¿Qué significa Génesis 1:30?
Estas palabras son muy similares a las del versículo anterior, en el que Dios deja claro expresamente que la humanidad podría hacer uso de cada planta y árbol que produjera semillas como alimento. Ahora Dios dice que lo mismo es cierto para los animales, los pájaros y los reptiles. Es casi imposible pasar por alto el hecho de que, en este momento, Dios no ofrece expresamente los animales como alimento para los seres humanos o para los demás animales. Más tarde, Dios cambiaría específicamente las instrucciones que le dio a las personas acerca de qué otras partes de Su creación se podían considerar como comida y las que no.Esto a menudo se interpreta en el sentido de que todas las criaturas que Dios creó fueron inicialmente herbívoros. Otros estudiosos ven esto en un sentido menos literal y más general: que las plantas eran la fuente principal de alimento para el reino animal. Si bien hay varios argumentos teológicos, bíblicos y científicos que se pueden hacer desde varias perspectivas, ninguno de ellos representa realmente la idea principal de este pasaje.
En otras palabras, la comida específica que se puede comer o no, no es lo que este versículo nos quiere enseñar. Más bien, lo que este pasaje determina claramente es que Dios es el proveedor absoluto de toda Su creación, algo que ha estado haciendo desde el principio. De ese modo, por Su propia voluntad, Dios les proporciona alimento tanto a las personas como a las bestias (Mateo 6:26).
Génesis 1:26–31 describe el origen de los seres humanos, la más singular de todas las creaciones de Dios. Al igual que con otros aspectos del relato de creación, se dan muy pocos detalles al respecto. La información que se nos da, sin embargo, es inconfundible. El hombre fue creado de forma única "a imagen" de Dios, investido de autoridad sobre la tierra y con la orden de reproducirse. Cada una de estas ideas establece aspectos críticos de la cosmovisión cristiana y una actitud adecuada cuando consideramos al resto de la humanidad. Al igual que con otras partes de este capítulo, los debates que existen sobre ciertos detalles del texto no anulan la verdad central: el hombre es la creación deliberada del Único Dios Verdadero y, como resultado, representa algo especial dentro de Su universo.
Génesis 1 es nada más y nada menos que una afirmación escueta de que Dios creó el universo. Dejando a un lado todos los debates sobre modelos e interpretaciones, el capítulo insiste innegablemente en una cosa: Dios quiere que todo el mundo lo reconozca como el Creador de todas las cosas. Escrito en el idioma hebreo original de acuerdo con una estructura poética establecida, el capítulo se desarrolla a través de una serie de patrones y revelaciones. Para aquellos que creen en estas palabras, nuestra respuesta debe ser nada menos que adorar a nuestro Creador.