¿Qué significa Génesis 32:25?

Jacob se quedó solo por la noche a un lado del río Jaboc después de que su familia y todo lo que poseía pasarán al otro lado del río, en dirección hacia su hermano Esaú. Sin darnos muchas explicaciones, Jacob se encontró de repente luchando contra un hombre desconocido. Los dos se han involucrado en un combate físico real, y lucharon entre sí hasta el amanecer. En los siguientes versículos se nos dirá que este hombre misterioso era de alguna manera Dios mismo en forma física.

El simbolismo de este evento es profundo y se comprende mejor en el contexto de las palabras hebreas que se utilizan aquí, así como en la propia historia de Jacob. El río que estaba allí cerca se llamaba Yab'bōq, que significa "vaciado". El nombre de Jacob en hebreo era Ya'aqōb, que significa "agarrador del talón"; y el combate se describe con el término yē'ābēq, que significa "lucha". El pasado de Jacob fue uno que se caracterizaba por una continua "lucha" contra la voluntad de Dios, y Jacob siempre parecía salirse con la suya. Curiosamente, Jacob ha sufrido las consecuencias de las mentiras en sus propias carnes también.

Al herir la cadera de Jacob, el hombre se aprovechó de la situación. Una vez que Jacob estaba herido, estaba totalmente impotente; y su esperanza de ganar se desvaneció. Sin embargo, no pareció darse por vencido, y después le pidió al hombre misterioso que lo bendijera. Esta insistencia nos confirma que Jacob sabía que no estaba luchando contra un mero humano mortal.

Existe cierta controversia sobre el uso de la frase "no podía" al describir la contienda que Dios y Jacob tuvieron aquí. Algunos objetan que Dios "no pudo" superar a un ser humano en esta ocasión. Sin embargo, el lenguaje utilizado es relativamente claro. La frase lō yā'kōl también se usa en versículos como Génesis 13:6, Éxodo 40:35 y 1 Reyes 5:3, y significa "fue incapaz en ese momento".

La clave de este malentendido se encuentra en el contexto de la intención del texto. Aquellos que instruyen a los estudiantes en las artes marciales deliberadamente bajan su intensidad al entrenar con ellos. Es decir, restringen sus técnicas y limitan su fuerza. Esto permite que el estudiante continúe compitiendo, en lugar de ser derrotado rápida e inútilmente. En el caso de un estudiante más hábil, el instructor sería "incapaz" de derrotar a ese estudiante mientras continuara limitando sus propias habilidades. En cualquier momento, si así lo deseara, el instructor podría dejar de reprimirse y terminar la pelea en un segundo. Lo cual, de hecho, parece ser exactamente lo que este misterioso oponente eligió hacer con Jacob con un ataque repentino y paralizante.

Algunos asumen que este "golpe" que recibió Jacob por parte del hombre implicaba un acto divino. Sin embargo, las técnicas de agarre a menudo implican el desgarro o la dislocación de las articulaciones. Es completamente factible que el oponente de Jacob simplemente hubiera maniobrado de la manera correcta para causarle una herida devastadora, una que podría haber afectado permanentemente la capacidad de Jacob para caminar (Génesis 32:31).

El propósito de esta lesión, junto con la respuesta de Jacob, se nos explicará durante los siguientes versículos.