¿Qué significa Génesis 30:5?

Aunque Jacob amaba a su esposa Raquel (Génesis 29:16–18) y "menospreciaba" a su otra esposa, Lea había podido tener varios hijos con Jacob (Génesis 29:31–35). Raquel aún no ha tenido hijos ni hijas, e intentó absurdamente culpar a Jacob de esta situación (Génesis 30:1), aunque Jacob le recordó que, en última instancia, es Dios, y no las personas, quien les permite a las personas tener hijos o no tenerlos. Desesperada por "seguir el ritmo" de su hermana y tener un hijo propio, Raquel recurrió a la misma estrategia que había utilizado sus abuelos, Abrahán y Sara (Génesis 16:1–4). Según las costumbres de la época, los hijos que nacían de la criada de una mujer se consideraban como hijos de la dueña de la casa.

El plan de Raquel funcionó, al menos en el sentido de que finalmente pudo tener un hijo. Bilá dio a luz al quinto hijo de Jacob. Raquel, aunque todavía se sentía mal, recibió al niño como si fuera un regalo de Dios. En cambio, en lugar de mejorar las cosas, este evento ayudará a impulsar una extenuante competencia entre Raquel y Lea que trataba de averiguar quien de las dos podía tener más hijos (Génesis 30:8).