¿Qué significa Génesis 17:21?
Aquí, Dios concluye con todas las cosas que quería decirle al recién renombrado Abrahán en ese encuentro en particular. A diferencia de las visitas anteriores, en las que Dios compartió con Abrahán grandes promesas que no fueron acompañadas de grandes detalles, lo que Dios comparte con Abrahán ahora, quien ese momento tenía 99 años, ha sido muy específico en cuanto a detalles se refiere.Además de cambiarle el nombre a Abrahán, Dios le ordenó a Abrahán que caminara delante de él y fuera irreprensible en cuanto a su conducta. Dios le ha ordenado a Abrahán que se circuncide a sí mismo y a todos los varones de su casa. Dios también le ha cambiado el nombre a Saraí, quien ahora se llama Sara, y les ha dicho que ella daría a luz a un hijo, y que ese hijo sería el que cumpliría las promesas del pacto de Dios. Ismael, que en ese momento tenía 13 años, será bendecido enormemente también, pero él no será el hijo de Abrahán a través de quien vendría el pueblo que Dios les había prometido a través de Su pacto.
Finalmente, en este versículo, Dios revela por primera vez una especie de cronología acerca del cumplimiento de Sus promesas. Para esta época durante el próximo año, Abrahán y Sara tendrían un hijo al que llamarían Isaac.
Es fácil imaginarse la cantidad de cosas sobre las que Abrahán habría estado pensando en un momento así.
Génesis 17:15–27 describe una sorprendente revelación que Dios está compartiendo con Abrahán, quien tenía 99 años: su esposa estéril, Saraí, quien tenía 89 años y que ahora se llamaba Sara, le daría un hijo dentro de un año. Ismael, quien tenía en ese momento 13 años, aún sería bendecido en abundancia, pero este nuevo hijo, Isaac, sería el único hijo a través del cual Dios cumpliría las promesas de Su pacto. Tan pronto como Dios se fue, Abrahán inmediatamente se dispuso a obedecer el mandato de Dios de circuncidarse a sí mismo y a todos los varones de su casa como señal del pacto que había hecho con el Señor.
Dios se le aparece a Abrán una vez más en Génesis 17, pero este caso es muy diferente de las otras ocasiones. Dios confirma de nuevo Sus promesas de convertir a Abrán en padre de varias naciones y de darle a él y a sus descendientes la tierra de Canaán. Esta vez, sin embargo, Dios le cambia el nombre a Abrán y le nombra Abrahán, además de presentarle el requisito de circuncidarse a sí mismo y a todos los varones de su casa desde ese momento en adelante. También cambia el nombre de Saraí y le pone de nombre Sara. Dios les anuncia que Abrahán y Sara tendrían un hijo, después de todo. Su hijo de 13 años, Ismael, será bendecido, pero este nuevo hijo, Isaac, quien finalmente nacería un año después de ese encuentro con el Señor, será el hijo que recibirá todas las promesas de Dios.