable.
9»”Te bañé, te limpié la sangre y te perfumé. 10Te puse un vestido bordado y te calcé con finas sandalias de cuero. Te vestí con ropa de lino y de seda. 11Te adorné con joyas: te puse pulseras, collares, 12aretes, un anillo en la nariz y una hermosa corona en la cabeza. 13Quedaste adornada de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y de telas bordadas. Te alimentabas con el mejor trigo, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa; ¡te sobraban cualidades para ser reina! 14Tan perfecta era tu belleza que tu fama se extendió por todas las naciones, pues yo te adorné con mi esplendor. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
15»”Sin embargo, confiaste en tu belleza y, valiéndote de tu fama, te prostituiste. ¡Sin ningún pudor te entregaste a cualquiera que pasaba! 16Con tus mismos vestidos te hiciste aposentos idolátricos de vistosos colores, y allí te prostituiste. ¡Algo nunca visto! 17Con las joyas de oro y plata que yo te había obsequiado, hiciste imágenes masculinas, y con ellas te prostituiste ofreciéndoles culto. 18Les pusiste tus vestidos bordados, y les ofreciste mi aceite y mi perfume. 19Como ofrenda de olor fragante les presentaste el alimento que yo te había dado: el mejor trigo, el aceite de oliva y la miel. Lo afirma el SEÑOR omnipotente.
20»”Tomaste también a los hijos y a las hijas que tuviste conmigo y los sacrificaste como alimento a esas imágenes. ¡No te bastaron tus prostituciones! 21Inmolaste a mis hijos y los pasaste por fuego como ofrenda en honor de esos ídolos. 22En todas tus repugnantes prácticas y prostituciones no te acordaste de los días de tu infancia, cuando estabas completamente desnuda y te revolcabas en tu propia sangre.
23»”¡Ay de ti, ay de ti! —afirma el SEÑOR omnipotente—. Para colmo de tus perversidades, 24construiste prostíbulos en cada plaza. 25¡No hubo esquina donde no te exhibieras para prostituirte! Te abriste de piernas a cualquiera que pasaba, y fornicaste sin cesar. 26Te acostaste con los egipcios, tus vecinos de grandes genitales, y para enfurecerme multiplicaste tus fornicaciones. 27Yo levanté mi mano para castigarte y reduje tu territorio; te entregué a las ciudades filisteas, que se avergonzaban de tu conducta depravada. 28Una y otra vez fornicaste con los asirios, porque eras insaciable. 29Lo mismo hiciste con los comerciantes de Babilonia, y ni así quedaste satisfecha.
30»”¡Qué mente tan depravada la tuya! —afirma el SEÑOR omnipotente—. ¡Te comportabas como una vil prostituta! 31Pero, cuando en cada plaza armabas un prostíbulo y te exhibías en cada esquina, no te comportabas como una prostituta, ¡pues no cobrabas nada!
32»”¡Adúltera! Prefieres a los extraños, en vez de a tu marido. 33A todas las prostitutas se les paga; tú, en cambio, les pagas a tus amantes. Los sobornas para que vengan de todas partes a acostarse contigo. 34En tu prostitución has sido diferente de otras mujeres: como nadie se te ofrecía, tú pagabas en vez de que te pagaran a ti. ¡En eso sí eras diferente de las demás!
35»”Por tanto, prostituta, escucha la palabra del SEÑOR. 36Así dice el SEÑOR omnipotente: Has expuesto tus vergüenzas y exhibido tu desnudez al fornicar con tus amantes y con tus ídolos; a estos les has ofrecido la sangre de tus hijos. 37Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda. 38Te juzgaré como a una adúltera y homicida, y derramaré sobre ti mi ira y mi celo. 39Te entregaré en sus manos, y ellos derribarán tus prostíbulos y demolerán tus puestos. Te arrancarán la ropa y te despojarán de tus joyas, dejándote completamente desnuda. 40Convocarán a la asamblea contra ti, y te apedrearán y te descuartizarán a filo de espada. 41Incendiarán tus casas, y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución, y ya no volverás a pagarles a tus amantes. 42Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo. 43Yo te hago responsable de tu conducta por haberte olvidado de los días de tu infancia, por haberme irritado con todas estas cosas, y por haber agregado infamia a tus prácticas repugnantes. Lo afirma el SEÑOR.
