¿Qué significa Génesis capitulo 23?
La historia de Génesis avanza varias décadas. Es probable que hubieran pasado alrededor de 20 años desde que Abrahán se preparó para sacrificar a Isaac en el altar. Han pasado unos 35 años desde la última vez que vimos a Sara. Ismael y Agar ya no vivían con ellos.Sara murió a la edad de 127 años. Eso nos dice que Abrahán tenía 137 años e Isaac alrededor de 37 años cuando esto ocurrió (Génesis 17:17). Abrahán e Isaac estaban viviendo en Hebrón, cerca del área familiar de Mamre, a unas 20 millas al sur de lo que un día se convertiría en Jerusalén (Génesis 23:1–2).
Después de que Abrahán llorara por su esposa, se acercó al pueblo hitita de la zona para pedirles algo. Estos hititas eran los descendientes del nieto de Noé, Canaán, por lo tanto, eran parte de la familia cananea original. Abrahán se presentó ante un grupo de terratenientes o ancianos hititas que se había reunido probablemente en la puerta de la ciudad.
Abrahán se presentó como un extranjero y un peregrino, y les pidió que le ofrecieran una propiedad que pudiera usar para enterrar a Sara. Su respuesta fue muy amable, ya que conocían bien a Abrahán. De hecho, lo consideraban como un "un príncipe de Dios entre [ellos]". Abrahán era un extranjero, pero también era bastante rico y Dios lo estaba bendiciendo claramente en todo lo que hacía. Los hititas de la zona parecían considerarlo como un amigo (Génesis 23:3–6).
De hecho, los hititas le ofrecieron a Abrahán la opción de quedarse con cualquiera de sus propias tumbas para enterrar a sus muertos. Abrahán, sin embargo, quería algo más específico: establecer su propio lugar de entierro familiar permanente en la tierra de Canaán. Abrahán quería adquirir una propiedad que le pertenecerá a él y solo a él.
Una vez que los hititas dijeron que estaban dispuestos a que Abrahán enterrara a sus muertos en la región, Abrahán les reveló que tenía una propiedad específica en mente. Entonces se dirigió a Efrón, hijo de Sojar, y pidió comprar una cueva al este de Mamre en Macpelá.
Más tarde, se llevó a cabo una especie de negociación, la cual se expresó de acuerdo con la tradición y las costumbres de la negociación de Oriente Medio. Efrón ofreció darle la cueva a Abrahán, junto con el campo que estaba junto a ella. Abrahán insistió en pagarlo (para que no hubiera disputas futuras sobre quién era el dueño realmente). Efrón mencionó con desdén el precio de 400 siclos de plata por la cueva y el campo que Abrahán le ofreció. Abrahán aceptó inmediatamente, pagando el precio en el acto y a la vista de los todos los hititas allí reunidos. Rápidamente, los ancianos hititas concluyeron y firmaron la transacción (Génesis 23:7–18).
Finalmente, Abrahán enterró a Sara en la cueva que ahora poseía en la tierra prometida de Canaán. Más tarde, el mismo Abrahán sería enterrado allí también, luego Isaac, Rebeca, Jacob y Lea. Sin provocar ninguna batalla, el pueblo de Dios comenzó a ocupar la tierra que Dios había prometido darle a la descendencia de Abrahán (Génesis 23:19–20).