¿Qué significa Génesis 27:37?

Esaú está angustiado al enterarse de que su hermano gemelo menor, Jacob, le había robado su bendición. Isaac, su padre, tenía la intención de darle este regalo a Esaú (Génesis 27:1–6). Su esposa, Rebeca, le hizo un disfraz a su hijo favorito, Jacob (Génesis 27:15–17), que finalmente engañó a Isaac, quien ya estaba muy viejo y era ciego, para que se lo diera a la persona equivocada (Génesis 27:33–34).

En el versículo anterior, Esaú le preguntó a Isaac si no le había reservado ninguna bendición a él. En realidad, no era raro que un padre, al borde de la muerte, le confiriera una bendición a más de uno de sus hijos, y así, el padre "dividía" sus buenos deseos o predicciones para el futuro de sus hijos. En este caso, sin embargo, Isaac había planeado darle a Esaú toda la bendición que tenía para ofrecerles a sus hijos. En verdad, Isaac no había reservado ninguna bendición para Jacob; Isaac amaba tanto a Esaú que tenía la intención de que toda la bendición de la familia cayera sobre él (Génesis 25:28). Sin embargo, Dios había planeado desde el principio que Jacob dominara a su hermano (Génesis 25:23). En realidad, no fueron simplemente Jacob y Rebeca quienes frustraron el plan de Isaac. Más allá de la cuestión de esta bendición en particular, fue Dios mismo quien ya había planeado hacer de Jacob el heredero de Sus promesas.

Ahora Isaac le revela a Esaú exactamente cómo había bendecido a Jacob. Sus palabras revelan lo poderosa que había sido esta bendición. Isaac dice que había hecho que Jacob se convirtiera en el señor de Esaú y de todos sus hermanos, y que lo había sustentado con trigo y vino en abundancia. Por supuesto, la oración de Isaac nos ha dejado claro que Dios era realmente quien haría estas cosas en la vida de Jacob.

Dado ese contexto, ¿qué tipo de bendición podría quedar para darle a Esaú?