44»”Los que acostumbran citar refranes dirán esto de ti: ‘De tal palo, tal astilla’. 45Tú eres igual a tu madre, que despreció a su marido y a sus hijos; eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus maridos y a sus hijos. La madre de ustedes era hitita, y su padre, amorreo. 46Tu hermana mayor es Samaria, ubicada al norte de ti con sus aldeas. Tu hermana menor es Sodoma, ubicada al sur de ti con sus aldeas. 47No solo has seguido su conducta, sino que has actuado según sus prácticas repugnantes. En poco tiempo llegaste a ser peor que ellas. 48Yo, el SEÑOR, lo juro por mí mismo: ni tu hermana Sodoma ni sus aldeas hicieron jamás lo que tú y tus aldeas han hecho. 49Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. 50Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido. 51¡Pero ni Samaria ni sus aldeas cometieron la mitad de tus pecados! Tú te entregaste a más prácticas repugnantes que ellas, haciendo que ellas parecieran justas en comparación contigo. 52Ahora tú, carga con tu desgracia; porque son tantos tus pecados que has favorecido a tus hermanas al hacerlas parecer más justas que tú. ¡Avergüénzate y carga con tu desgracia! Has hecho que tus hermanas parezcan más justas que tú.
53»”Pero yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de Samaria, con sus respectivas aldeas, y haré lo mismo contigo. 54Así cargarás con tu desgracia y te avergonzarás de todo lo que hiciste, y les servirás de consuelo. 55Tú y tus dos hermanas, con sus respectivas aldeas, volverán a ser como antes. 56¿Acaso no te burlabas de tu hermana Sodoma en tu época de orgullo, 57antes de que se hiciera pública tu maldad? Ahora te has vuelto el hazmerreír de las aldeas edomitas y filisteas, ¡y por todas partes te desprecian! 58Sobre tus hombros llevas el peso de tu infamia y de tus prácticas repugnantes. Lo afirma el SEÑOR.
59»”Así dice el SEÑOR omnipotente: Te daré tu merecido, porque has menospreciado el juramento y quebrantado la alianza. 60Sin embargo, yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo en los días de tu infancia, y estableceré contigo una alianza eterna. 61Tú te acordarás de tu conducta pasada, y te avergonzarás cuando yo acoja a tus hermanas, la mayor y la menor, para dártelas como hijas, aunque no participan de mi alianza contigo. 62Yo estableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy el SEÑOR. 63Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad y te avergonzarás, y en tu humillación no volverás a jactarte. Lo afirma el SEÑOR omnipotente”».
Reina-Valera 1960
1Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, 3y di: Así ha dicho Jehová el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea. 4Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5No hubo ojo que se compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste.
6Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: ¡Vive! 7Te hice multiplicar como la hierba del campo; y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero estabas desnuda y descubierta.
8Y pasé yo otra vez junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. 9Te lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda. 11Te atavié con adornos, y puse brazaletes en tus brazos y collar a tu cuello. 12Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza. 13Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta llegar a reinar. 14Y salió tu renombre entre las naciones a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor.
15Pero confiaste en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. 16Y tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido, ni sucederá más. 17Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre y fornicaste con ellas; 18y tomaste tus vestidos de diversos colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste delante de ellas. 19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová el Señor. 20Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, 21para que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas imágenes como ofrenda que el fuego consumía? 22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta, cuando estabas envuelta en tu sangre.
23Y sucedió que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor), 24te edificaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. 25En toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto. 28Fornicaste también con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos y tampoco te saciaste. 29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto te saciaste.
30¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera desvergonzada, 31edificando tus lugares altos en toda cabeza de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. 34Y ha sucedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.
35Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová. 36Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnudeces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez, y ellos verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré sobre ti sangre de ira y de celos. 39Y te entregaré en manos de ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares, y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alhajas, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán con sus espadas. 41Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. 42Y saciaré mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no me enojaré más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria.
44He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija. 45Hija eres tú de tu madre, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti; y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al sur de ti. 47Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dice Jehová el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no han hecho como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que ésta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones que tú hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a tus hermanas.
53Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56No era tu hermana Sodoma digna de mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos, las cuales por todos lados te desprecian. 58Sufre tú el castigo de tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jehová.
59Pero más ha dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, 62sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jehová; 63para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jehová el Señor.
Biblia del Jubileo
1Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 2Hijo de hombre, notifica a Jerusalén sus abominaciones, 3Y di: Así dijo el Señor DIOS sobre Jerusalén: Tu habitación y tu raza fue de la tierra de Canaán; tu padre amorreo, y tu madre hetea. 4En cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para ablandarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas. 5No hubo ojo que se compadeciese de ti, para hacerte algo de esto, teniendo de ti misericordia; sino que fuiste echada sobre la faz del campo, con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. 6Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y te dije: En tus sangres vivirás; te dije: En tus sangres vivirás. 7En millares, como la hierba del campo, te puse, y fuiste aumentada y engrandecida, y viniste a ser adornada grandemente; los pechos te crecieron, y tu pelo reverdeció; mas tú estabas desnuda y descubierta. 8Y pasé yo junto a ti, y te miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti, y cubrí tus vergüenzas; y te di juramento, y entré en pacto contigo, dijo el Señor DIOS, y fuiste mía; 9y te lavé con aguas, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con aceite; 10y te vestí de bordado, y te calcé de tejón, y te ceñí de lino, y te vestí de seda. 11Y te atavíe con ornamentos, y puse ajorcas en tus brazos, y collar a tu cuello; 12y puse cerquillos sobre tus narices, y zarcillos en tus orejas, y diadema de hermosura en tu cabeza. 13Y fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido fue lino, y seda, y bordado; comiste flor de harina de trigo, y miel, y aceite; y fuiste hermoseada en extremo, y has prosperado hasta reinar. 14Y te salió renombre entre los gentiles a causa de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosura que yo puse sobre ti, dijo el Señor DIOS. 15Mas confiaste en tu hermosura, y fornicaste a causa de tu renombre, y derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. 16Y tomaste de tus vestidos, e hiciste altares de diversos colores, y fornicaste en ellos; cosa semejante no vendrá, ni será así. 17Tomaste asimismo los vasos de tu hermosura de mi oro y de mi plata, que yo te había dado, y te hiciste imágenes de hombre, y fornicaste con ellas. 18Y tomaste tus vestidos de diversos colores, y las cubriste; y mi aceite y mi perfume pusiste delante de ellas. 19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, y el aceite, y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor suave; y fue así, dijo el Señor DIOS. 20Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que me habías engendrado, y los sacrificaste a ellas para consumación. ¿Es poco, esto de tus fornicaciones? 21Y sacrificaste mis hijos, y los diste a ellas para que los hiciesen pasar por el fuego a ellas. 22Y con todas tus abominaciones y tus fornicaciones, ¿no te has acordado de los días de tu mocedad, cuando estabas desnuda y descubierta? Envuelta en tus sangres estabas. 23Y fue que después de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! Dijo el Señor DIOS), 24te edificaste alto, y te hiciste altar en todas las plazas; 25en toda cabeza de camino edificaste tu altar, y tornaste abominable tu hermosura, y abriste tus piernas a cuantos pasaban, y multiplicaste tus fornicaciones. 26Y fornicaste con los hijos de Egipto, tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones para enojarme. 27Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu libertad, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino tan deshonesto. 28Fornicaste también con los hijos de Assur por no haberte saciado; y fornicaste con ellos, y tampoco te saciaste. 29Multiplicaste asimismo tu fornicación en la tierra de Canaán y de los caldeos; ni tampoco con esto te saciaste. 30¡Cuán inconstante es tu corazón, dijo el Señor DIOS, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una poderosa ramera, 31edificando tus altares en cabeza de todo camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no fuiste semejante a ramera, menospreciando el salario, 32sino como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a ajenos. 33A todas las rameras dan dones; mas tú diste tus dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que entrasen a ti de todas partes por tus fornicaciones. 34Y ha sido en ti al contrario de las mujeres en tus fornicaciones, ni nunca después de ti será así fornicado; porque en dar tú dones, y no ser dados dones a ti, ha sido al contrario. 35Por tanto, ramera, oye palabra del SEÑOR: 36Así dijo el Señor DIOS: Por cuanto han sido descubiertas tus vergüenzas, y tu confusión ha sido manifestada a tus enamorados en tus fornicaciones; y a los ídolos de tus abominaciones, y en la sangre de tus hijos, los cuales les diste; 37por tanto, he aquí que yo junto todos tus enamorados con los cuales tomaste placer, y todos los que amaste, con todos los que aborreciste; y los reuniré contra ti alrededor, y les descubriré tu vergüenza, y verán toda tu desnudez. 38Y yo te juzgaré por las leyes de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y te daré en sangre de ira y de celo. 39Y te entregaré en mano de ellos; y destruirán tu alto, y derribarán tus altares, y te harán desnudar de tus ropas, y se llevarán los vasos de tu gloria, y te dejarán desnuda y descubierta. 40Y harán subir contra ti reunión de gente, y te apedrearán con piedras, y te atravesarán con sus espadas. 41Y quemarán tus casas a fuego, y harán en ti juicios a ojos de muchas mujeres; y te haré cesar de ser ramera, ni tampoco darás más don. 42Y haré reposar mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré de enojarme más. 43Por cuanto no te acordaste de los días de tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he aquí yo también he tornado tu camino sobre tu cabeza, dijo el Señor DIOS; pues ni aun has pensado sobre todas tus abominaciones. 44He aquí, que todo proverbista hará de ti proverbio, diciendo: Como la madre, tal su hija. 45Hija de tu madre eres tú, que desechó a su marido y a sus hijos; y hermana de tus hermanas eres tú, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vuestra madre fue hetea, y vuestro padre el amorreo. 46Y tu hermana mayor es Samaria con sus hijas, la cual habita a tu mano izquierda; y tu hermana la menor que tú es Sodoma con sus hijas, la cual habita a tu mano derecha. 47Y aun no anduviste en sus caminos, ni hiciste según sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco, antes te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. 48Vivo yo, dijo el Señor DIOS, Sodoma tu hermana, con sus hijas, nunca hizo como hiciste tú y tus hijas. 49He aquí que ésta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso. 50Y se llenaron de soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo vi las quité. 51Y Samaria no cometió ni la mitad de tus pecados; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas, y has justificado a tus hermanas con todas tus abominaciones que hiciste. 52Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva tu vergüenza en tus pecados que hiciste, más abominables que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues, tú también, y lleva tu confusión, pues que has justificado a tus hermanas. 53Yo, pues, haré tornar sus cautivos, los cautivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y de sus hijas, y los cautivos de tus cautiverios entre ellas, 54para que tú lleves tu confusión, y te avergüences de todo lo que has hecho, siéndoles tú motivo de consuelo. 55Y tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas, volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a vuestro primer estado. 56Sodoma, tu hermana, no fue nombrada en tu boca en el tiempo de tus soberbias, 57antes que tu maldad se descubriese, como en el tiempo de la vergüenza de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos alrededor, que te menosprecian en contorno. 58Tú has llevado tu lujuria y tus abominaciones, dijo el SEÑOR. 59Porque así dijo el Señor DIOS: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? 60Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días de tu juventud, y te confirmaré un pacto sempiterno. 61Y te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibás a tus hermanas, las mayores que tú con las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto. 62Y confirmaré mi pacto contigo, y sabrás que yo soy el SEÑOR; 63Para que te acuerdes, y te avergüences, y nunca más abras la boca a causa de tu vergüenza, cuando me aplacare para contigo de todo lo que hiciste, dijo el Señor DIOS.