¿Qué significa Hebreos 11:19?
La fe, en un sentido bíblico, no es ciega: se basa en experiencias previas y significa confiar en que Dios puede obrar de maneras que nosotros no podemos ver de inmediato (Hebreos 1:1–3). El mayor ejemplo de este tipo de fe es la obediencia que Abrahán le mostró a Dios cuando se le ordenó sacrificar a su hijo, Isaac (Génesis 22:1–14). Este era el mismo hijo a través del cual Dios le había prometido cumplir Sus promesas a Abrahán (Hebreos 11:18; Génesis 21:12). En términos literales, esta petición parece ser una transgresión directa de la naturaleza de Dios, así como una ruptura del acuerdo que Dios había hecho con Abrahán.Sin embargo, Abrahán había visto a Dios proporcionarle un hijo a pesar de las dudas y las demoras (Génesis 17:17; 21:5). Abrahán había visto a Dios rescatar a Lot (Génesis 19:15–16), a pesar de los temores que Abrahán tenía sobre el juicio de Sodoma (Génesis 18:22–23). Entonces, cuando Dios le pidió que sacrificara a su hijo, Abrahán estaba dispuesto a confiar en Dios y obedecerlo, demostrando con sus acciones que poseía una fe verdadera y piadosa (Santiago 2:14–17). Por esta razón, no solo fue recompensado por Dios (Génesis 22:15–18), quien nunca tuvo la intención de dejar morir a Isaac (Génesis 22:12), sino que se convirtió en un ejemplo de fe para el resto de la humanidad.
Aquí, el escritor de Hebreos nos ofrece una de las justificaciones que Abrahán podría haber tenido para continuar teniendo fe en un momento así. En ese momento, las Escrituras todavía no habían registrado ningún caso en el que Dios hubiera resucitado a alguien de entre los muertos; y, sin embargo, la fe que Abrahán había depositado en las promesas de Dios era lo suficientemente fuerte como para saber que Dios podría resucitar a Isaac si eso fuera necesario. Poéticamente hablando, Dios "resucitó" a Isaac de la muerte, perdonándolo después de que Abrahán se comprometiera a cumplir con el sacrificio.