¿Qué significa Hebreos 12:3?
Los versículos anteriores hablaban sobre la extrema persecución sufrida por los héroes de la fe cristiana. Cerca del final del capítulo 11, el escritor nos ofreció una larga lista de dificultades, incluida la tortura, el encarcelamiento y la muerte. Esta lista culminó con el ejemplo de Jesús (Hebreos 12:2–3). Aunque no tenía pecado (Hebreos 4:15) y era Dios encarnado (Hebreos 1:3), Jesús experimentó dolor y sufrimiento, incluida una muerte agonizante (Hebreos 2:10). La idea que se comparte en este pasaje, particularmente en los versículos futuros, es que el sufrimiento en el mundo no es una señal de que Dios esté disgustado con nosotros. Más bien, Dios usa esas dificultades para "entrenarnos" para ser más como Él y depender de Él a toda costa.Al dirigirse a esta audiencia en particular, el escritor indica que ellos, personalmente, aún no se han visto obligados a derramar sangre por causa de su fe. El escritor de Hebreos podría querer decir que estos creyentes no han sido martirizados por profesar a Cristo. También podría querer decir que su persecución, hasta ese punto, no había sido tan extrema como los ejemplos de las personas que vinieron antes, incluido Jesús. Todo esto está destinado a conectar dos ideas: una del versículo anterior y otra que se indica en el versículo siguiente.
En primer lugar, Jesús soportó sufrimientos y dificultades, y pudo hacerlo sin pecado (1 Pedro 2:22) y con una actitud de confianza en Dios (Hebreos 12:2). En segundo lugar, las Escrituras indican que Dios "entrena" a los que ama para fortalecerlos; este tipo de dificultades no significa que Dios nos odie. Por el contrario, el hecho de que Dios nos dé la oportunidad de fortalecer la fe a través de las dificultades es una señal del amor que siente por nosotros y cómo se preocupa por nosotros.