Capítulo

Génesis 31:42

LBLA Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham, y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y la labor de mis manos, y anoche hizo justicia.
NBLA “Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham, y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y la labor de mis manos, y anoche hizo justicia.”
NVI Si no hubiera estado conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, el Dios a quien Isaac temía, seguramente me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche me hizo justicia.
RV1960 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.
JBS Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto me enviarías ahora vacío; vio Dios mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.

¿Qué significa Génesis 31:42?

Jacob había servido a Labán durante unos veinte años, durante los cuales había sido maltratado y engañado continuamente (Génesis 29:20–28; 30:31–36). Incluso las dos hijas de Labán, quienes eran las esposas de Jacob, estuvieron de acuerdo en que su padre era muy codicioso y en realidad no las amaba (Génesis 31:14–16). Cuando Jacob decidió irse, Labán se enfrentó a él y lo acusó de haberle robado, sin saber que era Raquel quien le había robado los ídolos de su casa (Génesis 31:19). Jacob respondió denunciando el abuso de Labán, especialmente dado el historial ejemplar de servicio que le había ofrecido durante todos esos años.

Aquí, Jacob está haciendo el mismo argumento final que les había hecho a sus esposas acerca del maltrato que había recibido de Labán. Jacob dijo que Labán le había cambiado su salario varias veces con la esperanza de reducir la cantidad de animales que finalmente le pertenecerían a Jacob. Ahora Jacob le estaba mostrando a Labán la manera en que el Señor lo había protegido durante todo ese tiempo.

Jacob estaba dejando todo bastante claro, y no se cortó a la hora de decirle a Labán que no había sido una buena persona. De hecho, el Señor nunca habría permitido que Labán dañara a Jacob. Si no hubiera sido por el Señor, dice Jacob, Labán le habría quitado todas sus pertenencias sin dudarlo.

Jacob se refiere al Señor como "el Dios de Abrahán y el Dios a quien Isaac temía". La expresión "el Dios a quien Isaac temía" aparece solo en este capítulo de la Biblia; quizás puede ser una referencia al miedo que experimentó Labán cuando el Señor le dijo que, en esencia, dejara en paz a Jacob. Si el Señor no hubiera considerado el servicio fiel y difícil que Jacob le había ofrecido a Labán y de la manera en que Labán lo había maltratado, y no hubiera intervenido incluso ahora para proteger a Jacob de Labán, Jacob se habría ido con las manos vacías después de todo.

Así, Jacob terminó su discurso, un discurso durante el cual le dijo a Labán todo lo que se había guardado durante 20 años. ¿Cómo responderá Labán después de haber escuchado todo esto?
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