¿Qué significa Génesis 50:21?
Con un gran temor, los hermanos de José se postraron en el suelo ante él para pedirle que tuviera misericordia por ellos (Génesis 50:15–18). Años después de haberlo vendido como esclavo (Génesis 37:26–28), temían que la muerte de su padre inspirara a José a finalmente vengarse de ellos.La respuesta de José les dejó claro que no debían tener ningún miedo. De manera directa y con confianza, José dejó la justicia suprema en manos de Dios y aceptó que sus años de sufrimiento fueron, después de todo, una bendición increíble. Esa experiencia no solo provocó que José viviera los últimos ochenta años cómodamente y con mucho poder (Génesis 41:46; 50:26), sino que también le proporcionó los medios para salvar a toda la nación de Israel de la muerte (Génesis 50:19– 20).
En este versículo, José repite las mismas palabras que había dicho 17 años antes, cuando les reveló por primera vez que era su hermano (Génesis 45:5–7). José llegó a la conclusión de que el acto malvado de sus hermanos formaba parte del plan que Dios había ideado para poder salvar a mucha, mucha gente de la muerte. Por lo tanto, José no quería hacerles daño o vengarse. Más bien, tenía la intención de continuar proveyéndolos en la tierra de Egipto. De una manera muy conmovedora, José también mencionó el cuidado de sus hijos, lo cual indica que no consideraba esto como algo temporal, sino que iban a tener un hogar a largo plazo en Egipto.
Este momento ciertamente pone patas arriba cualquier instinto humano que nos podamos imaginar. La persona a la que se le hizo daño es el que ahora estaba consolando a los malhechores; los culpables estaban siendo atendidos por la persona inocente a la que le habían hecho daño. Este versículo enfatiza que José estaba hablando deliberadamente con bondad: asegurándoles tanto con sus palabras como con su tono que no les haría daño en el futuro.
Génesis 50:15–21 nos dice que los hermanos de José estaban siendo consumidos por la culpa y el miedo después de la muerte de su padre. Les preocupaba que José hubiera estado esperando a que Jacob muriera para así poder vengarse de ellos. De hecho, esta manera de pensar tenía su fundamento, ya que en el pasado llegaron a vender cruelmente a José como esclavo cuando solo era un adolescente (Génesis 37:26–28). Los hermanos intentaron apaciguar a José con un mensaje, supuestamente de Jacob, pero él les dijo que no tuvieran miedo. En uno de los comentarios más importantes de las Escrituras, José les explica su convicción de que, aunque su intención había sido mala, la providencia de Dios estaba en control de todo lo que había sucedido. A pesar de sus malas intenciones, Dios usó sus actos malvados para salvar muchas vidas. José les aseguró que no les haría ningún daño.
Génesis 50 comienza con José llorando sobre el cuerpo de su padre, seguido del embalsamamiento de Jacob, un período de duelo de estado de 70 días y un viaje a Canaán para enterrar a Jacob junto a sus padres. Los hermanos de José, preocupados de que se vengara de ellos por haberlo vendido como esclavo en el pasado, buscaron el perdón de José. José les aseguró que no les haría daño. Después, el capítulo salta hasta el final de la vida de José. Después de asegurarle a su pueblo que Dios los devolvería a Canaán algún día, José murió y fue embalsamado.