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Génesis capitulo 15

La Biblia de las Américas

Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

1Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. 4Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. 6Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. 7Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. 8Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar? 9Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves. 11Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba. 12Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. 13Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. 14Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí. 17Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos. 18En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; 19la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos, 20los heteos, los ferezeos, los refaítas, 21los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.
Biblia del Jubileo

1Después de estas cosas vino la palabra del SEÑOR a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer? 3Dijo más Abram: He aquí no me has dado simiente, y he aquí el hijo de mi casa me hereda. 4Y luego la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará. 5Y le sacó fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente. 6Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia. 7Y le dijo: Yo soy el SEÑOR, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. 8Y él respondió: Señor DIOS ¿en qué conoceré que la tengo de heredar? 9Y le dijo: Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino. 10Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves. 11Y descendían aves sobre los cuerpos muertos, y las ojeaba Abram. 12Y fue que poniéndose el sol cayó sueño sobre Abram, y he aquí que un temor, una oscuridad grande cayó sobre él. 13Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos años. 14Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza. 15Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. 16Y en la cuarta generación volverán acá; porque aun no está cumplida la maldad del amorreo hasta aquí. 17Y sucedió que puesto el sol, y hubo una oscuridad, y he aquí un horno de humo, y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades. 18Aquel día hizo el SEÑOR pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; 19al cineo, y al cenezeo, y al cadmoneo, 20al heteo, y al ferezeo, y al rafeo, 21y al amorreo, y al cananeo, y al gergeseo, y al jebuseo.

¿Qué significa Génesis capitulo 15?

Génesis 15 trata sobre un encuentro prolongado que ocurrió entre el Señor y Abrán, el hombre que luego sería rebautizado con el nombre de Abrahán. Esta conversación concluyó con el establecimiento formal de la promesa del pacto que Dios le hizo a Abrán: darle a él y a sus descendientes la tierra de Canaán.

El capítulo comienza con la "palabra del Señor" que le llega a Abrán a través de una visión. Esto hizo que Abrán se tranquilizara mucho, ya que Dios le dijo que estaría con él y no tuviera miedo. El señor sería su escudo, y su recompensa sería grandiosa. Abrán, sin embargo, aprovechó la oportunidad de esta visita del Señor para hacerle algunas preguntas difíciles, ya que sentía curiosidad por las repetidas promesas que Dios le había hecho.

Primero, refiriéndose a la promesa de que Dios haría de él una gran nación, Abrán señaló respetuosamente que su heredero actual era uno de sus sirvientes, no su hijo. En este punto, Abrán tenía más de setenta y cinco años (Génesis 12:4). La respuesta de Dios fue mostrarle las estrellas del firmamento a Abrán. Usando eso como una analogía, Dios repitió Su promesa de que los descendientes de Abrán llegarían a ser tan numerosos que serían incontables.

Abrán creyó al Señor. Esta declaración que aparece en Génesis 15:6, es uno de los versículos más importantes de toda la Biblia. La fe que Abrán había puesto en Dios le fue acreditada como justicia. En el Nuevo Testamento, tanto Pablo como Santiago citan este versículo (Romanos 4:3; Gálatas 3:6; Santiago 2:23), convirtiéndolo en una piedra angular de la enseñanza cristiana de que Dios nos acepta a través de Su gracia y nuestra fe.

Aunque Abrán tenía fe, respetuosamente le hizo una pregunta más al Señor, en respuesta a la repetida promesa de que Dios iba a darle la tierra de Canaán: "¿Cómo puedo saber que esto va a ocurrir?" Dios, en ese momento, no rechazó la pregunta de Abrán. En cambio, le dijo a Abrán que reuniera cinco animales específicos, que cortara algunos por la mitad y que los dispusiera de una manera específica. Esto inició un ritual de alianza entre Dios y Abrán que fue momentáneamente interrumpido por aves de presa que intentaron comerse los restos de los animales sacrificados de Abrán.

Antes de que Dios completara el ritual, hizo que un sueño profundo cayera sobre Abrán y le reveló una profecía sobre el futuro de sus descendientes. Sus descendientes vivirían cautivos durante 400 años en otro país, y servirían a esa nación como esclavos. Cuando llegara el momento, serían liberados junto con abundantes posesiones y regresarían para ejecutar el juicio de Dios sobre los amorreos y otros habitantes de la tierra de Canaán. Abrán se enteró de que viviría por mucho tiempo, pero que no viviría lo suficiente como para ver los inquietantes acontecimientos a los que se refería esta profecía.

Finalmente, Dios completó el ritual del pacto de una manera dramática. Abrán fue testigo de cómo una olla humeante y una antorcha encendida pasaron por mitad de los pedazos de los animales, un espectáculo que probablemente recordaría durante mucho tiempo como evidencia de las promesas del pacto que Dios le había hecho. Dios completó el pacto describiendo las fronteras sur y norte de la Tierra Prometida, así como identificando a los pueblos que ocuparían previamente las diversas regiones de la tierra cuando los descendientes de Abrán se hicieran dueños de ella.
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