¿Qué significa Hebreos 11:28?

A Moisés se le atribuye haber demostrado exactamente el tipo de "fe" que Dios requiere de nosotros. Esta fe no es una mera creencia, y ciertamente no es ciega. En cambio, se basa en lo que sabemos de Dios, confiando en Él para aquellas cosas en el futuro de las que no sabemos nada y no entendemos (Hebreos 11:1–3). Esto conduce a la obediencia, incluso cuando no podemos ver todos los detalles de lo que nos viene. Abrahán se presenta como un excelente ejemplo de este tipo de fe (Hebreos 11:17–19), al igual que el mismo Moisés (Hebreos 11:24–27). Moisés, por su parte, estaba dispuesto a ser identificado con el pueblo de Israel, aunque podría haberse quedado en su palacio adoptivo de Egipto (Éxodo 2:1–10). Más adelante en su vida, Moisés volvería a demostrar una fe piadosa al sacar a Israel de Egipto, arriesgándose a sufrir la ira de Faraón, pero confiando en que Dios cumpliría Su palabra.

Las acciones de Moisés durante la primera Pascua también sirven para demostrar su obediencia y confianza en Dios. Una vez más, Dios le presentó una situación que acarreaba instrucciones y consecuencias, pero sin pruebas absolutas ni detalles específicos. Todo lo que Moisés y el pueblo realmente sabían era que Dios quería que ellos siguieran Sus mandamientos. Moisés había visto más que suficiente evidencia sobre la bondad de Dios para llegar confiar en Él, por lo que Moisés obedeció siguiendo las instrucciones de la Pascua: rociar sangre en las puertas de Israel. Esta obediencia condujo exactamente a los resultados que Dios les había prometido: esos hogares se salvaron de la muerte del primogénito, la última y peor plaga de Egipto (Éxodo 12:21–30).