¿Qué significa Hebreos 2:3?
Los versículos del 1 al 4 contienen una advertencia para todos nosotros. Aquellos que se acercan a la fe de manera casual son más propensos a "extraviarse" de la verdad y acabar cometiendo errores. Según el escritor de Hebreos, esto es algo muy serio. El mensaje de Dios siempre ha demostrado ser verdad (Hebreos 2:2), y ese mensaje ha venido ahora a través de Jesucristo (Hebreos 1:1–2). En el pasado, aquellos que se apartaron de la voluntad de Dios sufrieron las consecuencias (Hebreos 2:3). Con eso en mente, ¿qué esperanza tendría una persona de evitar el desastre si no le prestara más atención a la verdad (Hebreos 2:1)?El versículo 1 amonestaba al lector y le animaba a prestar más atención al mensaje del evangelio. Este versículo enfatiza esto usando la palabra griega amelēsantes, la cual significa "tomarse algo a la ligera, ignorar, tratar descuidadamente o descuidar". La imagen es una de descuido y apatía, en contraposición a la diligencia. El versículo 2 usa dos palabras griegas distintas para referirse a la desobediencia del mensaje de Dios, incluidas las ofensas deliberadas y accidentales. Aquellos errores que cometemos "sin darnos cuenta" como resultado de la negligencia, siguen siendo considerados como transgresiones de la voluntad de Dios.
A veces existe un debate sobre si este versículo hace referencia a problemas en nuestra vida terrenal o en cambio a una condenación eterna. Claramente, el escritor de Hebreos está hablándoles a sus compañeros cristianos. El versículo 1 de este capítulo, por ejemplo, usa repetidamente el "nosotros" y, sin embargo, ciertamente hay formas en las que ignorar el evangelio puede conducirles a la muerte eterna a aquellos que no son salvos. En resumen, esto significa que esta advertencia se refiere tanto a las consecuencias terrenales como a las eternas.
Para el creyente salvo, la salvación está asegurada. En realidad, no se puede perder (Juan 10:28–29; Judas 1:24). Sin embargo, los cristianos todavía viven en un mundo gobernado por la causa y el efecto. "Descuidar" las verdades de la fe y caer en el pecado siempre tendrá consecuencias, desde problemas terrenales hasta la pérdida de recompensas eternas. Para los no creyentes, descuidar a Jesucristo (tratarlo con apatía o descuido) trae consigo una muerte segura y eterna (Juan 3:36).
Este mensaje de salvación fue proclamado no solo por Jesús, sino también por aquellos que presenciaron personalmente Su ministerio (Lucas 1:1–4; 2 Pedro 1:16).