¿Qué significa Gálatas capitulo 4?
En Gálatas 4, Pablo continúa enseñándoles una lección importante a los cristianos gálatas. Según Pablo, sería una tontería que comenzaran a seguir la ley de Moisés con la esperanza de que Dios los aceptara. En este pasaje, Pablo habla sobre este tema compartiendo tres argumentos diferentes.Su primer argumento nos habla de la especie de servidumbre que tienen que soportan incluso los herederos de un hombre rico. Pablo está usando la cultura griega de su época para compartir este argumento. Aunque un hijo heredaba de su padre todo lo que tenía, no lo hacía hasta que llegara el día de su herencia, y hasta ese momento vivía bajo la supervisión de tanto administradores como de tutores. Por lo tanto, no se podía decir que era libre.
De la misma manera, las personas que vivían según la ley vivían como esclavos hasta que Cristo llegó a la Tierra. La ley nos reveló nuestra propia pecaminosidad, y no podíamos escaparnos de ella por nosotros mismos. Cristo nos rescató de esa esclavitud pagando el precio de nuestros pecados con Su vida. Como resultado, Dios adopta a las personas que confían en Cristo y los acepta como si fueran Sus propios hijos. Más aún, Dios envía a Su propio Espíritu para vivir en los corazones de estos nuevos hijos e hijas (Gálatas 4:1–7).
De manera similar, los propios gálatas también fueron esclavos de los dioses falsos de su cultura. ¿Por qué empezaron entonces a seguir la ley y a convertirse nuevamente en esclavos? Este segundo argumento de Pablo en Gálatas 4 se trata más de algo personal que de una cuestión de lógica. Pablo está compartiendo sus sentimientos con ellos, y les recuerda a los cristianos gálatas de la manera que lo honraron a él y al mensaje de Jesús cuando se conocieron por primera vez. De hecho, Pablo estuvo enfermo cuando se conocieron, pero eso tampoco les impidió creer (Gálatas 4:8–14).
¿Qué había cambiado entonces?, pregunta Pablo. "¿Me he convertido en su enemigo al decirles la verdad?" En verdad, Pablo sabía lo que había cambiado. Los gálatas habían comenzado a verlo tanto a él y como al mensaje de la gracia de Dios como distorsiones del verdadero evangelio debido a los falsos maestros que había entre ellos. Pablo les revela el motivo por el que estos maestros estaban haciendo esto: solo querían glorificarse a sí mismos. Pablo, en cambio, los llama hijitos queridos, y sufre por ellos una vez más, tal y como sufre una madre al dar a luz. Lo único que Pablo deseaba es ver a Cristo formarse en ellos y entre ellos (Gálatas 4:15–20).
Finalmente, Pablo hace una alegoría algo complicada usando la vida de Abrahán para demostrar que, al elegir la ley, los cristianos gálatas eligieron la esclavitud en lugar de la libertad.
En esta alegoría, Agar, la esposa esclava de Abrahán (Génesis 16:1–3), representa a las personas que viven bajo la ley de Moisés; y su esposa libre, Sara, representa el momento en que Dios justifica a las personas a través de su fe en Cristo (Hebreos 11:11). Ismael, quien nació de la mujer esclava, nació en la esclavitud. Isaac, sin embargo, fue hijo de la promesa de Dios y nació a través del poder sobrenatural de Dios.
Un día, Ismael se burló de Isaac. Debido a eso, Sara exigió que Abrahán echara a Agar e Ismael de la familia (Génesis 21:8–14). Ella no quería que Ismael compartiera la herencia con Isaac, su hijo biológico. Dios estuvo de acuerdo con lo que Sara y Abrahán decidieron hacer y los expulsaron. Pablo concluye que lo mismo les ha sucedido a las personas que siguen la ley y no confían en Cristo para ser justificados. Todos los que confían en Cristo nacen en la familia de Dios y comparten esa promesa a través del poder del Espíritu Santo (Gálatas 4:21–31).