¿Qué significa Génesis 16:3?
Los versículos anteriores nos describieron el plan que Saraí había ideado para "ayudar" a Dios a cumplir con las promesas que le había hecho a Abrán. En lugar de esperar a ver si Dios le daría a Abrán un heredero a través de Saraí, ella decidió ofrecerle una de sus siervas para que se convirtiera en su segunda esposa. Si la mujer se quedaba embarazada, según las costumbres de esa época, el bebé le pertenecería a Saraí. Es posible que Saraí pensara que la intención de Dios era la de proporcionarle un hijo a través de alguien que no fuera ella. También es posible que Saraí simplemente no quisiera esperar más con la duda de si Dios cumpliría con Su promesa o no lo haría. De cualquier manera, este es un plan que surgió debido a la desesperación y la impaciencia. Las consecuencias de todo esto serán desafortunadas, aunque no inesperadas (Génesis 16:7–12).Había pasado una década completa desde la promesa inicial, y Saraí todavía era estéril. Según la forma de pensar de Abrán y Saraí, era hora de que ellos mismos "ayudaran" a que el plan de Dios se cumpliera: querían para sí mismos lo que Dios quería para ellos; pero simplemente no quisieron esperar a que Dios mismo se lo diera a su debido tiempo. Finalmente, dejaron de esperar, y comenzaron a seguir sus propios planes.
Génesis 16:1–16 demuestra que Dios escucha, ve y se preocupa, pero que no se dejará apresurar ni manipular a la hora de cumplir Sus promesas. Saraí y Abrán intentaron recibir al hijo prometido de Dios siguiendo sus propios planes. En este caso, Saraí casó a Abrán con una sirvienta egipcia. Sin embargo, el embarazo resultante los condujo hacia un duro conflicto y una sorprendente revelación que el Señor le ofreció a Agar. Su hijo Ismael no sería el hijo de la promesa, aunque se convertirá en una gran nación, y su pueblo vivirá en conflicto con todos los demás pueblos. Abrán y Saraí seguirán esperando la llegada de su propio hijo.
Saraí, cansada de esperar a tener un hijo, convenció a Abrán de seguir el plan B, el cual consistía en darle a Abrán una de sus esclavas egipcias para que se convirtiera en su esposa, sabiendo que cualquier hijo que tuvieran le pertenecería a Saraí. Sin embargo, una vez que Agar se quedó embarazada, comenzó el conflicto. Saraí comenzó a tratar con dureza a Agar y Agar acabó huyendo sola hacia el desierto. El Señor la encontró allí y le ordenó que regresara y se sometiera a Saraí. Sin embargo, el Señor también le reveló a Agar que su hijo tendría un número incontable de descendientes y que vivirían en conflicto con todos. Agar acabó alabando a Dios como Aquel que ve, decidió regresar con Abrán y Saraí, y después nació Ismael.