¿Qué significa Génesis 38:7?
Judá (Génesis 38:1–4) había encontrado una esposa para su primogénito Er, una mujer llamada Tamar. Si bien las Escrituras no nos ofrecen muchos detalles al respecto, la vida de Er estuvo marcada por el pecado de tal manera que Dios decidió quitarle la vida. Curiosamente, el nombre hebreo "Er" se escribe usando las mismas dos letras que se usan para la palabra "mal", pero al revés. En realidad, no se nos dice qué pecado específico había cometido Er. Lo más probable es que Dios no veía con buenos ojos nada de lo que Er estaba haciendo. La respuesta de Dios es firme y directa y, así, decidió acabar con la vida de Er. Esto podría haber pasado a través de una acción directa y sobrenatural; quizás murió debido a las consecuencias naturales de sus propios pecados (Proverbios 10:7, 27; 11:5). Independientemente de cómo hubiera sucedido, no hay duda de que su muerte había sido un acto de juicio divino.Aunque Dios a menudo juzga a grupos de personas conjuntamente por el pecado en el Antiguo Testamento, el hecho de que Dios acabara con la vida de un individuo específicamente no es algo que ocurra mucho en las Escrituras. Algunos comentaristas sugieren que la intención de Dios al ser tan directo con Er podría haber sido el hecho de evitar que Israel acabara teniendo demasiados herederos que vinieran de este matrimonio mixto con el pueblo cananeo, quienes adoraban ídolos.
La tradición, la cual luego se codificó en la ley (Deuteronomio 25:5–6), era que un hermano del esposo difunto se casara con la viuda de su hermano. Si este segundo matrimonio tuviera algún hijo, éste se convertiría en heredero de su hermano fallecido. Judá seguirá esta tradición, pero finalmente todo acabará bastante mal para su familia (Génesis 38:8–10).