¿Qué significa Hebreos 3:5?
Aquí, como en los versículos anteriores, el autor de Hebreos apoya la idea de que Jesús nos da y es un ejemplo "mayor" que Moisés. Mientras que Moisés era un ser creado, Jesús es el Creador (Hebreos 3:3). Mientras Moisés era fiel, como siervo en la casa de Dios, Jesús es fiel como Hijo de Dios (Hebreos 3:6). Moisés ofreció un avance de lo que vendría, pero fue Jesús quien realmente cumplió esas promesas.Algunos de los aspectos en los que Moisés "testificó" del futuro incluyen el tabernáculo mismo. Gran parte de la construcción del tabernáculo estaba destinada a ser simbólica. Las acciones de los sacerdotes y los sumos sacerdotes también estaban destinadas a presagiar el ministerio de Jesús.
Esto concuerda con el mensaje del "panorama general" de este pasaje. Para el cristiano judío que estuviera sufriendo persecución y dudas, esta habría sido una idea reconfortante y desafiante. Si Moisés estaba destinado a ser un ejemplo, pero sus acciones apuntaban hacia Jesús, quien es un ejemplo mayor, y cuyas obras se han completado, es lógico pensar que Jesús sea el "mejor" ejemplo a seguir. Antes de este versículo, la atención se centraba en la importancia de seguir el ejemplo de Cristo.
En los próximos versículos, esta idea dará paso a otra en la que se usa un ejemplo anterior específico para recordar lo que ocurre cuando no confiamos en las promesas de Dios: los cuarenta años de Israel deambulando por el desierto.
Hebreos 3:1–6 explica cómo Moisés, aún siendo un siervo de Dios poderoso y fiel, no es el mejor ejemplo a seguir. Jesús no es un siervo, sino el Hijo de Dios. Jesús no es un ser creado, sino el Creador. Jesús no vino a predecir el plan de Dios, vino a cumplirlo. Por estas razones, los judíos cristianos que lean esta carta deben tener plena confianza en seguir a Cristo. Este pasaje termina con una condición: que los creyentes "mantengan su confianza firme". Esto no se refiere al hecho de perder la salvación; sin embargo, sí comienza a introducir una advertencia que comienza en el versículo 7, que habla de lo que sucede cuando un creyente no confía en Dios.
El capítulo 3 de Hebreos se centra en Israel deambulando por el desierto durante la historia del Éxodo. Durante este incidente, la nación de Israel llegó a la frontera de la Tierra Prometida y luego perdió la confianza en Dios. En lugar de confiar en Él, la mayoría de la gente perdió la esperanza. Como resultado, solo se le permitió entrar en Canaán a un pequeño remanente de la nación. Este capítulo explica que Jesucristo es superior a Moisés y todos los logros de Moisés. Los cristianos, por lo tanto, deben animarse los unos a los otros a confiar plenamente en Dios, a fin de ver el cumplimiento de Sus promesas.