¿Qué significa Génesis 9:6?

En el versículo anterior, Dios declaró que, desde este punto en adelante en el mundo posterior al diluvio, Él mismo requeriría un ajuste de cuentas cada vez que un hombre o un animal acabara con una vida humana. Este versículo describe ese ajuste de cuentas: la persona o animal que matara a otra persona debía ser asesinada también. El lenguaje poético del derramamiento de sangre se refiere obviamente a la muerte.

La institución de la pena de muerte por Dios difiere drásticamente de la respuesta que Dios mismo dio acerca del asesinato de Abel por parte de su hermano Caín. Durante ese caso, Dios permitió que Caín viviera e incluso prosperara en la tierra (Génesis 4:15–16). Sin embargo, la violencia en la tierra fue parte de la razón por la que Dios había aniquilado a la humanidad con el diluvio (Génesis 6:5).

Dios nos da una razón específica para entender esta nueva orden de matar a los que mataran a otros: los seres humanos están hechos a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26–27). Dios valora la vida humana y no permitiría la muerte de un ser humano sin que el asesino diera cuentas sobre ello. Esta orden también muestra que Dios valora la vida humana más que la vida animal. A los hombres se les permitía matar y comerse animales, pero los hombres o animales que mataran a una persona también debían ser asesinados.

Esta referencia específica que se hace aquí sobre la pena capital, un delito que es digno de ser castigado con la muerte física, también es importante porque se instauró antes de que Dios les diera la Ley de Moisés a los israelitas. Los cristianos a menudo no están de acuerdo sobre el concepto de la pena de muerte. Como parte de ese debate, este versículo nos recuerda al menos que la pena capital no se originó con Moisés, sino con Noé.