Visión general de Filipenses
Tipo de libro: Epístola paulina, una de las cuatro Epístolas que escribió en prisión, el libro número 11 del Nuevo Testamento.
Autor: Pablo y Timoteo se nombran específicamente como los autores de Filipenses en Filipenses 1:1. Tradicionalmente, se ha considerado que Pablo es su autor principal.
Audiencia: Filipenses está escrito para un grupo de creyentes con quienes Pablo fundó una iglesia durante su segundo viaje misionero aproximadamente en el año 49 d.C. (Hechos 16). Filipos era una colonia romana con creyentes que eran principalmente gentiles.
Este grupo había ayudado financieramente a Pablo, y de otra manera que no se nombra, al menos tres veces antes de que se escribiera esta carta (Filipenses 4:16). También le habían entregado otro regalo a través de Epafrodito. Esta carta, la cual fue escrita unos 12 años después de la fundación de la iglesia de Filipos, es en gran parte una carta de agradecimiento a los filipenses y, como resultado, es muy positiva. Sin embargo, debido a que Pablo escribió esta carta durante un tiempo de arresto domiciliario en Roma, sí que incluye el tema principal de regocijarse durante el sufrimiento.
Pablo se identificó personalmente con los que sufren, y tenía simpatía por el sufrimiento de los creyentes filipenses, a quienes les da mucho ánimo para ayudarlos durante los tiempos más difíciles. Pablo también habla en contra de aquellos que predicaban por ambición personal (Filipenses 2:3–4; Filipenses 1:15–18) y contra varios falsos maestros (Filipenses 3).
Fecha: Escrita aproximadamente del 60 al 62 d.C., durante el primer encarcelamiento de Pablo en Roma.
Resumen: El libro de Filipenses se centra en la actitud que los cristianos deben tener durante los tiempos de sufrimiento. Más concretamente, los cristianos deben regocijarse ante las situaciones difíciles. Pablo anima a los creyentes a regocijarse a pesar del sufrimiento (Filipenses 1), a regocijarse a través del servicio humilde (Filipenses 2), a centrarse en Cristo durante los tiempos difíciles (Filipenses 3) y a depender de la fuerza de Cristo a través de las dificultades (Filipenses 4).
El capítulo 1 incluye una breve introducción (Filipenses 1:1–2) seguida de tres secciones clave. En la primera, Pablo da gracias y ora en favor de los cristianos filipenses (Filipenses 1:3–11). En la segunda, Pablo se centra en la expansión del evangelio (Filipenses 1:12–18). En la tercera, Pablo enfatiza que vivir es Cristo y morir es en realidad una ganancia (Filipenses 1:19–30).
El capítulo 2 enfatiza el tema del regocijo durante los tiempos de sufrimiento. Primero, Pablo da el ejemplo de la humildad de Cristo (Filipenses 2:1–11). Segundo, dice que los creyentes deben ser como luces en un mundo de tinieblas (Filipenses 2:12–18). Tercero, Pablo da instrucciones con respecto a sus compañeros de trabajo cristianos Timoteo y Epafrodito (Filipenses 2:19–30).
El capítulo 3 habla de Cristo como nuestro fundamento durante el sufrimiento. Primero, Pablo analiza la importancia de la justicia que se alcanza únicamente por fe en Cristo en lugar de por las obras (Filipenses 3:1–11). En segundo lugar, Pablo habla de esforzarse por alcanzar la meta de seguir a Cristo (Filipenses 3:12–21).
El capítulo 4 habla de la fuerza de Cristo que podemos experimentar durante los tiempos de sufrimiento. Esto incluye oraciones y ánimo (Filipenses 4:1–9) y se centra en la provisión de Dios (Filipenses 4:10–20), lo cual viene seguido de una breve conclusión (Filipenses 4:21–23).
Versículos clave (RVC)
Filipenses 1:21: Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
Filipenses 2:8: Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 3:7: Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Filipenses 4:4: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!
Filipenses 4:6–7: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:13: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.