Capítulo

Génesis capitulo 24

La Biblia de las Américas

10Entonces el siervo tomó diez camellos de entre los camellos de su señor, y partió con toda clase de bienes de su señor en su mano ; y se levantó y fue a Mesopotamia, a la ciudad de Nacor. 11E hizo arrodillar a los camellos fuera de la ciudad junto al pozo de agua, al atardecer, a la hora en que las mujeres salen por agua, 12y dijo: Oh SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, te ruego que me des éxito hoy, y que tengas misericordia de mi señor Abraham. 13He aquí, estoy de pie junto a la fuente de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad salen para sacar agua. 14Que sea la joven a quien yo diga: “Por favor, baja tu cántaro para que yo beba”, y que responda: “Bebe, y también daré de beber a tus camellos”, la que tú has designado para tu siervo Isaac; y por ello sabré que has mostrado misericordia a mi señor. 15Y sucedió que antes de haber terminado de hablar, he aquí que Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham, salió con el cántaro sobre su hombro. 16La joven era muy hermosa, virgen, ningún hombre la había conocido; bajó ella a la fuente, llenó su cántaro y subió. 17Entonces el siervo corrió a su encuentro, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro. 18Y ella dijo: Bebe, señor mío. Y enseguida bajó el cántaro a su mano, y le dio de beber. 19Cuando había terminado de darle de beber, dijo: Sacaré también para tus camellos hasta que hayan terminado de beber. 20Y rápidamente vació el cántaro en el abrevadero, y corrió otra vez a la fuente para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. 21Entretanto el hombre la observaba en silencio, para saber si el SEÑOR había dado éxito o no a su viaje. 22Y aconteció que cuando los camellos habían terminado de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez siclos de oro, 23y dijo: ¿De quién eres hija? Dime, te ruego, ¿hay en la casa de tu padre lugar para hospedarnos? 24Ella le respondió: Soy hija de Betuel, el hijo que Milca dio a luz a Nacor. 25Y le dijo además: Tenemos suficiente paja y forraje, y lugar para hospedarse. 26Entonces el hombre se postró y adoró al SEÑOR, 27y dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no ha dejado de mostrar su misericordia y su fidelidad hacia mi señor; y el SEÑOR me ha guiado en el camino a la casa de los hermanos de mi señor.
28La joven corrió y contó estas cosas a los de la casa de su madre. 29Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán ; y Labán salió corriendo hacia el hombre, afuera, a la fuente. 30Y sucedió que cuando él vio el anillo y los brazaletes en las manos de su hermana, y cuando oyó las palabras de su hermana Rebeca, diciendo: Esto es lo que el hombre me dijo, Labán fue al hombre; y he aquí que estaba con los camellos junto a la fuente. 31Y le dijo: Entra, bendito del SEÑOR. ¿Por qué estás fuera? Yo he preparado la casa y un lugar para los camellos. 32Entonces el hombre entró en la casa, y Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él y los pies de los hombres que estaban con él. 33Pero cuando la comida fue puesta delante de él para que comiera, dijo: No comeré hasta que haya dicho el propósito de mi viaje. Y Labán le dijo: Habla. 34Entonces dijo: Soy siervo de Abraham. 35Y el SEÑOR ha bendecido en gran manera a mi señor, que se ha enriquecido, y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos. 36Y Sara, la mujer de mi señor, le dio a luz un hijo a mi señor en su vejez ; y mi señor le ha dado a él todo lo que posee. 37Mi señor me hizo jurar, diciendo: “No tomarás mujer para mi hijo de entre las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito ; 38sino que irás a la casa de mi padre y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo.” 39Y dije a mi señor: “Tal vez la mujer no quiera seguirme.” 40Y él me respondió: “El SEÑOR, delante de quien he andado, enviará su ángel contigo para dar éxito a tu viaje, y tomarás mujer para mi hijo de entre mis parientes y de la casa de mi padre; 41entonces cuando llegues a mis parientes quedarás libre de mi juramento ; y si ellos no te la dan, también quedarás libre de mi juramento.” 42Y llegué hoy a la fuente, y dije: “Oh SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, si ahora quieres dar éxito a mi viaje en el cual ando, 43he aquí, estoy parado junto a la fuente de agua ; que la doncella que salga a sacar agua, y a quien yo diga: ‘Te ruego que me des de beber un poco de agua de tu cántaro ’, 44y ella me diga, ‘Bebe, y también sacaré para tus camellos’, que sea ella la mujer que el SEÑOR ha designado para el hijo de mi señor.” 45Antes de que yo hubiera terminado de hablar en mi corazón, he aquí, Rebeca salió con su cántaro al hombro, y bajó a la fuente y sacó agua, y yo le dije: “Te ruego que me des de beber.” 46Y ella enseguida bajó el cántaro de su hombro, y dijo: “Bebe, y daré de beber también a tus camellos ”; de modo que bebí, y ella dio de beber también a los camellos. 47Entonces le pregunté : “¿De quién eres hija?” Y ella contestó: “Hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca ”; y puse el anillo en su nariz, y los brazaletes en sus manos. 48Y me postré y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino verdadero para tomar la hija del pariente de mi señor para su hijo. 49Ahora pues, si habéis de mostrar bondad y sinceridad con mi señor, decídmelo; y si no, decídmelo también, para que vaya yo a la mano derecha o a la izquierda.
Nueva Biblia de las Américas

