¿Qué significa Hebreos 12:1?
Las divisiones de capítulos y versículos no formaban parte de los textos originales escritos de la Biblia. Los versículos 1 y 2 del capítulo 12 fluyen naturalmente desde el final del capítulo 11, proporcionando una aplicación directa a las ideas que se compartieron en ese pasaje.Anteriormente, el escritor de Hebreos enumeró ejemplos dramáticos del uso de la fe por parte de Dios. Esto incluyó referencias a ejemplos personales de fe, como Abrahán (Hebreos 11:17–19), así como algunas de las hazañas asombrosas que los creyentes del Antiguo Testamento pudieron lograr (Hebreos 11:30–35). Y, sin embargo, esta discusión también incluyó una mención de las dificultades a las que se enfrentaron estos fieles (Hebreos 11:35–38). Sorprendentemente, el amor que Dios siente por nosotros, aquellos que todavía son capaces de escuchar y responder al evangelio en la actualidad, son la razón por la que Dios ha esperado para cumplir plenamente Su promesa final, la cual nos prometía que un día Dios vencería finalmente el pecado y el sufrimiento para siempre (Hebreos 11:39–40).
Es por eso por lo que este versículo comienza con las palabras "por lo tanto". Todo el razonamiento anterior, incluida la advertencia del capítulo 10 sobre la apostasía, la definición de lo que es una fe piadosa, el catálogo de héroes, la lista de victorias, el recordatorio del sufrimiento y el animo del amor de Dios, nos han conducido hasta a este punto: una aplicación de la verdad. ¿Qué deberíamos hacer con esta increíble información?
La respuesta del escritor es engañosamente simple y fácil de malinterpretar cuando este versículo se saca de contexto. La respuesta apropiada de un cristiano, dados todos los "testigos" de la fe piadosa, y su éxito a pesar de las dificultades, y a la luz de la amorosa paciencia de Dios, es deshacernos intencionalmente de nuestros pecados y egoísmo y "mantenernos firmes" mientras nos esforzamos por cumplir los planes que Dios tiene guardados para nosotros. Todo lo que sabemos de las cosas que Dios hizo en el pasado debería inspirarnos para tener una devoción completa y dedicada a Su voluntad.
Tal y como nos recordará el siguiente versículo, el mejor ejemplo de esto es Cristo mismo. Jesús no solo ejemplificó cómo debemos vivir nuestras vidas (Hebreos 2:10–11), lo hizo también al resistir todas las tentaciones a las que nos enfrentamos nosotros diariamente (Hebreos 4:15), y con un firme entendimiento de que Su sufrimiento era parte del plan de Dios de "disponer todas las cosas para bien", todo para Su gloria y nuestro beneficio (Romanos 8:28; Filipenses 2:8–11).