¿Qué significa Génesis capitulo 20?
El capítulo 20 de Génesis debería ser conocido por cualquiera que haya leído el capítulo 12 de Génesis. Durante el relato anterior, Abrahán y su familia se mudaron a Egipto para escaparse de una hambruna devastadora (Génesis 12:10). Preocupado de que la gente viera lo hermosa que era su esposa y lo matara para conseguirla, Abrahán le pidió que mintiera y dijera que era su hermana (Génesis 12:13). Esta, de hecho, era una verdad a medias, ya que los dos compartían el mismo padre, pero diferentes madres (Génesis 20:12).Quizás Abrahán se imaginó que, presentándose como si fuera el hermano de Sara, él simplemente podría rechazar todas las propuestas de matrimonio que Sara recibiera. Este plan al final no acabó funcionando. Un faraón en Egipto se llevó a Sara para que se convirtiera en una de sus esposas (Génesis 12:15). Durante esa primera serie de incidentes, Dios intervino y al final Sara volvió con Abrahán (Génesis 12:19). Abrahán y su familia salieron de Egipto con mucho más de lo que habían traído. Dios bendijo a Abrahán a pesar de su temor y su falta de fe (Génesis 12:16; 12:20).
Aquí, en el capítulo 20, surge un patrón similar. Abrahán y su compañía decidieron abandonar Mamre y se mudaron a un lugar llamado Gerar, al sur de Gaza. Una vez más, Abrahán y Sara mintieron diciendo que eran hermanos (Génesis 20:13). La intención era ocultar el hecho de que estaban casados. Una vez más, el hombre más poderoso de la región, el rey Abimelec, se llevó a esta mujer supuestamente soltera para que se convirtiera en una de sus esposas (Génesis 20:2).
La promesa que Dios le hizo a Abrahán y a Sara de proporcionarles un hijo natural estaba en peligro en ese momento. Las acciones de Dios demostraron tanto Su fidelidad como Su misericordia. Dios afligió a Abimelec con una enfermedad y "cerró las matrices" de todas las mujeres de su casa (Génesis 20:18). Entonces Dios se le apareció a Abimelec en un sueño, y le dijo que Abimelec moriría por haberse llevado a una mujer que ya estaba casada para que se convirtiera en su esposa (Génesis 20:3).
Abimelec respondió con sinceridad que aún no se había acercado a Sara y que había actuado con total integridad, creyendo que ella era la hermana de Abrahán (Génesis 20:4–5). El Señor lo escuchó y aceptó lo que le había dicho. Si Abimelec dejara que Sara volviera con Abrahán, Abraham oraría por ellos, y Abimelec y toda su casa seguirían con vida. Si no, todos morirían (Génesis 20:7).
Abimelec se enfrentó a Abrahán debido a que había mentido y exigió saber por qué lo había hecho (Génesis 20: 9). La excusa de Abrahán es que tenía miedo de ser asesinado por alguien que quisiera llevarse a Sara para que fuera su esposa. Abrahán le explicó a Abimelec que ella era, de hecho, su media hermana, aunque también era esposa (Génesis 20:12). Esta respuesta nos revela, una vez más, que Abrahán no confiaba plenamente en Dios, y creía que Dios no era capaz de protegerlo a él y a Sara, a pesar de todas las cosas que Dios ya había hecho para demostrarle que Dios le sería fiel.
Abimelec le devolvió a Sara, junto con regalos de animales, sirvientes, tierras y una gran cantidad de plata para demostrar la inocencia de Sara y proteger su reputación (Génesis 20:14–16). Abrahán le oró a Dios y Abimelec se curó. Además, tanto sus esposas como las mujeres de su casa podían volver a tener hijos.
Pronto, tal y como se había prometido (Génesis 17:15–16), Sara daría a luz un hijo propio (Génesis 21:1–2).