¿Qué significa Génesis 2:7?
Este es el momento en el que comienza toda la vida humana. Génesis 1 describe la creación de todo el universo. Los hombres y las mujeres también forman parte de la historia de la creación (Génesis 1:27). El capítulo 2 de Génesis se centra en la creación del primer hombre, nos brinda detalles adicionales y nos ayuda a ver que la humanidad es especial en comparación con el resto de la creación.En Génesis 1:1, la creación de Dios se describe usando el término bā'rā, que implica el concepto de "creación" en el sentido de "surgir" o crear "algo de la nada". Pero aquí, en Génesis 2:7, la creación del primer ser humano usa la palabra hebrea para "formado": yi'ser. Esto podría estar describiendo las acciones de un artista, un escultor o un alfarero. Este término es específico porque siempre se refiere al trabajo realizado sobre alguna sustancia existente. En este caso, Dios está formando la vida humana desde la tierra. Esta palabra hebrea es ā'pār, la cual se refiere a la tierra, el polvo, los escombros o la ceniza.
Siguiendo la trama de este versículo, después de haber sido "formado", el hombre era simplemente una masa de tierra bien formada. Por lo tanto, es lo que Dios hizo a continuación lo que nos dio vida: Dios sopló en la nariz del hombre el aliento de vida. Literalmente, Dios sopló vida dentro de la sustancia, transformándola en un ser vivo, en una "criatura" o un "alma".
Toda la vida se originó en Dios, pero la vida humana comenzó con el aliento personal de Dios. Sin Dios, simplemente no viviríamos. El nombre Adán proviene directamente del hebreo ā'dām, que literalmente significa "hombre". Este nombre nombra indirectamente el polvo del que fuimos formados: la palabra hebrea para suelo es adamah.
Todo esto, como uno puede imaginarse, añade más intensidad al debate sobre qué es lo que hizo Dios exactamente para crear la vida humana a la tierra. Independientemente del proceso específico involucrado, este versículo establece claramente que Dios mismo formó al hombre del polvo de la tierra. Dios diseñó personalmente el tamaño, la forma y los detalles del primer hombre. Dios fue intencional, modelando exactamente lo que se propuso hacer. Según el libro de Génesis, la forma de ese primer hombre era buena "en gran manera" (Génesis 1:31).