Nueva Versión Internacional

Reina-Valera 1960

15Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro sobre su hombro. 16Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía. 17Entonces el criado corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro. 18Ella respondió: Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber. 19Y cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber. 20Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. 21Y el hombre estaba maravillado de ella, callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no. 22Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez, 23y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos? 24Y ella respondió: Soy hija de Betuel hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. 25Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar. 26El hombre entonces se inclinó, y adoró a Jehová, 27y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los hermanos de mi amo. 28Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas.
32Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con él venían. 33Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla. 34Entonces dijo: Yo soy criado de Abraham. 35Y Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos. 36Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene. 37Y mi amo me hizo jurar, diciendo: No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito; 38sino que irás a la casa de mi padre y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo. 39Y yo dije: Quizá la mujer no querrá seguirme. 40Entonces él me respondió: Jehová, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre. 41Entonces serás libre de mi juramento, cuando hayas llegado a mi familia; y si no te la dieren, serás libre de mi juramento. 42Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije: Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual ando, 43he aquí yo estoy junto a la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a la cual dijere: Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro, 44y ella me respondiere: Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; sea ésta la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor. 45Antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y le dije: Te ruego que me des de beber. 46Y bajó prontamente su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré de beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos. 47Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente en su nariz, y brazaletes en sus brazos; 48y me incliné y adoré a Jehová, y bendije a Jehová Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo. 49Ahora, pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y me iré a la diestra o a la siniestra. 50Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno. 51He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová. 52Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová. 53Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre. 54Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor. 55Entonces respondieron su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá. 56Y él les dijo: No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor. 57Ellos respondieron entonces: Llamemos a la doncella y preguntémosle. 58Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré. 59Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus hombres. 60Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos. 61Entonces se levantó Rebeca y sus doncellas, y montaron en los camellos, y siguieron al hombre; y el criado tomó a Rebeca, y se fue.
Biblia del Jubileo

