¿Qué significa Génesis 21:20?
Abrahán echó a Agar e Ismael a petición de Sara (Génesis 21:9–10). Al principio, la idea le molestó mucho a Abrahán, pero Dios le prometió que Ismael prosperaría y que de él vendría una gran nación (Génesis 21:11–13) y finalmente les pidió que se marcharán. Agar e Ismael se quedaron sin agua después de vagar por el desierto, y Agar fue a sentarse lo suficientemente lejos de su hijo como para no tener que verlo morir.Sin embargo, la promesa de Dios seguía intacta. En el versículo anterior, Dios salvó a Agar e Ismael en el desierto cuando estaban a punto de morir debido a que se habían quedado sin agua. La promesa de Dios todavía está vigente: Ismael no solo sobreviviría, sino que se convertiría en una gran nación.
En Génesis 17, Abrahán había expresado su deseo de que su hijo Ismael viviera con Dios. Aunque Dios no establecería el pacto de Abrahán a través de Ismael, el Señor le había asegurado a Abrahán que Ismael no sería abandonado (Génesis 17:18–20). Ahora vemos que Dios todavía estaba cuidando de Ismael.
Aunque él y su madre continuaron viviendo en el desierto, Ismael creció y prosperó. Finalmente, se convirtió en un arquero experto. Puede ser que Ismael se convirtiera en un cazador habilidoso, o un guerrero arquero, o incluso ambos.
Génesis 21:8–21 describe la dolorosa partida de Agar e Ismael de la vida de Abrahán. Ahora que Isaac había nacido, Sara comienza a exigir furiosamente que Abrahán los expulsara. Abrahán está muy disgustado, pero Dios le dice que Ismael sería protegido y bendecido. Entonces Abrahán obedeció al Señor y los envió al desierto. Dios intervino y salvó a la madre y al niño, y le renovó Su promesa de hacer de Ismael una gran nación por derecho propio. Ismael creció en el desierto y finalmente se casó con una mujer egipcia.
El Señor hizo lo que había prometido. Sara, que ahora tiene 90 años, dio a luz a Isaac, el niño que tanto había esperado. Sin embargo, su alegría se agria por el temor de que Isaac tuviera que compartir la herencia con Ismael. En obediencia al Señor, quien prometió proteger a Ismael, Abrahán los envía a él y a su madre, Agar, al desierto. Dios los rescata y renueva su promesa de hacer de Ismael una gran nación por derecho propio. Mientras tanto, Abimelec, rey de Gerar, se acerca a Abrahán para hacer un pacto permanente entre ellos y sus descendientes. El acuerdo incluye la posesión de un pozo por parte de Abrahán, en un lugar que se conocerá como Berseba.