¿Qué significa Génesis 33:10?
Esaú le ha dicho a Jacob que se quedara con su regalo, quizás un regalo que era demasiado generoso: 550 animales (Génesis 32:13–17). Esaú insistió en que ya tenía suficiente. Parte de este rechazo podría haber sido una costumbre cultural que consistía en rechazar un regalo como signo de humildad. Por otra parte, Esaú realmente no necesitaba el ganado de Jacob. Aunque su bendición era mucho, mucho menor que la que Jacob le había robado (Génesis 27:38–40), aún así Esaú un hombre poderoso que había tenido éxito también. Después de todo, Esaú había venido con 400 hombres (Génesis 32:6).Ahora Jacob insiste otra vez, y anima a Esaú a que se guardara el regalo como evidencia de que Jacob había encontrado la buena voluntad de Esaú. Las palabras hebreas específicas que Jacob usa aquí son min'hāt 'ani, que significa "mi regalo". Sin embargo, en el siguiente versículo, Jacob se referirá a este regalo con la expresión bir'kāt 'ani, que significa "mi bendición". Esta puede ser la forma en que Jacob insinuó que tenía la intención de compartir la bendición que una vez le había robado a su hermano gemelo (Génesis 27:19–29).
Jacob describió sus sentimientos de extrema gratitud por haber sido aceptado por Esaú. De hecho, Jacob dice que ver el rostro de Esaú había sido como ver el rostro de Dios. En esta frase en particular, es poco probable que Jacob tuviera la intención de halagar a su hermano. Solo unas horas antes de esto, Jacob se había encontrado cara a cara con Dios (Génesis 32:22–32). Ver el gozo y la aceptación en el rostro de Esaú podía haber servido como evidencia de que Dios estaba obrando en su favor incluso "a través" del rostro de Esaú. Jacob consideró la aceptación de Esaú como parte de la protección que Dios le había prometido.
Génesis 33:1–11 describe el tan esperado encuentro entre Jacob y Esaú. Jacob mantiene su actitud de siervo cauteloso hacia Esaú en todo momento, aunque el mismo Esaú acabó abrazando cálidamente a su hermano y lloraron juntos debido a la emoción del momento. Esaú dudó un poco de los regalos, pero Jacob insistió en que su hermano se quedara con el enorme regalo de ganado que le había ofrecido. Esaú finalmente lo acabó aceptando. Al final, los dos se acabarán separando sin que hubiera más problemas entre ellos.
Jacob ha hecho todos los preparativos para el momento de reunirse con Esaú. Jacob tenía tanto la promesa de la protección del Señor como un plan sobre cómo hacerlo. Ahora ha llegado el momento. Jacob se acercó a Esaú, inclinándose repetidamente, hasta que Esaú finalmente corrió para abrazar y besar a su hermano, y los dos se echaron a llorar juntos. Esaú se encontró con la familia de Jacob. Aunque inicialmente rechazó el enorme regalo de Jacob, Jacob lo animó a que se lo llevara como una señal del favor que Esaú le había mostrado. Jacob acabó comprando un terreno y estableció un campamento a las afueras de la ciudad de Siquén, donde también le construyó un altar al Señor.