1Y Abraham era ya viejo, y bien entrado en días; y el SEÑOR había bendecido a Abraham en todo. 2Y dijo Abraham a su siervo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, 3y te juramentaré por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no has de tomar mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; 4sino que irás a mi tierra y a mi natural, y tomarás de allá mujer para mi hijo Isaac. 5Y el siervo le respondió: Por ventura la mujer no querrá venir en pos de mí a esta tierra, ¿volveré, pues, tu hijo a la tierra de donde saliste? 6Y Abraham le dijo: Guárdate que no vuelvas a mi hijo allá. 7El SEÑOR, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre, y de la tierra de mi natural, y me habló, y me juró diciendo: A tu simiente daré esta tierra; él enviará su ángel delante de ti, y tomarás de allá mujer para mi hijo. 8Y si la mujer no quisiere venir en pos de ti, serás libre de este mi juramento; solamente que no vuelvas allá a mi hijo. 9Entonces el siervo puso su mano debajo del muslo de Abraham su señor, y le juró sobre este negocio. 10Y el siervo tomó diez camellos de los camellos de su señor, y fue llevando en su mano lo mejor que su señor tenía; y se levantó y fue a Ara Naharaim, a la ciudad de Nacor. 11E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, a la hora en que salen las doncellas por agua. 12Y dijo: SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. 13He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones de esta ciudad salen por agua. 14Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja ahora tu cántaro, para que yo beba; y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a tus camellos, que ésta sea la que aparejaste a tu siervo Isaac; y en esto conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor. 15Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca que salía, (la cual había nacido a Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor hermano de Abraham) con su cántaro sobre sus hombros. 16Y la doncella era de muy hermoso aspecto, virgen, a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía. 17Entonces el siervo corrió hacia ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro. 18Y ella respondió: Bebe, señor mío: y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber. 19Y cuando acabó de darle a beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber. 20Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. 21Y el varón estaba maravillado de ella, callando, para saber si el SEÑOR había prosperado su camino o no. 22Y fue que cuando los camellos acabaron de beber, el varón sacó un pendiente de oro de medio siclo de peso, y dos brazaletes de diez siclos de peso de oro, 23y dijo: ¿De quién eres hija? Te ruego me digas, ¿hay lugar en casa de tu padre donde posemos? 24Y ella respondió: Soy hija de Betuel, hijo de Milca, el cual dio a luz ella a Nacor. 25Y añadió: También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar. 26El varón entonces se inclinó, y adoró al SEÑOR. 27Y dijo: Bendito sea el SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que no apartó su misericordia y su verdad de mi señor, guiándome el SEÑOR en el camino a casa de los hermanos de mi amo. 28Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas. 29Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera al varón, a la fuente; 30y fue que cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: Así me dijo aquel varón; vino al varón; y he aquí él estaba junto a los camellos a la fuente. 31Y le dijo: Ven, bendito del SEÑOR; ¿por qué estás fuera? Yo he limpiado la casa, y el lugar para los camellos. 32Entonces el varón vino a casa, y Labán desató los camellos; y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los varones que con él venían. 33Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho mi mensaje. Y él le dijo: Habla. 34Entonces dijo: Yo soy siervo de Abraham; 35y el SEÑOR ha bendecido mucho a mi señor, y él se ha engrandecido; y le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos. 36Y Sara, mujer de mi amo, dio a luz un hijo a mi señor después de su vejez, al cual ha dado todo cuanto tiene. 37Y mi señor me hizo jurar, diciendo: No tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito; 38sino que irás a la casa de mi padre, y a mi natural, y tomarás de allá mujer para mi hijo. 39Y yo dije: Por ventura no querrá venir en pos de mí la mujer. 40Entonces él me respondió: El SEÑOR, en cuya presencia yo he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás mujer para mi hijo de mi linaje y de la casa de mi padre; 41entonces serás libre de mi juramento, cuando hubieres llegado a mi linaje; y si no te la dieren, serás libre de mi juramento. 42Llegué, pues, hoy a la fuente, y dije: SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, si tú prosperas ahora mi camino por el cual yo ando, 43he aquí yo estoy junto a la fuente de agua; sea, pues, que la doncella que saliere por agua, a la cual yo dijere: Dame ahora de beber un poco de agua de tu cántaro; 44y ella me respondiere, Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua; ésta sea la mujer que aparejó el SEÑOR al hijo de mi señor. 45Y antes que acabase de hablar en mi corazón, he aquí Rebeca, que salía con su cántaro sobre su hombro; y descendió a la fuente, y sacó agua; y yo le dije: Te ruego que me des a beber. 46Y ella prestamente bajó su cántaro de encima de sí, y dijo: Bebe, y también a tus camellos daré a beber. Y bebí, y dio también de beber a mis camellos. 47Entonces le pregunté, y dije: ¿De quién eres hija? Y ella respondió: Hija de Betuel, hijo de Nacor, que le dio a luz Milca. Entonces le puse un pendiente sobre su nariz, y brazaletes sobre sus manos; 48y me incliné, y adoré al SEÑOR, y bendije al SEÑOR, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por camino de verdad para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo. 49Ahora pues, si vosotros hacéis misericordia y verdad con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo; y echaré a la diestra o a la siniestra. 50Entonces Labán y Betuel respondieron y dijeron: Del SEÑOR ha salido esto; no podemos hablarte malo ni bueno. 51He ahí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho el SEÑOR. 52Y fue, que cuando el siervo de Abraham oyó sus palabras, se inclinó a tierra al SEÑOR. 53Y sacó el siervo vasos de plata y vasos de oro y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre. 54Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi señor. 55Entonces respondió su hermano y su madre: Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá. 56Y él les dijo: No me detengáis, pues que el SEÑOR ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor. 57Ellos respondieron entonces: Llamemos la doncella y preguntémosle. 58Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás con este varón? Y ella respondió: , iré. 59Entonces enviaron a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al siervo de Abraham y a sus varones. 60Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Nuestra hermana eres; seas en millares de millares, y tu generación posea la puerta de sus enemigos. 61Se levantó entonces Rebeca y sus doncellas, y subieron sobre los camellos, y siguieron al varón; y el siervo tomó a Rebeca, y se fue. 62Y venía Isaac del pozo del Viviente que me ve; porque él habitaba en la tierra del mediodía; 63y había salido Isaac a orar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían. 64Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello; 65porque había preguntado al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el siervo había respondido: Este es mi señor. Ella entonces tomó el velo, y se cubrió. 66Entonces el siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67Y la introdujo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer; y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

