¿Qué significa Hebreos 12:7?
Aquí, el escritor presenta la alternativa a recibir la disciplina proveniente de un padre amoroso: no recibir ninguna disciplina en absoluto. En los versículos anteriores, se decía que los héroes de la fe habían soportado todo tipo de dificultades en sus vidas (Hebreos 11:35–38). Jesús, en particular, sufrió a pesar de no haber pecado (Hebreos 4:15) y aún así mantenía la creencia de que Dios resolvería todas las cosas para alcanzar los gozos futuros que había prometido (Hebreos 12:2–3).Aquí, el escritor señala que un padre amoroso disciplina o entrena a sus hijos. Es lógico, entonces, que aquellos que no experimentan ninguna tipo de "disciplina" sean considerados como hijos ilegítimos. Tenga en cuenta, con cuidado, que sufrir las consecuencias naturales de nuestros pecados no es lo mismo que ser disciplinado por Dios. El contexto aquí es complejo y fácil de malinterpretar. Muchos malinterpretan este versículo en el sentido de que aquellos que no sufren un nivel "mínimo" de persecución no son realmente salvos, pero esta no es la idea que el autor quiere comunicar aquí. Algunos versículos recientes señalaron específicamente que los cristianos para quienes se escribió esta carta no habían soportado tanto sufrimiento como los que vinieron antes (Hebreos 12:4).
Anteriormente, el escritor indicó que aquellos que conocen la voluntad de Dios, pero eligen desobedecerla de todos modos, están sujetos a un castigo terrible (Hebreos 10:26–27). Esto debe contrastarse con la "disciplina" que sufren aquellos a quienes Dios está tratando como hijos e hijas. Aquellos que adoptan la actitud de Jesús —que las dificultades terrenales son la manera en que Dios nos prepara para el futuro— están siendo "disciplinados" como Sus hijos. El significado y la expectativa de esas pruebas es muy diferente a las de aquellos que sufren por causa de su propia desobediencia. En pasajes anteriores, la desobediencia se relacionó con la pérdida de la "herencia" (Hebreos 6:11–12), lo que nuevamente implica que Dios adopta una postura paternal hacia Sus hijos. Más tarde, esta imagen se mencionará nuevamente, en referencia a Esaú (Hebreos 12:17).
En resumen, aquellos que son salvos deben esperar experimentar la disciplina de Dios. Por lo menos, esto significa que tenemos que soportar el "castigo" de Dios a través de la convicción cuando pecamos. Aquellos que profesan tener fe en Cristo, pero no experimentan "disciplina" de ningún tipo cuando pecan, en particular algún sentido de convicción, están exhibiendo signos de ser "hijos ilegítimos".
Además, este versículo apoya la idea de que las advertencias que aparecieron anteriormente en Hebreos se dirigían a los cristianos salvos. Cuando nos descarriamos, nuestro Padre amoroso nos corrige con alguna forma de disciplina. En casos extremos, esto podría resultar en medidas drásticas que Dios debe tomar, en un esfuerzo por corregir o bloquear nuestro camino (Hebreos 6:7–8).