¿Qué significa Hebreos 11:4?
Este pasaje se enfoca en ejemplos de algunas personas que siguieron a Dios con obediencia en el Antiguo Testamento, con el fin de mostrarnos que Dios siempre favorece a aquellos quienes depositan toda su confianza en Dios. Abel fue el segundo hijo de Adán y Eva, después de su hermano mayor Caín (Génesis 4:1–2). Ambos le llevaron sacrificios a Dios, pero el de Abel fue aparentemente un sacrificio más sincero y aceptable que el de Caín (Génesis 4:3–5). Dios rechazó el sacrificio de Caín, y Caín acabó asesinando a su hermano e intentando ocultar el cuerpo (Génesis 4:6–10).El hecho de que Caín aparezca en esta lista es algo muy interesante. El patrón que se muestra aquí es que Dios bendice a aquellos que le responden con obediencia; sin embargo, el primer ejemplo es la víctima del primer asesinato que se registra en las Escrituras. Esto encaja perfectamente con el propósito del libro de Hebreos. La fe, tal y como se definió anteriormente, es una confianza que mira hacia un futuro en el que Dios cumplirá Sus promesas, incluso si ese cumplimiento es "invisible" para nosotros. Abel obedeció los mandamientos de Dios con fe y Dios lo aceptó. Tal y como lo ha demostrado el escritor de Hebreos, es esta fe confiada, y no las acciones rituales, lo que hace que Dios nos ofrezca sus bendiciones. El sacrificio de Abel no lo limpió del pecado (Hebreos 10:3–4); sino que fue la fe que puso en Dios lo que lo salvó.
A pesar de sufrir un final violento en su vida terrenal, Dios dispuso todas las cosas para el bien de Abel (Romanos 8:28–30), en un sentido eterno. Abel fue "aceptado" por Dios, mientras que su asesino no; y el ejemplo de fe de Abel sigue siendo una lección poderosa, a pesar de que fue asesinado por ello.
Curiosamente, la siguiente figura que se menciona como ejemplo de fe es Enoc, un hombre a quien Dios se llevó antes de experimentar la muerte física (Génesis 5:24). El contraste entre estas dos vidas no es una casualidad. El escritor de Hebreos está señalando específicamente que las circunstancias de nuestra vida terrenal, incluso cuando parecen imposibles de entender, son irrelevantes para los planes que Dios tiene para nosotros. Dios cumplirá Sus promesas basándose en cosas que no se ven.