¿Qué significa Génesis 38:16?
En las Escrituras, todas las personas, incluso el pueblo escogido de Dios, se nos presentan honestamente como seres humanos imperfectos. El hijo de Jacob, Judá (Génesis 29:25), probablemente había ido en contra de la tradición y las órdenes de su familia al casarse con una mujer cananea local (Génesis 28:1). Dos de los tres hijos que tuvo con ella fueron asesinados por Dios debido a su maldad y a sus pecados (Génesis 38:7–10) y ahora ella también se había muerto (Génesis 38:12). Judá, quien le dijo a la viuda de sus hijos, Tamar, que le permitiría casarse con su tercer hijo (Génesis 38:11), no ha cumplido esa promesa (Génesis 38:14). La reconfortante promesa que le hizo a Tamar finalmente había sido una mentira, algo que la había dejado viuda, sin hijos y sin esperanza alguna.Ahora, vemos cómo Judá estaba queriendo acostarse con una prostituta que se encontraba en mitad del camino (Génesis 38:15). Judá no se dio cuenta de que ella era, de hecho, su nuera disfrazada. Tamar había ideado un plan peligroso para atrapar a Judá con el objetivo de que la acogiera en su familia. Esta es una situación difícil de asimilar. Como todos los encuentros, este encuentro comenzó con una negociación.