¿Qué significa Gálatas 3:28?
Pablo les ha estado diciendo a los cristianos gentiles (no judíos) de Galacia que no debían escuchar a los judaizantes, ya que no necesitaban seguir la ley para alcanzar la salvación (Gálatas 2:4). Por medio de la fe en Cristo, y solo por la fe, ya eran hijos plenos del Dios Todopoderoso (Gálatas 3:7–9), y habían sido bautizados en el Espíritu de Dios (quien ya estaba en en ellos). Era como si se hubiera vestido de Cristo. Por lo tanto, ¿qué beneficios obtendrían si trataran de seguir la ley otra vez?Ahora, Pablo les asegura a estos creyentes que, en Cristo, se habían unido plenamente con todos los demás que estaban en Cristo. Todos los cristianos son iguales dentro de la familia de Dios. La manera en que nos distinguimos los unos a los otros en la Tierra no significa nada a ojos de nuestro Padre. Los judíos no son más importantes que los griegos (no judíos). Las personas libres no son más honorables que los esclavos. Los hombres no son superiores a las mujeres, y no hay ninguna raza o etnia que sea superior a las demás.
¿Cómo es esto posible? La respuesta es que Cristo ocupa la posición más honorable dentro de la familia de Dios, y todos los cristianos están "en Cristo". De esa manera, somos uno, estamos unidos. Dado que nadie puede ser más importante que los demás, todas y todos somos iguales a ojos de Dios.
Es importante señalar que esta enseñanza no tiene ningún fundamento liberal, conservador o político, sino que surgió por primera vez en la historia de la humanidad dentro de los evangelios. Por tanto, no es una declaración sobre los diversos roles que los cristianos pueden desempeñar en esta vida, ni tampoco se trata sobre el honor que podemos recibir o perder en este lado de la eternidad. En cambio, esta declaración se centra en el hecho de que todos somos iguales a ojos de Dios, y en la manera en que debemos aprender a vernos los unos a los otros. Debido a que todos los cristianos están en Cristo, todos somos uno.