¿Qué significa Hebreos capitulo 6?
El capítulo 6 de Hebreos representa un punto culminante en la carta. Al final del capítulo 5, el autor comenzó a compartir otra advertencia sobre el peligro de rechazar el evangelio en favor de una fe más amigable con la cultura. Específicamente, esto está dirigido a cristianos judíos que estaban siendo perseguidos. Muchos de estos creyentes sintieron la presión de volver a un judaísmo menos controvertido. Gran parte del material de este libro se presenta bajo el contexto que compara "lo bueno con lo perfecto". Hebreos nos muestra cómo la relación que tenemos con Cristo representa el cumplimiento previsto del plan de Dios.Los últimos versículos del capítulo 5 acusaron a los lectores de ser espiritualmente inmaduros. A pesar de ser cristianos durante un tiempo razonable, todavía estaban obsesionados con conceptos muy simples. Esta crítica se hace eco de otras advertencias que se han compartido hasta ahora en esta carta. La intención de Dios para el creyente cristiano no es ser inerte, sino experimentar un crecimiento y una madurez continuos. Si somos perezosos, estamos desinteresados o somos descuidados, no solo nos perdemos las bendiciones de la sabiduría, sino que corremos el riesgo de ser desobedientes y desanimarnos.
El autor de Hebreos tiene la intención de explicarnos algunos conceptos espirituales difíciles, pero se da cuenta de que los que iban a leer esta carta probablemente no estaban preparados para ellos. De todos modos, su intención es simplemente seguir adelante, presentando estas verdades como una oportunidad para que la audiencia "se pusiera al día", espiritualmente hablando.
A lo largo del camino, el capítulo 6 de Hebreos presenta comentarios sobre conceptos como "caer" (alejarse) y el "arrepentimiento" que son extremadamente fáciles de malinterpretar. El contexto, especialmente aquí, es crucial para comprender el significado completo de estos versículos. Muchos se acercan a estos versículos de manera superficial y se van con la impresión de que la advertencia tenía la intención de hablar acerca de una posible pérdida la salvación. Sacado de contexto, este es un error comprensible. Pero, cuando se lee en contexto, esto no es lo que el autor pretende explicar.
Las principales interpretaciones de los versículos que van desde el 4 al 6 incluyen: la pérdida de la salvación (algo que es bíblicamente imposible), aquellos que son "casi salvos pero no del todo" (lo que es contrario al contexto), el riesgo de ser expulsado del servicio cristiano, algo que resulta en un juicio basado en la desobediencia (algo que es razonable), y una pérdida de la salvación hipotética pero imposible (algo que también es razonable).
El significado más importante de todo esto es muy similar al ejemplo que se nos dio sobre el fracaso de Israel en las fronteras de la Tierra Prometida en los capítulos 3 y 4. Cuando Israel se negó a mostrar una fe confiada, la nación fue sometida a un severo juicio antes de poder tomar el lugar que les correspondía en Canaán. Hebreos le advierte al lector acerca de no cometer este mismo error. Luego, en el capítulo 6, se hace hincapié en que aquellos que han aprendido las verdades básicas del evangelio, pero "se caen", se encuentran en una posición precaria. Tal y como restauraríamos un campo que solo tiene espinas, la única forma de hacerlo es con fuego. En contexto, esto no se refiere al infierno, sino al fuego purificador del juicio de Dios que ocurre durante la vida terrenal, similar al juicio de Israel, pero que no conlleva destrucción; su castigo fue vagar por el desierto durante 40 años.
Después de esto, el capítulo 6 continúa haciendo advertencias contra la inmadurez espiritual, pero con un tono más edificante: se le recuerda al lector que Dios es fiel a la hora de recompensar a quienes lo buscan. De hecho, las promesas que Dios nos ha hecho están absolutamente aseguradas, ya que están ligadas a la máxima verdad normativa: Dios mismo. Este pasaje, increíblemente innovador, une imágenes anteriores, como el sumo sacerdocio de Cristo, la imagen de los Santos Lugares del templo, un ancla y un lugar de refugio. Nuestro propósito al buscar conocer mejor a Dios, entonces, se fusiona con la confianza que hemos puesto en Él y Sus promesas, a pesar de las luchas a las que podamos enfrentarnos en el mundo.