¿Qué significa Hebreos 12:28?
El escritor de Hebreos ha comparado la escena del monte Sinaí, donde Dios hizo el antiguo pacto con Israel (Éxodo 19: 9–20), con la naturaleza del nuevo pacto, representado en el cielo (Hebreos 12:18–24). La introducción del antiguo pacto vino con un terremoto, y la tierra misma está destinada a deshacerse y rehacerse algún día (Apocalipsis 21:1). El cielo y el nuevo pacto, por otro lado, son parte del plan eterno de Dios que nunca se deshará. A diferencia del mundo caído y del antiguo pacto temporal, el cielo y el nuevo pacto son cosas "inconmovibles", y por eso permanecerán para siempre.El griego original de este versículo contiene algunos detalles que en su mayoría se pierden en la traducción al español. Esto se refleja en la forma en que varias versiones en español usan diferentes frases, intentando capturar completamente el pensamiento que hay detrás de estas palabras. La frase griega echōmen charin se presenta de diversas formas como "tengamos gratitud" (RVR1960), "demostremos gratitud" (LBLA). Si bien la expresión en español parece referirse solo a la gratitud, el griego parece relacionar nuestra obtención de este reino con la noción de la gracia. Esto sería consistente con la visión completa de la salvación que aparece en la Biblia, que se presenta como algo disponible únicamente sobre la base de la gracia de Dios (Romanos 11:6; Efesios 2:8–9).
Asimismo, este versículo usa la construcción griega di 'hēs, que se traduce aquí como "así". Esto vincula la frase echōmen charin, la referencia a la gracia, con la siguiente mención que trata de ofrecerle a Dios un sacrificio aceptable. Cuando todo esto se combina, esto crea una impresión superpuesta: que obtenemos membresía en este reino inquebrantable, por gracia, y por esa misma gracia podemos ofrecerle un sacrificio eternamente aceptable a Dios (Hebreos 10:14; Romanos 12:1). La palabra griega que se usa para la idea de "sacrificio" está relacionada tanto con el servicio como con la adoración.
Esto une varios temas del libro de Hebreos en una sola declaración. En realidad, podríamos rechazar a Dios (Hebreos 2:3), pero no podemos escapar de Él ni de Su juicio (Hebreos 4:13), por lo que la membresía en Su reino eterno (Hebreos 12:27) se les ofrece a aquellos que confían en Cristo (Hebreos 6:11–12), quien es tanto el medio (Hebreos 2:10) como la recompensa (Hebreos 12:28) de la única salvación suprema que Dios le ofrece a la humanidad (Hebreos 9:24–28).