¿Qué significa Génesis 45:5?
Más de veinte años después de haber vendido a su hermano de diecisiete años como esclavo (Génesis 37:24–28), los hijos de Jacob estaban a merced de un gobernador egipcio increíblemente poderoso. Acaban de enterarse de que este hombre era la misma persona a la que traicionaron hacía ya tanto tiempo (Génesis 45:1–4). Su conmoción y terror eran comprensibles. Benjamín, el hermano más joven, fue el único que no estuvo involucrado en la esclavitud de José. Los diez mayores tenían buenas razones para temer por sus vidas. José tenía el derecho moral y el poder de poner fin a sus vidas por lo que le habían hecho.Afortunadamente para los hermanos, José rápidamente trató de tranquilizarlos. Incluso les dijo que no fueran duros consigo mismos. En cambio, José les explicó su perspectiva sobre todo lo que le había sucedido. Claramente, José había pasado mucho tiempo pensando en el significado de todo lo que había vivido. El resumen de sus pensamientos era bastante profundo: Dios lo había enviado a Egipto para salvarles la vida. José reafirmará la misma idea más adelante durante este mismo pasaje (Génesis 45:7).
Este es uno de los conceptos más cruciales de todo el cristianismo: Dios obra en el mundo, incluso a través del mal humano, para lograr hacer el bien. El darse cuenta de esta verdad le permitió a José perdonar a sus hermanos por lo que le habían hecho. De hecho, sus hermanos no eran inocentes, pero lo más importante es que Dios tenía un propósito mayor más allá del daño que habían cometido. Sin el sufrimiento de José, José no habría podido llegar a la posición de poder en la que se encontraba. Con su poder, ahora podía rescatar a su pueblo del hambre (Génesis 45:6–8).