¿Qué significa Hebreos capitulo 11?
El capítulo 11 de Hebreos profundiza en la aplicación del escritor sobre toda la información que ha compartido con nosotros hasta ahora. El capítulo 10 terminó con una advertencia y unas palabras de ánimo. Ese ánimo se refería específicamente a "los que tienen fe", en contraste con "los que se vuelven atrás" (Hebreos 10:39). Aquí, en este pasaje, el escritor nos da una definición directa de la fe, junto con numerosos ejemplos para entender su significado plenamente.La fe, según la Biblia, no es ciega. Más de la mitad de los versículos del libro de Hebreos están dedicados a explicar las razones y la evidencia para aceptar el nuevo pacto en Jesucristo. La fe tampoco es crédula ni insensata. En cambio, la fe piadosa se ejemplifica con la confianza. Esa confianza se basa en lo que sabemos de Dios, y en el hecho de que debemos confiar en Él en las cosas sobre las que no sabemos nada. En particular, la fe piadosa mira hacia adelante, desde una perspectiva eterna, y produce obediencia, incluso frente a las dificultades. Dios toma lo que no podemos ver o entender y lo usa para cumplir Su palabra. Dado que la fe se basa en lo que hemos visto de Dios y confía en Él para el futuro, se convierte en algo así como "estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve" (Hebreos 11:1–3). ~
La mayor parte del resto del capítulo está dedicada a darnos ejemplos de las Escrituras para aclarar esta definición particular de fe. En cada caso, surge el mismo patrón básico. Estos personajes sabían lo suficiente acerca de Dios como para confiar en Él, por lo que lo obedecieron, incluso cuando se enfrentaron a dudas o desafíos. En algunos casos, esto los llevó a confiar en que las promesas de Dios estaban destinadas a ser cumplidas en la eternidad, no necesariamente durante sus propias vidas.
Dentro del primer conjunto de ejemplos que se nos ofrece, el escritor se centra en ejemplos de personas que se mantuvieron fieles durante toda su vida. La forma en que Abel y Enoc terminan sus vidas en la tierra difiere bastante. Abel fue asesinado (Génesis 4:8), mientras que Dios se llevó a Enoc sin que Enoc hubiera experimentado la muerte (Génesis 5:23–24). Parte de la lección aquí es que lo que sucede en nuestra vida terrenal no es el final de los planes que Dios tiene para nosotros, ni representa todo lo que Él quiere para nuestro futuro. Otros, como Noé, Abrahán y Sara, también se mencionan como ejemplos de aquellos que honraron a Dios en sus vidas y, a cambio, fueron honrados por Dios (Hebreos 11:4–12).
Después de presentar estos primeros ejemplos, el escritor señala que la fe piadosa no tiene como objetivo nuestra vida terrenal, sino la eternidad. Personas como Abrahán pudieron confiar en Dios, en parte, porque no estaban explícitamente preocupadas por esta vida. Esperaban con ansias, pero incluso más allá de su propia muerte, "la ciudad que tiene fundamentos" (Hebreos 11:10), y "una patria mejor, es decir, la patria celestial" (Hebreos 11:13–16).
El siguiente conjunto de ejemplos se centra en aquellos que confiaron en Dios en medio de desafíos personales directos e inmediatos. Aquí se menciona de nuevo a Abrahán como el máximo ejemplo de fe piadosa. Cuando se le ordenó sacrificar a Isaac, Abrahán obedeció. Esta obediencia fue impulsada por las experiencias previas que había tenido con Dios y la capacidad que el Señor tenía para demostrar que Él mismo era justo, incluso cuando Abrahán no podía entenderlo. También se mencionan otros patriarcas por su disposición a transmitirles las palabras de Dios y las bendiciones de Dios a sus hijos. Moisés aparece como alguien que estuvo dispuesto a soportar dificultades para poder honrar y glorificar a Dios (Hebreos 11:17–28).
El escritor también se refiere al cruce del Mar Rojo, la conquista de Jericó y el rescate de Rajab como ejemplos de victoria que se obtuvieron mediante una obediencia fiel a Dios (Hebreos 11:29–31).
En este punto, el libro de Hebreos presenta uno de los pasajes más inspiradores de las Escrituras. Sin darnos detalles, el escritor menciona algunos de los héroes del Antiguo Testamento, como los Jueces, los profetas y David, quienes lograron proezas asombrosas como resultado directo de su fe. Esos logros se enumeran rápidamente, lo cual culmina en el ejemplo máximo de la victoria: la resurrección de la muerte (Hebreos 11:32–35).
A continuación, este pasaje le recuerda al lector que estos mismos héroes de la fe sufrieron muchas dificultades terrenales. En realidad, estaban dispuestos a soportar la persecución, la tortura e incluso la muerte, en lugar de abandonar a Dios y dejar de obedecerlo (Hebreos 11:36–38).
Sin embargo, esos mismos héroes todavía están esperando a que Dios cumpla con Su palabra. ¿Por qué? Por nosotros, para darles a los que aún viven la oportunidad de compartir esa misma recompensa. Dios nos está dando tiempo para escuchar, responder y obedecer (Hebreos 11:39–40). Las primeras palabras del capítulo 12 se derivan directamente de este tema, y animan al lector a "mantenerse firme" a pesar de las dificultades y afrontar cualquier circunstancia que pueda ocurrir. Cristo, nuestro máximo ejemplo, hizo lo mismo: soportó obedientemente el dolor y el sufrimiento, porque conocía la recompensa que le aguardaba en la eternidad (Hebreos 12:1–2).