¿Qué significa Génesis 24:6?
Abrahán le ha pedido a su criado que jurara ayudarle a encontrar una esposa para su hijo Isaac de entre su familia extendida, quienes vivían en su antigua tierra natal. El criado le ha preguntado qué hacer si no pudiera encontrar una mujer que estuviera dispuesta a vivir en Canaán. ¿Debería Isaac mudarse a la antigua patria de Abrahán para vivir y casarse con una de las mujeres de su familia extendida? Esta era una pregunta razonable, ya que Abrahán estaba absolutamente decidido a que Isaac se casara con una mujer de esa región.Aquí Abrahán deja clara su posición: en términos inequívocos, no se le puede permitir a Isaac volver a Mesopotamia. De hecho, Abrahán le dice al criado que no se llevara a Isaac de regreso a esa tierra. El lugar de Isaac era en la Tierra Prometida de Canaán. Este era el hogar de la futura descendencia de Abrahán y no había más que hablar. Por lo tanto, no se debía permitir que Isaac se fuera de allí y, por implicación, corriera el riesgo de establecerse fuera de Canaán entre la familia extendida de Abrahán.
Abrahán ya nos ha dicho la razón por la que esta misión era tan crítica. Isaac no debía casarse con una mujer que perteneciera a los cananeos, porque él mismo podía acabar formando parte del pueblo cananeo. Este, de hecho, era un problema espiritual, no racial: Abrahán no quería arriesgar la identidad de los descendientes de Abrahán, a quienes Dios mismo había elegido. Sin embargo, Isaac tampoco podía regresar con el pueblo de Abrahán y establecerse fuera de la tierra prometida, ya que esto también le haría correr el riesgo de que su familia perdiera su identidad como el pueblo elegido de Dios.
Por lo tanto, solo había una opción: Isaac debía casarse con una mujer del pueblo de Abrahán y vivir en la tierra prometida. Ellos vivirían cerca de los cananeos, pero completamente separados de ellos.