¿Qué significa Génesis 30:4?

Raquel, desesperada por tener hijos e incapaz de tener uno propio, le ofreció a Jacob su sierva Bilá. Cualquier hijo que tuvieran juntos le pertenecería a Raquel por adopción. Jacob aparentemente estuvo de acuerdo con este plan, y no se nos dice que hubiera ningún tipo de objeción por su parte. Jacob se casó con Bilá y comenzó a tener relaciones con ella. Esto es muy similar a cómo la abuela de Raquel, Sara, había intentado tener un hijo a través de su sierva Agar, después de no poder concebir un hijo con su esposo Abrahán (Génesis 16:1–4).

Para los lectores modernos, las circunstancias en las que nacen los hijos de Jacob nos pueden parecer muy extrañas. Lea era menospreciada por su esposo (Génesis 29:31). Raquel parecía no estar dispuesta a confiar en Dios y esperar a que Él cumpliera Su voluntad a Su debido tiempo (Génesis 30:1–3). Bilá era, en esencia, una esclava-esposa (Génesis 29:29). De hecho, la situación se vuelve trágica y continúa volviéndose más y más disfuncional con el tiempo, ya que las dos hermanas comenzaron a competir para ver quien podía concebir más hijos. Aún así, Dios cumplirá las promesas que le hizo a Abrahán y Jacob a través de estas esposas y sus hijos. Dios también continúa cumpliendo Sus propósitos en la actualidad, incluso a través de personas pecaminosas y conflictivas.