¿Qué significa Génesis 38:23?
Judá había enviado a Jirá para pagarle a una prostituta que su amigo Judá había contratado en un pueblo llamado Enayin (Génesis 38:20). Su objetivo principal era recuperar los artículos personales de Judá: un sello, un cordón y un bastón (Génesis 38:18). Jirá regresó con la noticia de que no pudo encontrar a la mujer y nadie en el área sabía nada sobre ella. Judá todavía no sabe que esta supuesta prostituta era en realidad su nuera, Tamar, quien se había disfrazado para hacerse pasar por prostituta (Génesis 38:15–17). Ella se había disfrazado y seducido a Judá por desesperación debido a que Judá no había cumplido la promesa que le había hecho (Génesis 38:11, 14).Judá decide olvidarse de este asunto. Si se corriera la voz de que estaba tratando de pagarle a una prostituta que no podía encontrar, es probable que su reputación se viera dañada. Esto no es simplemente una preocupación moral, sino una cuestión de hacer el ridículo. Si otros se enteraran de esto, se reirían de Judá. En lugar de arriesgarse a ser avergonzado mientras buscaba a la mujer, decidió dejar que se quedara con su sello, su cordón y su bastón. Más tarde, Tamar usará estos artículos como evidencia (Génesis 38:24–25) en respuesta a la propia hipocresía de Judá.
Génesis 38:20–26 nos revela el final del plan que Tamar había ideado para obtener lo que le correspondía por haberse quedado viuda. Su suegro, Judá, se negó a cumplir con la tradición del matrimonio levirato y no le concedió a Tamar a su siguiente hijo para que se casara con ella. Entonces, ella se disfrazó de prostituta y se acostó con Judá, algo que al final la llevó a quedarse con su sello y su bastón como pago por sus servicios. Cuando Judá se enteró de que Tamar estaba embarazada y era viuda, exigió hipócritamente que la mataran por haber cometido una inmoralidad sexual de esas características. Al final, Tamar le presentó el bastón y el sello a Judá como prueba de que Judá era el padre del bebé que Tamar llevaba dentro. Judá, por su parte, admitió tímidamente el error que había cometido.
Judá, el hijo de Jacob, se casa con una mujer cananea y tiene tres hijos con ella. Su primer hijo se casa con una mujer llamada Tamar, pero Dios lo mata por un pecado que no se nombra. Judá respeta la tradición que se seguía en esos días y decide casar a la viuda de Er con uno de sus hermanos. Onán se aprovecha de la situación solo para tener relaciones sexuales, pero se niega deliberadamente a darle hijos a Tamar. Por lo tanto, Dios también acabó con su vida. Después de que Judá abandonara a Tamar, ella se disfrazó de prostituta y consiguió acostarse con Judá. Cuando Tamar demuestra que estaba embarazada y probó que Judá era el padre, Judá admitió su culpa. Finalmente, Tamar dio a luz a gemelos.