¿Qué significa Génesis 27:33?
Momentos antes de la llegada de Esaú, Isaac había terminado de darle su bendición paternal a Jacob. Aparentemente, esta bendición era una oración única e irrevocable que le prometía éxito y prosperidad al bendecido. Lo que Isaac no sabía era que el hijo al que bendijo no era Esaú, a quien Isaac mismo había enviado a cazar (Génesis 27:2–5). En cambio, era Jacob, quien inteligentemente se había disfrazado de Esaú, y se había aprovechado de la edad y la ceguera de Isaac (Génesis 27:1). Isaac había sospechado un poco al principio, pero el elaborado plan que Jacob y Rebeca habían tramado había sido lo suficientemente bueno como para finalmente engañarlo (Génesis 27:10–30).Esta vez, Isaac no tiene ninguna duda de que el hombre que estaba frente a él era Esaú. Isaac, por su parte, empieza a entrar en pánico y comienza a temblar violentamente. El texto es muy claro acerca del hecho de que Isaac estaba tan alterado que todo su cuerpo comenzó a temblar. Isaac hace ahora una pregunta obvia: si tú eres Esaú, ¿quién vino antes que tú y se fue con la bendición?
El versículo concluye con una declaración de gran fe por parte de Isaac, aunque aún así estaba profundamente preocupado. Isaac creía que Dios seguiría honrando la oración de bendición, sin importar a quien se le hubiera entregado, incluso si hubiera ocurrido bajo un elaborado engaño. Esto, por supuesto, sigue la profecía que se le había hecho a Rebeca antes del nacimiento de estos gemelos (Génesis 25:28). Jacob, al final, sería más bendecido que Esaú. Tal y como Esaú descubrirá muy pronto, esta bendición era definitiva.