¿Qué significa Génesis capitulo 24?

Génesis 24 describe con gran detalle la manera en que Rebeca llegó a ser la esposa de Isaac, el hijo de Abrahán. La historia comienza con lo que parece ser una escena que se desarrolla desde el lecho de muerte de Abrahán, aunque aparentemente Abrahán vivió otros 35 años más.

Abrahán convocó a su criado de mayor confianza y le encargó al hombre una misión específica: debía encontrarle Isaac una esposa entre el pueblo de Abrahán que vivía Mesopotamia. Abrahán quería que esto sucediera con tal urgencia que requirió que el criado hiciera un juramento comprometiéndose a completar esta tarea. Más específicamente, el criado no debía permitir que Isaac se casara con una mujer cananea, pero Isaac no debía dejar Canaán para casarse con una mujer de Mesopotamia (Génesis 24:1–4).

El criado recibió una advertencia: si no podía encontrar una mujer dispuesta a regresar a Canaán para casarse con Isaac, el criado sería liberado de su juramento. Abrahán, sin embargo, confió en que Dios haría que esto sucediera, incluso hasta el punto de enviar un ángel para garantizar el éxito de la misión (Génesis 24:5–9).

El criado llegó a Mesopotamia, al pueblo de Najor, quien compartía el nombre del propio hermano de Abrahán. Deseoso por completar la misión que le habían encomendado, el criado le oró al Dios de Abrahán y le pidió que si alguna de las jóvenes que viniera a sacar agua al pozo del pueblo se ofreciera a darle de beber a sus diez camellos, ella sería la mujer que Dios había designado para Isaac desde el principio (Génesis 24:10–14).

Antes de que el criado terminara su oración, Rebeca entró en escena e hizo exactamente lo que el criado le había pedido a Dios que hiciera. Inmediatamente, el criado le regaló joyas caras a Rebeca, y le preguntó si su familia tenía espacio para recibir una visita suya y de su compañía, incluidos sus camellos. También le preguntó quién era su padre (Génesis 24: 15–23).

Cuando Rebeca nombró a su padre, el criado supo exactamente quién era: Rebecca era la nieta del propio hermano de Abrahán, Najor. Esto era mejor de lo que el criado se hubiera esperado. Ahora sabía que el Señor lo había guiado hasta la jovencita exacta, la mujer que estaba destinada a convertirse en la esposa de Isaac. Tal y como Abrahán se lo había pedido, el criado pudo encontrar a los parientes de Abrahán y a una esposa para Isaac. Inmediatamente, el criado se puso a adorar al Señor delante de Rebeca (Génesis 24:24–27).

Rebeca se apresuró a casa y su hermano corrió de vuelta hacia el pozo para recibir a este criado que pertenecía a la familia de Abrahán. El criado fue invitado a la casa de Betuel, el padre de Rebeca, les habló sobre su misión y les contó en gran detalle la manera en que el Señor lo había llevado directamente hacia Rebeca. Finalmente, el criado preguntó si permitirían que Rebeca se casara con Isaac, el hijo de su amo Abrahán. La familia permitió que eso ocurriera porque para ellos no había otra opción debido a cómo se habían desarrollado los acontecimientos (Génesis 24:28–51).

Después de una breve negociación a la mañana siguiente, Rebeca aceptó partir ese mismo día para viajar con el criado de vuelta a la tierra de Canaán. Al final del viaje, conoció a Isaac, quien ahora tenía 40 años, por primera vez (Génesis 25:20). Isaac le permitió vivir en la tienda de campaña de su difunta madre Sara, y pronto se casaron felizmente (Génesis 24:52–67).
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