¿Qué significa Génesis 41:33?

En el mundo antiguo, los gobernantes a menudo eran tratados como deidades. Incluso cuando el rey no era considerado un dios real, quienes lo rodeaban siempre tenían que mantener un nivel de reverencia y respeto hacia él. Uno esperaría que los consejos solo vinieran de aquellos específicamente designados por el gobernante para hacerlo, y solo cuando se les solicitara. En este versículo, sin embargo, el faraón recibe un consejo de José, un consejo no solicitado que venía de un esclavo.

El faraón llamó a José para que le interpretara unos sueños (Génesis 41:14–15). Ahora lo ha hecho, pero no antes de corregir al faraón indicándole que Dios era el que tenía el conocimiento requerido para hacerlo (Génesis 41:16). José le habló sobre los inminentes años de prosperidad y hambre que estaban por venir (Génesis 41:28–32). Sin embargo, José continúa ahora, asumiendo que tenía la potestad de decirle al gobernante de todo Egipto cómo debía gobernar su propia nación. En realidad, no se nos dice si José tuvo algo de miedo cuando estaba diciendo esto. Probablemente pensaba que solo estaba comunicando el mensaje que Dios había preparado para el faraón y, por lo tanto, el faraón tenía que escucharlo.

El consejo en sí era bastante valiente. El faraón ya estaba gobernando sobre todo Egipto. La sugerencia de José de seleccionar a un hombre sabio y perspicaz para manejar la crisis que se avecinaba podría entenderse como una sugerencia sobre el hecho de que el faraón no estaba a la altura de las expectativas (Génesis 41:34–36). Afortunadamente para José, el rey y sus consejeros respondieron bien (Génesis 41:37).