¿Qué significa Génesis 49:6?
Génesis 49 es una profecía que Jacob está haciendo desde su lecho de muerte. En ella, Jacob describe aspectos de lo que pasará con cada uno de sus hijos y sus descendientes en el futuro (Génesis 49:1–2).En el versículo anterior, Jacob comenzó a condenar a su segundo y tercer hijo: Simeón y Leví. Esta crítica estaba directamente relacionada con su violencia (Génesis 49:5). Aunque no lo menciona específicamente, Jacob parece estar describiendo la manera en que Simeón y Leví condujeron a sus hermanos hacia la masacre de todos los hombres de Siquén (Génesis 34:13–15, 24–29). Esto ocurrió en parte porque el hijo del líder de Siquén había violado a su hermana Dina. Jacob los condenó por perpetrar una sangrienta y brutal venganza, yendo mucho más allá del crimen que se había cometido. Más que solo castigar al culpable, o a sus súbditos, Leví y Simeón mataron a otros hombres y saquearon toda la ciudad.
Este versículo también contiene una referencia al hecho de que estos hermanos también mutilaban animales deliberadamente. Las Escrituras no nos dan detalles sobre cuándo y cómo pudieron haber hecho esto. Quizás pudo haber ocurrido durante el incidente con Siquén, o quizás era algo que hacían continuamente. De cualquier manera, Jacob se refiere a esto como otro ejemplo de sus obstinados e innecesarios actos de ira.
Al igual que con Rubén (Génesis 35:22; 49: 3–4), las Escrituras no mencionan qué consecuencias inmediatas sufrieron sus hijos, si es que sufrieron alguna, después de cometieran sus crímenes. Incluso si se hubieran tomado medidas, en ese momento estaban sintiendo los efectos de sus acciones. Jacob incluso llega a decir que evitaba a estos hijos en particular; no quería estar con ellos. Peor aún, Jacob no quería que su propia gloria se asociara de ninguna manera con ellos.
Simeón y Levi perdieron su buena reputación en el círculo íntimo de Israel. Los pecados de ira y violencia a menudo conducen a la pérdida de relaciones que son importante para las personas. Los descendientes de Simeón y Leví también sufrirán consecuencias similares. La tribu de Simeón prácticamente se disolverá (Josué 19:1). La tribu de Leví se convertirá al sacerdocio (Números 3:6), y esto significará que no tendrán su propia tierra (Deuteronomio 18:1–2).