¿Qué significa Hebreos 4:15?
La figura central de la fe cristiana no es una deidad remota y distante, ni tampoco es una figura mortal con defectos. En cambio, el "autor" de nuestra salvación es alguien que ha experimentado todas nuestras tentaciones y lo hizo sin caer en el pecado. Algunos de los versículos anteriores de Hebreos nos explicaban por qué el Mesías tenía que ser completamente humano. Para llegar a ser el ejemplo perfecto para la humanidad (Hebreos 2:10), y nuestro verdadero Sumo Sacerdote (Hebreos 2:17), Jesús tuvo que experimentar todas las luchas y sufrimientos de la humanidad (Hebreos 2:14–18). Aquí, esta idea se expresa más directamente.Cristo tiene una comprensión única de nuestra difícil situación (Hebreos 2:18). La palabra griega que se usa aquí es sympathisai, de la que deriva el término en español "simpatizar". Jesús puede "compadecerse" de nuestras tentaciones ya que Él también las ha experimentado. De hecho, se puede decir que Jesús realmente comprende el peso de nuestra tentación mejor que nosotros. Un hombre lo suficientemente fuerte como para levantar un objeto pesado aprecia su peso más que uno que carece de la fuerza para sostenerlo. En algún momento, la fuerza del hombre débil se agota y nunca llega a soportar completamente la carga, y finalmente la deja caer. Entonces, Cristo, al soportar nuestras tentaciones sin sucumbir ante ellas, pudo experimentar su "peso real" hasta un límite que ningún ser humano hubiera podido soportar.
Aunque somos tentados, y a menudo pecamos, Cristo fue tentado de todas las formas en las que nosotros somos tentados también, pero jamás pecó (2 Corintios 5:21; 1 Juan 3:5; 1 Pedro 1:19).
Este versículo también aclara algo extremadamente importante sobre la naturaleza del pecado: que la experiencia de la tentación no es un pecado en sí mismo. En otras palabras, sentirse atraído por el pecado no es pecado. El griego original que describe las tentaciones de Jesús es pepeirasmenon de kata panta; literalmente, "tentado de todas las formas posibles".
El hecho de que Cristo experimentara la tentación de pecar, pero no pecara, es sumamente importante para nuestra comprensión del evangelio. Con demasiada frecuencia, categorizamos ciertos pecados, por lo general aquellos a los que personalmente no somos propensos a cometer, como aquellos por los que solo las personas "realmente malas" son tentadas. En lugar de ayudarles a los demás a reconocer la diferencia que existe entre la tentación y la acción, y ayudarlos a reaccionar de una manera piadosa, actuamos como si ser tentado fuera el pecado en sí mismo. Esto, según la Palabra de Dios, simplemente no es cierto. Cristo fue tentado, y Cristo no tenía pecado. Por lo tanto, no importa cuánto pueda ser tentada una persona, Dios siempre le ofrecerá una manera de responder sin transgredir Su voluntad (1 Corintios 10:13).
En lugar de adorar a un juez frío y sin emociones, o un espíritu inconstante e imperfecto, los cristianos adoran a Jesucristo. Jesucristo es el único que ha experimentado y ha vencido el poder del pecado y la tentación. Tal y como nos muestra el siguiente versículo, esto no solo elimina cualquiera de las excusas que podamos tener en cuanto a haber cometido un error, sino que nos asegura que, cuando cometemos un error, Jesús nos ofrecerá misericordia y compasión.