Ezequiel capitulo 31
La Biblia de las Américas
2Hijo de hombre, di a Faraón, rey de Egipto, y a su multitud: “¿A quién te pareces en tu grandeza? 3“He aquí, Asiria era un cedro en el Líbano de hermosas ramas y frondoso, de sombra abundante y de elevada estatura, y su copa estaba entre las nubes. 4“Las aguas lo hicieron crecer y las corrientes profundas lo encumbraron; con sus ríos se extendía en torno al lugar donde estaba plantado, y enviaba sus corrientes a todos los árboles del campo. 5“Por eso su altura era mayor que la de todos los árboles del campo; se multiplicaban sus ramas y se alargaba su ramaje, extendiéndose a causa de las muchas aguas. 6“En sus ramas anidaban todas las aves del cielo, bajo su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban todas las grandes naciones. 7“Era, pues, hermoso en su grandeza, por la extensión de sus ramas; porque sus raíces estaban junto a muchas aguas. 8“Los cedros no lo igualaban en el huerto de Dios ; los cipreses no se podían comparar con su ramaje, y los plátanos no igualaban sus ramas. Ningún árbol en el huerto de Dios podía compararse a él en su hermosura. 9“Hermoso lo hice por la multitud de sus ramas, y lo envidiaban todos los árboles del Edén que estaban en el huerto de Dios.
10“Por tanto, así dice el Señor DIOS : ‘Porque es de elevada estatura, y ha puesto su copa entre las nubes, y su corazón es altivo por su altura, 11lo entregaré, pues, en manos de un déspota de las naciones que lo tratará con dureza. Conforme a su maldad lo he echado fuera. 12‘Y extranjeros, los más crueles de entre las naciones, lo han derribado y abandonado ; sobre los montes y en todos los valles han caído sus ramas, y su ramaje ha sido quebrado en todas las barrancas de la tierra ; todos los pueblos de la tierra se han retirado de su sombra y lo han abandonado. 13‘Sobre sus ruinas habitarán todas las aves del cielo, y sobre su ramaje derribado estarán todas las bestias del campo, 14para que no se exalten en su altura ninguno de los árboles junto a las aguas, ni alcen su copa entre las nubes, ni confíen en su altura sus poderosos bien regados. Porque todos han sido entregados a la muerte, a las profundidades de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.’
15“Así dice el Señor DIOS: ‘El día en que descendió al Seol causé lamentaciones, le cerré las corrientes profundas y detuve sus ríos. Sus muchas aguas cesaron, e hice que el Líbano se lamentara por él y por él todos los árboles del campo se marchitaron. 16‘Al estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando lo hice descender al Seol con los que descienden a la fosa ; entonces todos los árboles bien regados del Edén, los escogidos y los mejores del Líbano, se consolaron en las profundidades de la tierra. 17‘También ellos descendieron con él al Seol, con los que murieron a espada ; y los que eran su fuerza habitaban bajo su sombra en medio de las naciones. 18‘¿A quién, pues, eres semejante en gloria y grandeza entre los árboles del Edén? Sin embargo, serás derribado con los árboles del Edén a las profundidades de la tierra; yacerás en medio de los incircuncisos, con los que fueron muertos a espada. Así es Faraón y toda su multitud’” — declara el Señor DIOS.
Nueva Biblia de las Américas
2“Hijo de hombre, dile a Faraón, rey de Egipto, y a su multitud: ‘¿A quién te pareces en tu grandeza? 3Recuerda que Asiria era un cedro en el Líbano De hermosas ramas y frondoso, de sombra abundante Y de elevada altura, Y su copa estaba entre las nubes. 4Las aguas lo hicieron crecer y las corrientes profundas lo encumbraron; Con sus ríos se extendía alrededor del lugar donde estaba plantado, Y enviaba sus corrientes a todos los árboles del campo. 5Por eso su altura era mayor que la de todos los árboles del campo. Se multiplicaban sus ramas y se alargaba su ramaje, Extendiéndose a causa de las muchas aguas. 6En sus ramas anidaban todas las aves del cielo, Bajo su ramaje parían todas las bestias del campo, Y a su sombra habitaban todas las grandes naciones. 7Era, pues, hermoso en su grandeza, por la extensión de sus ramas; Porque sus raíces estaban junto a muchas aguas. 8Los cedros no lo igualaban en el huerto de Dios; Los cipreses no se podían comparar con su ramaje, Y los plátanos no igualaban sus ramas. Ningún árbol en el huerto de Dios podía compararse a él en su hermosura. 9Hermoso lo hice por la multitud de sus ramas, Y lo envidiaban todos los árboles del Edén que estaban en el huerto de Dios.
