¿Qué significa Hebreos 10:21?

El libro de Hebreos a menudo se refiere a la idea de sacerdotes. Los sacerdotes que servían bajo el antiguo pacto eran mortales (Hebreos 7:23), imperfectos (Hebreos 7:27) y tenían que ofrecer sus sacrificios continuamente (Hebreos 9:6–7). La sangre animal que ofrecieron nunca pudo resolver realmente el problema del pecado humano (Hebreos 9:8–10). El verdadero propósito de Dios al usar el antiguo pacto no era la salvación, sino el simbolismo. Esos aspectos de la ley del Antiguo Testamento, incluso sus defectos, estaban destinados a señalar el camino hacia la solución "real", que es Jesucristo (Hebreos 8:5–6). Al ser completamente humano (Hebreos 2:17–18), Jesús puede servir como sacerdote para la humanidad. Al no tener pecado (Hebreos 4:15), puede ofrecernos un sacrificio perfecto, logrando lo que la sangre animal nunca pudo lograr.

Los pasajes anteriores también se referían al sacerdocio de Melquisedec (Hebreos 5:9–10), a quien el Antiguo Testamento describe como un sumo sacerdote y rey (Génesis 14:18). Esta es solo una parte de cómo el escritor de Hebreos sabía que Dios tenía la intención de reemplazar el antiguo pacto. Al prometer un sacerdote "según el orden de Melquisedec", Dios estaba enfatizando que Su plan final no se cumpliría con el antiguo pacto (Hebreos 7:11). Dado que Jesús trae un pacto superior (Hebreos 7:18; Hebreos 8:6), los cristianos tienen toda la razón para tener confianza y valentía a la hora de vivir su fe (Hebreos 10:19–23).