¿Qué significa Gálatas 6:7?
Pablo ha estado animando a los cristianos para que vivan una vida marcada por el fruto del Espíritu (Gálatas 5:19–25) y a apoyarse los unos a los otros en las luchas de la vida (Gálatas 6:1–5). El cristianismo se basa en la gracia de Dios. Dios nos da cosas buenas que nunca podríamos habernos ganado por nuestra propia cuenta. Debido a nuestro pecado, nos merecemos la muerte y el sufrimiento. En cambio, en Cristo, Dios nos ofreció una nueva vida y propósito.Aun así, tal y como Pablo lo dice claramente en este versículo, la gracia de Dios no elimina la ley moral de la causa y el efecto. En esta vida, nuestras decisiones traen consigo una serie de consecuencias naturales que no se pueden evitar. Por tanto, no debemos mentirnos a nosotros mismos, pensando que, debido a la gracia de Dios y el perdón de nuestros pecados, no sufriremos ningún daño si continuamos pecando deliberadamente; creer tal cosa es como burlarse de Dios y tomarse a la ligera el sacrificio que Jesús hizo por nuestro pecado en la cruz.
Lo que hacemos en esta vida importa, más allá incluso de la cuestión de si veremos o no el cielo. En la eternidad, lo que elegimos hacer en esta vida se reflejará en nuestras recompensas celestiales, y esto ocurrirá únicamente para las personas que han alcanzado la salvación (1 Corintios 3:12–15; 2 Corintios 5:10). En cambio, las personas que no lo hayan hecho, serán castigadas eternamente (Apocalipsis 20:11– 14).
Hasta entonces, la "cosecha" que producimos desde ahora hasta el momento de nuestra muerte también estará determinada por las "semillas" que plantamos por el camino. La ley natural de Dios de causa y efecto todavía se aplica, tanto en la vida de los creyentes como en la de los incrédulos. Pablo profundizará en esta idea mucho más durante los siguientes versículos.