10Por tanto, así dice el Señor DIOS: “Porque es de elevada altura, y ha puesto su copa entre las nubes, y su corazón es altivo por su altura, 11lo entregaré, pues, en manos de un déspota de las naciones que lo tratará con dureza. Conforme a su maldad lo he echado fuera. 12Y extranjeros, los más crueles de entre las naciones, lo han derribado y abandonado. Sus ramas han caído sobre los montes y en todos los valles, y su ramaje ha sido quebrado en todas las barrancas de la tierra. Todos los pueblos de la tierra se han retirado de su sombra y lo han abandonado. 13Sobre sus ruinas habitarán todas las aves del cielo, y sobre su ramaje derribado estarán todas las bestias del campo, 14para que no se exalten en su altura ninguno de los árboles junto a las aguas, ni alcen su copa entre las nubes, ni confíen en su altura sus poderosos bien regados. Porque todos han sido entregados a la muerte, a las profundidades de la tierra, entre los hijos de los hombres con los que descienden a la fosa.’”
15‘Así dice el Señor DIOS: “El día en que el cedro descendió al Seol (región de los muertos) causé lamentaciones, le cerré las corrientes profundas y detuve sus ríos. Sus muchas aguas cesaron, e hice que el Líbano se lamentara por él y por él todos los árboles del campo se marchitaron. 16Al estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando lo hice descender al Seol con los que descienden a la fosa. Entonces todos los árboles bien regados del Edén, los escogidos y los mejores del Líbano, se consolaron en las profundidades de la tierra. 17También ellos descendieron con él al Seol, con los que murieron a espada; y los que eran su fuerza habitaban bajo su sombra en medio de las naciones. 18¿A quién, pues, eres semejante en gloria y grandeza entre los árboles del Edén? Sin embargo, serás derribado con los árboles del Edén a las profundidades de la tierra. Yacerás en medio de los incircuncisos, con los que fueron muertos a espada. Así es Faraón y toda su multitud’” declara el Señor DIOS.
Nueva Versión Internacional
2«Hijo de hombre, dile al faraón y a toda su gente: »“¿Quién se puede comparar con tu grandeza? 3Fíjate en Asiria, que alguna vez fue cedro del Líbano, con bello y frondoso ramaje; su copa llegaba hasta las nubes. 4Las aguas lo hicieron crecer; las corrientes profundas lo nutrieron. Sus ríos corrían en torno a sus raíces; sus acequias regaban todos los árboles del campo. 5Así el cedro creció más alto que todos los árboles. Gracias a las abundantes aguas, se extendió su frondoso ramaje. 6Todas las aves del cielo anidaban en sus ramas. Todas las bestias del campo parían bajo su follaje. Todas las naciones vivían bajo su sombra. 7Era un árbol imponente y majestuoso, de ramas extendidas; sus raíces se hundían hasta las aguas caudalosas. 8Ningún cedro en el jardín de Dios se le podía comparar; ningún pino ostentaba un follaje parecido, ni tenían su fronda los castaños. Ningún árbol del jardín de Dios se le comparaba en hermosura. 9Yo lo hice bello y con un ramaje majestuoso. En el Edén, jardín de Dios, era la envidia de todos los árboles.
