Capítulo
Verso

Génesis 3:24

LBLA Expulsó, pues, al hombre ; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida.
NBLA Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del árbol de la vida.
NVI Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines, y una espada ardiente que se movía por todos lados, para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.
RV1960 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.
JBS Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una llama de cuchillo que andaba en derredor para guardar el camino del árbol de la vida.

¿Qué significa Génesis 3:24?

Génesis 3 termina con un último vistazo al Jardín (Huerto) del Edén, el paraíso que Dios había creado para los primeros seres humanos. Dios no quería que las personas con pecado pudieran permitirse ser inmortales, y la única manera de hacer esto era a través del fruto del Árbol de la Vida. Si bien esto puede parecernos algo cruel, en realidad es un acto de misericordia: existir para siempre en un estado terrenal caído, separado de Dios, habría sido un destino peor que la muerte. Los seres humanos mueren, pero después tenemos la oportunidad de tener una relación eterna y restaurada con Dios. Finalmente, impedir el acceso al árbol de la vida es tan esencial para Dios que pone un guardia en la entrada del jardín.

La Biblia describe diferentes variedades de ángeles. Los ángeles no son humanos que ya hayan vivido o seres humanos que vivirán en un futuro, sino que son una raza de seres sobrenaturales especialmente creada para servir a Dios y llevan a cabo Sus planes tanto en el cielo como en la tierra. La Palabra de Dios nos dice muchas cosas sobre ellos, pero hay muchas cosas que definitivamente no sabemos sobre ellos.

Esta es la primera mención de un querubín en las Escrituras. Los ángeles querubines se mencionan más de 90 veces en el Antiguo Testamento. Ezequiel 1 y 10 los describen como poderosas criaturas aladas; casi siempre sirven como vigilantes o protectores de lo que le pertenece a Dios o incluso de Su propia presencia. Dios le asigna aquí a un querubín el trabajo de proteger el camino que conducía hacia el Árbol de la Vida.
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