¿Qué significa Génesis 26:5?
En los versículos anteriores, el Señor le dejó claro a Isaac que las promesas que le había hecho a Abrahán también eran para él (Génesis 12:1–3). El Señor estaría con él y lo bendeciría. El Señor haría que los descendientes de Isaac fueran tan numerosos como las estrellas y les daría la tierra de Canaán. El Señor estableció su juramento a través de Isaac.Quizás todo esto le sonó muy familiar a Isaac. El Señor había jurado todo esto, por Él mismo, el día en que Abrahán se dispuso a sacrificar al joven Isaac en un altar, obedeciendo así lo que Dios le había pedido hacer. El Señor lo detuvo y le proporcionó un carnero en su lugar. Entonces el Señor le hizo Su juramento a Abrahán, y quizás Isaac lo estaba escuchando (Génesis 22:15–18).
En ese momento, el Señor le había dicho a Abrahán que estaba haciéndole este juramento porque Abrahán lo había obedecido. Ahora el Señor repite y amplía esa motivación para restablecer estas promesas: Abrahán obedeció Su voz y sus instrucciones, Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus leyes (Génesis 22:18).
Por lo tanto, Isaac sabía que las promesas también se establecerían a través de él mismo, y una razón fundamental para que esto ocurriera fue que Abrahán había obedecido a Dios. De este modo, Abrahán continuaba siendo un ejemplo para Isaac.
En Génesis 26:1–5 Dios le demuestra a Isaac que tenía la intención de permanecer fiel a las promesas que le había hecho a Abrahán incluso después de que muriera. En tiempos de hambruna, el Señor le ordena a Isaac que no se fuera a Egipto en busca de ayuda, sino que se estableciera en Gerar, la tierra de los filisteos. Isaac lo obedece, tal como lo había hecho su padre. Este pasaje enfatiza que la confianza que Abrahán había depositado en Dios se demostraba a través de sus acciones.
En Génesis 26, Dios le demuestra a Isaac que tenía la intención de permanecer fiel a las promesas que le había hecho a Abrahán incluso después de que muriera, aún mientras Isaac y su casa se establecieron en la tierra de los filisteos. Al igual que Abrahán, Isaac acaba mintiendo y diciendo que su esposa era en realidad su hermana, algo que casi trajo consigo grandes problemas para Abimelec y su reino. Aún así, Dios bendijo a Isaac con abundancia hasta el punto de que Abimelec le pidio a Isaac que se fuera porque se había vuelto demasiado poderoso. Después de formar parte de continuas disputas sobre quien era el dueño de varios pozos, Abimelec e Isaac finalmente hacieron un pacto de paz.