10»”Por eso, así dice el SEÑOR omnipotente: ‘Por cuanto el árbol creció tan alto, y ufano de su altura irguió su copa hasta las nubes, 11yo lo he desechado; lo he dejado en manos de un déspota invasor, para que lo trate según su maldad. 12Los extranjeros más crueles lo han talado, abandonándolo a su suerte. Sus ramas han caído en los montes y en los valles; yacen rotas por todas las cañadas del país. Huyeron y lo abandonaron todas las naciones que buscaban protección bajo su sombra. 13Ahora las aves del cielo se posan sobre su tronco caído, y los animales salvajes se meten entre sus ramas. 14Y esto es para que ningún árbol que esté junto a las aguas vuelva a crecer tanto; para que ningún árbol, por bien regado que esté, vuelva a elevar su copa hasta las nubes. Todos están destinados a la muerte, a bajar a las regiones profundas de la tierra y quedarse entre los mortales que descienden a la fosa.
15»” ’Así dice el SEÑOR omnipotente: El día en que el cedro bajó al abismo, hice que el mar subterráneo se secara en señal de duelo. Detuve sus corrientes, y contuve sus ríos; por él cubrí de luto al Líbano, y todos los árboles del campo se marchitaron. 16Cuando lo hice bajar al abismo, junto con los que descienden a la fosa, con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones. Todos los árboles del Edén, los más selectos y hermosos del Líbano, los que estaban mejor regados, se consolaron en las regiones subterráneas. 17Sus aliados entre las naciones que buscaban protección bajo su sombra también descendieron con él al abismo, junto con los que habían muerto a filo de espada. 18Ningún árbol del Edén se le podía comparar en grandeza y majestad. No obstante, también él descendió con los árboles del Edén a las regiones subterráneas. Allí quedó tendido en medio de los paganos, junto con los que murieron a filo de espada. ¡Y así será la muerte del faraón y de todos sus súbditos! Lo afirma el SEÑOR omnipotente’ ”».
Reina-Valera 1960
1Aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza? 3He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas. 4Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes. 5Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado. 6En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones. 7Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas. 8Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura. 9Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles de Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.
10Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado en altura, y haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura, 11yo lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto le tratará según su maldad. Yo lo he desechado. 12Y lo destruirán extranjeros, los poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. 13Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo, 14para que no se exalten en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni confíen en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a muerte, a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.
15Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron. 16Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos de Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra. 17También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.
Biblia del Jubileo
1Y aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, al primero del mes, que vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 2Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza? 3He aquí era el asirio, cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y umbroso con sus ramas, y de grande altura, y su copa la más alta entre densas ramas. 4Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos iban alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes. 5Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y sus ramas se multiplicaron, y se alargaron sus ramas a causa de sus muchas aguas que enviaba. 6En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchos gentiles. 7Se hizo hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas. 8Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a sus ramos; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura. 9Yo lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia. 10Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto te encumbraste en altura, y puso su cumbre entre densas ramas, y su corazón se elevó con su altura, 11Yo lo entregué en mano del fuerte de los gentiles, él lo tratará; por su impiedad lo derribé. 12Y lo cortarán extraños, los fuertes de los gentiles, y lo abandonarán; sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra serán quebrados sus ramos; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. 13Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre su ramas estarán todas las bestias del campo, 14para que no se eleven en su altura todos los árboles de las aguas, ni levanten su cumbre entre las espesuras, ni en sus ramas se paren en su altura todos los que beben aguas; porque todos serán entregados a muerte, a la tierra baja, en medio de los hijos de los hombres, con los que descienden a la sepultura. 15Así dijo el Señor DIOS: El día que descendió al infierno, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; y al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron. 16Del estruendo de su caída hice temblar a los gentiles, cuando lo hice descender al infierno con los que descienden a la sepultura; y todos los árboles del Edén escogidos, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, tomaron consolación en la tierra baja. 17También ellos descendieron con él al infierno, con los muertos a cuchillo, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de los gentiles. 18¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en la tierra baja; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a cuchillo. Este es Faraón y todo su pueblo, dijo el Señor DIOS.